Los embalses de la provincia ya bajaron casi un 10% en los últimos tres meses

La media de ocupación en los seis puntos de abastecimiento principales incluidos en la demarcación Galicia-Costa es del 81%
El Pontillón do Castro estaba este domingo con las compuertas cerradas para retener el volumen de agua embalsada. GONZALO GARCÍA
photo_camera El Pontillón do Castro estaba este domingo con las compuertas cerradas para retener el volumen de agua embalsada. GONZALO GARCÍA

Las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones no solo dejan playas y terrazas abarrotadas. Sus efectos también se notan en las reservas hídricas y, aunque por el momento no hay decretada situación de alerta por sequía, los embalses de abastecimiento de la provincia empiezan a mostrar los efectos del verano.

En los últimos tres meses los seis puntos de abastecimiento del territorio provincial incluidos en la demarcación hidrográfica Galicia-Costa han bajado su nivel de ocupación casi un 10%. Según el boletín del pasado lunes 15 publicado por Augas de Galicia con los datos suministrados por las concesionarias de las presas, la media actual es del 81%. Hace un trimestre, el 15 de abril, era del 90%.

Analizando caso a caso se puede comprobar que mientras el pontevedrés Pontillón do Castro se encuentra prácticamente igual que entonces, los del Sur de la provincia acumulan más pérdida. Así, los de Eiras y Zamáns (que abastecen principalmente a Vigo) bajaron del 100% al 96,7% y al 94%, respectivamente; y el de Baiona también pasó de estar totalmente lleno a acumular un 85,3%. Más drástico es el cambio que presentan los de Vilagarcía de Arousa y Caldas de Reis, pues el primero estaba al 98% hace tres meses y el informe de este 15 de julio muestra una ocupación del 27,6%, y en el caldense la diferencia es a la inversa: del 50,6% al 88,5%.

No obstante, los cambios también se aprecian en la situación de los ríos. Por ejemplo, el Lérez presentaba hace tres meses un caudal medio de 15,8 metros cúbicos por segundo en la estación de la red de aforos que toma como referencia MeteoGalicia. Sin embargo, este domingo el caudal en ese mismo punto de medición era de solamente dos metros cúbicos por segundo.

Hace un año por estas fechas era del 87% y el descenso acumulado del trimestre se limitaba al 6,6%

Y ¿cómo están las cosas comparándolas con el año pasado? Las mismas seis presas de abastecimiento de la provincia incluidas en la demarcación tienen ahora un 5,7% menos de volumen embalsado que en julio de 2018. Además, entonces el descenso acumulado del trimestre también era menor: del 6,6% en lugar de 10% actual.

Otro dato a tener en cuenta es que en 2017, cuando la sequía azotó con más violencia a Galicia, los seis embalses de la provincia presentaban a mediados de julio una media de ocupación del 80%, prácticamente la misma que ahora, y eso no evitó que llegaran a finales de año en una situación muy grave de falta de agua que obligó a decretar alerta por sequía y a activar medidas de restricción. Es por ello por lo que se debe realizar un consumo racional, porque un 81% a estas alturas del verano no garantiza en absoluto que la situación no pueda empeorar drásticamente si los próximos meses continúan sin suficientes precipitaciones. No suele ser en julio, sino a partir de septiembre cuando la escasez de agua empieza a notarse realmente.

De hecho, la progresiva bajada de caudal de los ríos que se va apreciando por ejemplo en el Lérez es lo que hace cada vez más difícil mantener el nivel de los embalses, que se alimentan de los cauces fluviales, y es a partir de estos momentos cuando su volumen empieza a descender.

MEDIDAS DE LA XUNTA. En previsión de lo que pueda suceder, la Xunta publicó a finales de junio en el Diario Oficial de Galicia (DOG) una orden de ayudas dotada con 250.000 euros de aquí al año 2020 para conseguir los primeros planes municipales contra la sequía, teniendo en cuenta que hasta la fecha ningún ayuntamiento gallego contaba con instrumentos de este tipo aprobados a pesar de que estos planes para garantizar el abastecimiento de agua a la población son obligatorios en las localidades de más de 20.000 habitantes.

Precisamente, el próximo miércoles 24 finaliza el plazo de presentación de solicitudes.

Este miércoles finaliza el plazo para que las entidades locales pidan a la Xunta la ayudas para realizar planes municipales contra la sequía

Las ayudas se repartirán con un tope de 15.000 euros por municipio o mancomunidad y tienen prioridad los de menos de 50.000 vecinos. Los planes deben estar redactados en junio de 2020 y, además de las ayudas económicas, la Xunta también aporta apoyo técnico para su realización. De hecho, Augas de Galicia incluye en su página web un modelo de plan de emergencia que puede servir como referencia para los interesados.

Con estos instrumentos se busca que los municipios hagan prevención de riesgos, tengan definida la toma de decisiones y dispongan de medidas de gestión con anticipación, incluyendo auditorías de cómo se encuentra el estado de suministro, ya que hay localidades en las que se pierde hasta el 40% del agua municipal. El objetivo es analizar cómo está la red para conocer los puntos débiles. Tal y como señala Augas de Galicia, estos planes servirán para "definir os protocolos de actuación no ámbito local, establecer as medidas necesarias para garantir o subministro á poboación en caso de seca e fomentar o emprego eficiente dos recursos hídricos".

NUEVA LEY. A mayores, el Gobierno gallego aprobó a principios de este mes el Proxecto de Lei de Garantía do Abastecemento, pensada para garantizar el suministro en cantidad y calidad adecuadas a la población, reducir la vulnerabilidad de los sistemas y proteger la salud pública frente a situaciones adversas como la sequía.

Con esta norma, la Xunta asume de forma directa la responsabilidad de velar por que se cumplan esos objetivos y garantiza apoyo técnico y financiero a los concellos. Incluso permitirá expropiaciones si hay que actuar de forma urgente para garantizar el suministro.

Consejos para ahorrar agua
Con una serie de prácticas sencillas en casa, el jardín y las piscinas se ayuda a preservar un bien tan vital como el agua y ahorrar en el recibo.

Ducha mejor que baño
Por cada ducha de cinco minutos se consumen unos 100 litros de agua, mientras que en llenar la bañera se gastan alrededor de 300 litros.

Jabón con el grifo cerrado
Cerrar el grifo mientras nos enjabonamos puede ahorrar más de 50 litros en cada ducha.

Atomizador en la ducha
Permite reducir el 50% del consumo sin que se note.

Y mientras se calienta...
En muchas casas pasa más de medio minuto desde que se abre el grifo hasta que el agua sale caliente. En lugar de dejar que se pierda por el desagüe, se puede aprovechar en un cubo para luego regar las plantas o fregar el suelo.

Utilizar la doble descarga
Cada vez más inodoros incorporan este sistema en el que uno de los botones solo emplea la mitad de la cisterna. Pero quien no lo tenga puede introducir una botella en la cisterna para reducir el volumen de agua que carga. Con todo, no hay que tirar de la cadena de forma innecesaria.

Arreglar fugas
Los escapes de agua y los goteos de grifos pueden suponer la pérdida de hasta 100 litros al mes.

Riego por goteo
Este sistema es de los que menos agua gasta y actúa de forma más eficiente.