El grupo CUF, propietario de Elnosa, mantiene firme su intención de seguir fabricando en Lourizán. No le importa estar en el punto de mira del Gobierno local y de colectivos ecologistas ni, aparentemente, la inversión que le demanda Europa para poder producir cloro libre de mercurio.
La compañía informó el lunes a este periódico que, "como siempre" ha defendido, su intención "es mantener Elnosa abierta y funcionando una vez se reúnan las condiciones para hacerlo". ¿Cuál es el problema? Que hoy esas condiciones siguen siendo extensas y que el tiempo continúa corriendo en contra de sus intereses. La fábrica necesita renovar el permiso de Costas para permanecer en terreno marítimo-terrestre antes de julio, que es cuando caduca el que está en vigor. Sin embargo, el procedimiento se encuentra paralizado por un expediente de caducidad incoado por el Ministerio de Medio Ambiente que sigue en trámites y que incluso podría resolverse fuera de tiempo. El plazo para emitir un veredicto finaliza en octubre.
Además, la firma necesita el proyecto sectorial de incidencia supramunicipal que ha demandado a la Consellería de Economía e Industria para salvar la oposición del Concello a conceder la licencia de obras y, aun así, no tendría garantizado el camino despejado. El Gobierno local ya ha advertido de que usará todas sus herramientas para entorpecer la posible continuidad de la clorera y está probado que no le tiembla el pulso si tiene la oportunidad.
Aparte, cabe tener en cuenta el asunto de la financiación. El grupo CUF ha adquirido una planta en Torrelavega (Santander), en la que prevé invertir cerca de 55 millones de euros para instalar la tecnología de membrana. En Pontevedra anunció una inversión algo menor, de 40 millones, para modernizar las instalaciones y, aunque la firma asevera que dispone de fondos para asumir ambos proyectos, la operación santanderina reforzó la hipótesis de un posible cierre de la planta de Lourizán.
"CONDICIONES LEGALES". A la espera del devenir de los hechos, el grupo CUF subraya que "por falta de condiciones legales, el futuro de la empresa (Elnosa) es una incógnita" y que "infelizmente" el desenlace corre por cuenta ajena. "No depende de nosotros, sino de las autoridades centrales y locales", informaron sus portavoces.
Por otro lado, la compañía confirma que ha llegado a un acuerdo con los trabajadores para aplicar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) en dos fases. La primera ya fue aplicada y afectó a 16 trabajadores que abandonaron la fábrica la semana pasada. La siguiente afectará a otros 17 y se llevará a cabo en agosto, coincidiendo con la finalización de los trabajos de desmantelamiento de la maquinaria asociada a la producción con mercurio. La propuesta inicial contemplaba un ERE parecido (extintivo), pero afectaba a la totalidad de la plantilla, integrada por 60 trabajadores con contratos de carácter fijo.
La Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio concedió a Elnosa un mes para retirar el mercurio almacenado en la planta. El plazo, que está a punto de expirar, fue otorgado coincidiendo con la renovación de la Autorización Ambiental Integrada (solicitada por la empresa) y, a su vez, con la entrada en vigor de la directiva de la Unión Europea que prohibió el uso del mercurio en las cloreras a partir del 11 de diciembre de 2017.
Actualmente, los trabajadores están centrados en los trabajos de desmantelamiento de la maquinaria obsoleta con la previsión de iniciar a principios de febrero la fabricación de hipoclorito de sodio, un compuesto menos rentable que el mercurio, pero que permite mantener la fábrica activa.
