"Empezamos a ser un poco héroes durante un mes y ahora volvemos a ser apestados"

El sector del transporte de mercancías está realizando un papel esencial para abastecer a los ciudadanos durante el confinamiento. Sin embargo, Alonso asegura que hay personas que tachan a estos trabajadores de irresponsables
Ramón Alonso, presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes y Excavaciones de Pontevedra. CEDIDA
photo_camera Ramón Alonso, presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes y Excavaciones de Pontevedra. CEDIDA

El estado de alarma comenzó con un desorbitado repunte consumista en algunos sectores que les obligó a aumentar considerablemente su trabajo; en otros, en cambio, se vio disminuido o incluso paralizado. ¿Como está la situación actualmente?
Hubo sectores que empujaron más la demanda con el estado de alarma y como consecuencia hubo que trabajar más, como el farmacéutico o de alimentación; en cambio, otros disminuyeron el trabajo hasta un 20 o 30% y otros bajaron al 0%. Por lo tanto, el sector del transporte no aumentó facturación, sino que disminuyó. Actualmente hay alrededor de un 30 o 40% de trabajo y un 60 o 70% paralizado, como los transportistas que trabajan para Citroën o Finsa, por ejemplo.

La demanda en los supermercados y farmacias, ¿se ha estabilizado?
Las primeras semanas fueron un poco locas y se trabajó de más, pero ahora se está estabilizando. Se sigue trabajando, pero no es lo mismo que en un supermercado entren 2.000 personas que 500, porque ahora el acceso está limitado. No es oro todo lo que reluce, porque nosotros vemos las colas pero son a consecuencia de que dentro del establecimiento solo pueden estar 20 ó 30 personas, dependiendo del tamaño del local. Por lo tanto, ahora se ven colas porque los supermercados tienen aforo limitado, pero no se vende como se vendía antes.

¿Ha optado por ERTE el sector del transporte?
Sí, mucha gente. Los que pararon su actividad al 100% no pueden hacer otra cosa, y los que pararon al 70%, tampoco.

¿Se prevén cierres de empresas en el sector?
Por desgracia sí. El transporte es un buen termómetro para ver lo que pasa en un país, porque si alguien no compra, no fabrica, no produce o no extrae no se transporta. Por lo tanto, va a depender todo de si el público en general sigue teniendo dinero en el bolsillo para seguir comprando. Si la gente deja de comprar se parará todo.

¿Cómo son las condiciones de trabajo actuales de los transportistas? En un principio tenían trabas incluso para acceder a comida caliente o zona de aseos en las estaciones de servicio, por ejemplo.
Se fueron limando cosas. Yo pertenezco al comité ejecutivo de la Confederación Española de Transporte de Mercancía (CETM), y en Madrid se estuvo en contacto permanente con la Dirección General de Transportes, y esas cosas que al principio eran complicadas ahora ya lo son menos, porque se fueron abriendo gasolineras, algún área de servicio para comerse un bocata o darse una ducha. Además, tenemos que agradecer muchas cosas de muchas empresas que incluso ofrecían a los conductores agua, algo de comer o un café. Ahora estamos mejor, aunque nos harían falta más medidas de seguridad, más guantes, más mascarillas, más test que se pudieran hacer a los empleados cuando salen de aquí a Francia o Portugal, por ejemplo, por su salud y por la de los demás.

¿Siguen cruzando fronteras?
Claro. Con buena idea los gobiernos han pensado que el transporte no se debía parar y no se paró. A veces la gente nos ve trabajando y nos dice que somos unos inconscientes, pero cuando van al súper quieren leche y mantequilla, y para eso hay que repartirlo. Por eso somos un sector esencial.

Recibieron también ayuda de la gente de a pie.
Sí. Yo creo que lo que mejor que sacamos de esta pandemia es comprobar que la gente sigue siendo gente, a pesar de los políticos (ríe). El pueblo siempre responde mejor y es de agradecer, a pesar las trabas de la administración, que en ocasiones echó más el freno que ofreció ayuda.

¿Con qué medidas de prevención cuentan para protegerse del virus?
Cada uno fuimos buscándonos la vida como pudimos, ya que desde el primer día nos encontramos con que no podíamos comprar ni mascarillas ni guantes y el Gobierno tampoco los entregaba, entonces lo pasamos muy mal. Pero algunos nos buscamos la vida y yo, por ejemplo, a los dos días de la declaración del estado de alarma tenía mascarillas y guantes para mis empleados, buscando en veinte sitios, claro.

Las condiciones de trabajo de los transportistas ya son de por sí duras. ¿Han empeorado debido a la crisis sanitaria?
Son duras siempre, todo el año, pero ahora empeoraron. Incluso a día de hoy ya se empiezan a escuchar voces sobre el aumento de los peajes en las autopistas, cuando en algunas de e llas se nos había bajado. Están diciendo que nos van a cortar la entrada a Francia por Barcelona y por el País Vasco en verano... Nosotros no tenemos por qué estar un día parados en las fronteras. Empezamos a ser un poco héroes durante un mes y volvemos a ser apestados. Un día vamos a tener que parar los camiones y decir que ni somos tan apestados ni tan héroes, que solo queremos trabajar.

¿Se encuentran con algún obstáculo a la hora de comprar comida?
Sí, no hay la libertad que había antes. Compras lo que puedes, un bocata o un sandwich. Un plato de comida caliente en una mesa no es posible desde hace dos meses, y nuestros profesionales siguen trabajando igual que antes. Una semana lo aguantas... pero ahora ya empieza a ser pesado comer bocatas todos los días. Tampoco tenemos una cama donde dormir. Hay países como Francia, Bélgica o Alemania que prohíben dormir a los transportistas en la cabina de un camión, pero entonces, ¿dónde dormimos?.

Seguridad. "El mayor riesgo en el día a día es viajar a otros países, hay mucho miedo e incertidumbre"

¿Cuál es el mayor riesgo frente a la Covid-19 al que se ven expuestos en el día a día?
Yo creo que es viajar a otros países. Hay mucho miedo e incertidumbre.

¿Y qué pasa al llegar a casa? Es inevitable pensar si tu familia estará bien o no. Y el resto, ya lo conocemos todos: la soledad, el estar solo en el camión, parar donde te dejan, no encontrarte con gente conocida... Esa es la vida del camionero.

¿Ha habido contagios en el sector?
No muchos. La gente se preocupó y lo hizo muy bien. Los trabajadores van con sus mascarillas y guantes y no entran en los sitios de carga y descarga. Nosotros defendemos que el chófer, y a día de hoy menos que nunca, no cargue ni descargue y que la documentación que se pueda hacer electrónicamente que se haga, y no de manera manual.

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