La decisión de apretarse el cinturón energético no ha sentado del todo bien a los empresarios de Pontevedra. Mientras algunos, como Alfonso Martínez, presidente del Cets (Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo), aseguran que estas medidas "deberían haberse tomado mucho antes", otros, como Ramón Alonso, presidente de Asetranspo (Asociación de Empresarios de Transporte y Excavaciones de Pontevedra), creen que este plan estatal "es una absurdez".
"Los excesos se acaban pagando y todos tenemos la tendencia de olvidarnos del ahorro energético en cuando salimos de casa. Muchas veces no nos damos cuenta de estas cosas pero hace falta más concienciación", afirma Martínez.
"Los excesos se acaban pagando y tenemos la tendencia de olvidarnos del ahorro energético cuando salimos de casa"
Mientras tanto, Ramón Alonso insiste en que "esto no dejan de ser parches ante algo que se debería haber hecho ya hace 50 años, que es buscar alternativas a Putin. La solución es no depender de estos países, y para eso hay que invertir dinero para que las grandes potencias no nos tengan secuestrados económicamente".
En el caso de los transportistas, la decisión de reducir la velocidad en las carreteras, con máximas en autovías de 120 km/h a 110 km/h, "no nos va a afectar demasiado, porque nosotros ya la teníamos limitada desde hace tiempo, pero lo de limitar la temperatura, por ejemplo, sí que lo notaremos, y es otra tontería más como lo de la corbata del presidente", añade.
"Esto son parches ante algo que se debería haber hecho ya hace 50 años, que es buscar alternativas a Putin, que no nos tengan secuestrados económicamente"
A quienes sí que perjudicará la reducción de velocidad será a los taxistas. Sin embargo, Tucho Gálvez y Juan Tilve, dos conductores de la ciudad del Lérez, reconocen que "al trabajar casi siempre en el entorno de Pontevedra, apenas llegamos a esas velocidades en nuestro día a día". Eso sí, ambos taxistas ponen en duda la efectividad de este plan energético, ya que "no sé hasta qué punto se puede ahorrar así", se cuestiona Tilve.
"Limitar la temperatura choca con la Ley de Riesgos Laborales"
Junto con la reducción de la velocidad, otra de los aspectos más cuestionados dentro del paquete de medidas aprobado ayer en el Consejo de Ministros es la decisión de limitar la temperatura a 19 grados con calefacción y 27 grados con aire acondicionado. José María Corujo, presidente de Aempe (Asociación de empresarios de mediana y pequeña empresa), se muestra muy crítico en este sentido.
"Esta medida choca con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y también con el sentido común. Vamos a tener un grave problema en los centros de trabajo y, además, no sé hasta qué punto se puede ahorrar así. Me gustaría que quien haya planteado estas medidas las experimentase en primera persona", afirma.
"Vamos a tener un grave problema en los centros de trabajo y, además, no sé hasta qué punto se puede ahorrar así"
Además, el presidente del colectivo pontevedrés pone sobre la mesa dos preguntas: "¿Quién va a controlar todo esto? ¿Va a haber inspectores vigilando?". Dos cuestiones que, por el momento, no tienen respuesta.
Y aunque Miguel Lago, presidente de la CCU Zona Monumental, es optimista en este sentido y recuerda que "gracias a Dios en Galicia tenemos un clima más fresco en el que no hacemos un uso excesivo ni del aire ni de la calefacción", reconoce que para cumplir con estas medidas, "los establecimientos tendremos que hacer un importante esfuerzo para regular su uso".
Apagar los luminosos comerciales por las noches
Más allá de las restricciones de temperaturas, los comercios y los establecimientos de hostelería tendrán que limitar también el uso de la iluminación exterior de sus negocios. Algunos de los grandes perjudicados son los pubs y las discotecas.
"Que nos limiten la iluminación exterior por la noche cuando nuestro horario es nocturno no tiene sentido"
"Que nos limiten la iluminación exterior por la noche cuando nuestro horario es nocturno no tiene mucho sentido", afirma Daniel Lorenzo, presidente de Hoempo y dueño de La Pomada.
Fomentar el transporte público
Una de las grandes cuentas pendientes de Pontevedra en relación al plan energético del Gobierno es sin duda el impulso del transporte público.
Aunque el bus urbano encadena varios meses de crecimiento y en febrero contabilizó 21.230 viajes (un 13% más que el mes anterior), la ciudadanía deberá hacer un importante esfuerzo para conseguir los objetivos.
De hecho, entre 2008 y 2011, el Concello puso en marcha el denominado Pillabici, un servicio de bicicletas que no funcionó por la falta de usuarios y el elevado coste de mantenimiento.
Actualmente, la Boa Vila cuenta con 434 plazas de aparcamiento de bicicletas en la ciudad, una cantidad que desde el colectivo Pedaladas pidieron aumentar ante el incremento de turistas que utilizan este transporte.
"O uso da bicicleta na cidade é estable, principalmente pola falta de infraestruturas ciclistas e a falta de conexións con Marín ou Poio. Porén, o que si están aumentando nos últimos anos son os cicloturistas, as persoas que fan o Camiño de Santiago en bici e que pasan por Pontevedra", explica Enrique Pérez, presidente de la entidad.
