Elnosa inicia la producción de hipoclorito de sodio tras dos meses sin actividad

El volumen de producción sigue en el aire a causa del desabastecimiento de cloro

Fachada de Elnosa. DAVID FREIRE
photo_camera Fachada de Elnosa. DAVID FREIRE

La fábrica de Elnosa comenzó este viernes a producir hipoclorito de sodio con la nueva maquinaria adquirida por el Grupo CUG, el gigante empresarial luso propietario de la clorera. El compuesto es bastante menos rentable que el cloro que se venía fabricando en Lourizán, pero permitirá mantener la planta con actividad mientras Costas no aclare si concede una prórroga a partir de julio de este año, cuando finaliza la concesión en vigor.

La plantilla, en la que ya se ha aplicado la primera fase del ERE con 16 despidos, llevaba sin producir ningún compuesto desde el pasado 11 de diciembre, cuando entró en vigor la directiva europea que prohíbe usar mercurio en este tipo de instalaciones y que obligó a la factoría pontevedresa a sustituir la fabricación de cloro por la de hipoclorito.

Lo que falta por saber ahora es el nivel de producción y el precio de venta, ya que el desabastecimiento de cloro, un compuesto químico básico para la elaboración del hipoclorito, está sembrando todo tipo de dudas en la industria química.

En principio, la idea de la fábrica es atender los pedidos que vayan entrando y que, de entrada, no deberían ser excesivamente voluminosos, puesto que la época de mayor demanda se sitúa entre finales de primavera y principios de verano, cuando toca desinfectar los vasos de agua de las piscinas.

La previsión inicial era la de fabricar 35.000 toneladas de hipoclorito en la planta de Lourizán. Sin embargo, ahora la situación pone en duda el volumen de producción.

La directiva europea que prohibió el uso de mercurio dio lugar al cierre definitivo o temporal de más de la mitad de las fábricas estatales y de un número indefinido de factorías europeas. Las que han corrido mejor suerte están siendo objeto de un proceso de transformación tecnológica para adaptarse a las demandas de Europa, pero, mientras tanto, el mercado sufre su inactividad rozando el desabastecimiento pleno de algunos productos, como la sosa.

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