Elnosa mantendrá parte del personal para dar apoyo a Torrelavega

La planta cántabra absorbió a casi la mitad del personal que se quedó sin trabajo tras el cierre de la clorera ► Bondalti iniciará de forma "inminente" la descontaminación en Lourizán
Imaxe da planta de Elnosa en Lourizán. M.B.
photo_camera Obras de desmantelamiento del complejo de Elnosa en Lourizán. M.B

Elnosa mantendrá a parte de su plantilla en Pontevedra para dar apoyo comercial y administrativo a la fábrica de Torrelavega, que el grupo Bondalti le compró a Solvay tras el cierre de su planta en Lourizán. Así lo aseguran a este periódico responsables de la compañía portuguesa, que recuerdan que la factoría cántabra absorbió a casi la mitad del personal que se quedó sin trabajo tras el cierre de la clorera.

El cese de actividad de Elnosa se inició en diciembre de 2017 por imperativo legal de la Unión Europea, que impedía que este tipo de complejos industriales utilizasen mercurio para producir cloro. Esta situación conllevó el despido de 16 de los 60 trabajadores de la empresa, que trató sin éxito que el Concello le facilitase los permisos urbanísticos para poder hacer obras y cambiar su tecnología a una menos contaminante para poder mantenerse en Lourizán.

Un año más tarde, en 2018, la Administración General del Estado confirmaba la caducidad de la concesión de la que disfrutaba la firma para ocupar terrenos protegidos al lado de la ría de Pontevedra. Los informes estatales, que se hicieron públicos en diciembre de aquel año, ratificaron la ocupación ilegal de terrenos y la transmisión irregular del accionariado cuando la planta se vendió.

La Dirección General de Costas concluyó que el traspaso de la concesión que Ence hizo en su día a Elnosa fue ilegal. Y el motivo es que la empresa química no tenía derecho a heredar el permiso para ocupar terrenos protegidos en Lourizán cuando Celulosas vendió la clorera a la compañía portuguesa Quimigal, que luego adoptó el nombre de CUF y, más tarde, el de Bondalti.

El proceso de compra se hizo en dos fases. En la primera, que tuvo lugar en 2001, Celulosas transmitió el 50% de sus acciones en Elnosa a Quimigal. Y en la segunda, que se cerró en 2003, Ence se deshizo de la otra mitad del capital.

La operación no autorizaba a Elnosa a conservar la concesión de su anterior propietaria (Ence) para mantener su actividad industrial en Pontevedra, tal y como advirtió la Abogacía del Estado en marzo de 2017 en respuesta a una consulta de Costas sobre estos cambios en el accionariado de la empresa. Aquella resolución fue dictada durante el Gobierno de Mariano Rajoy, que a través del PP y de la Xunta hizo bandera de su continuidad a pesar del contenido de este informe.

Los dictámenes estatales también confirmaron que la empresa había ocupado 13.525 metros cuadrados de suelo protegido, 938 más de los 12.587 metros que establecía la concesión original. Esta fue la segunda causa que llevó al Estado a extinguir su concesión.

A partir de entonces, Elnosa tuvo que redactar un proyecto para abandonar Lourizán. El plan se presentó a la Xunta y su contenido fue modificado por Costas, que también debe vigilar las obras.

El desmontaje de la planta se inició en abril y la descontaminación de los terrenos comenzará de forma "inminente" después de que el Concello diese luz verde esta semana a la correspondiente licencia. Bondalti espera finalizar estos trabajos "dentro del primer semestre de 2021". El coste de ambas obras supera los tres millones de euros.

El reloj de Elnosa
1968: Elnosa inicia su actividad en Lourizán.
1991: Primera amenaza fallida de cierre de la Xunta.
1997: Segunda amenaza fallida de cierre de la Xunta.
2013: Elnosa firma un plan de traslado con la Xunta que no llega a cumplirse.
2017: La UE obliga a cerrar su fabricación con mercurio.
2018: El Estado concluye la caducidad de la concesión. Elnosa se tiene que ir.

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