El 72% de los vecinos tienen acceso a redes de 100 Mbps

En tiempos de 4G, Pontevedra todavía tiene zonas de sombra

Marcón es la parroquia con más problemas de conexión a Internet ► Una familia de A Ermida ha tenido que colocar dos antenas para poder navegar a seis megas por un coste de 35 euros al mes ► En la ciudad, Monte Porreiro y la zona vieja están entre los puntos negros
Francisco Pérez con su móvil en el furancho de A Ermida
photo_camera Francisco Pérez con su móvil en el furancho de A Ermida

Aunque el mercado tecnológico avanza a una velocidad de vértigo y ya ha dado a luz a la cuarta generación de tecnologías de telefonía móvil, la mediática 4G, el municipio pontevedrés adolece de una brecha digital que necesitará varios años y una importante inversión para curar todas sus ‘cicatrices’. La brecha se refiere a los problemas de conexión a Internet que sufren algunos lugares y a la desigualdad existente entre las diferentes tecnologías de la comunicación, algo que está al orden del día en el concello capitalino.

La última encuesta realizada por el Instituto Galego de Estatística dice que el 93,92% de los pontevedreses disponen de teléfono móvil y el 77,05% de teléfono fijo. El principal escollo reside en que las condiciones orográficas que presentan algunos lugares del concello, la dispersión de la población y la falta de rentabilidad para las operadoras hacen que a día de hoy todavía existan zonas de sombra parciales y completas, es decir, ‘puntos negros’ en los que tener plena cobertura o conectarse a Internet es una odisea.

La parroquia de Marcón es una de las que sufren más dificultades para navegar por la red. Francisco Pérez Rodríguez es fiel testigo. Tiene 18 años y, junto a su familia, se ha visto abocado a realizar todo un operativo tecnológico para engancharse a la red. Sin entrar en tecnicismos, el plan incluye el uso de la tecnología wimax, que recibe los datos por microondas y los retransmite por ondas de radio, y la colocación de dos antenas: una en el furancho que gestiona su familia en A Ermida y otra en su casa para recibir las ondas de esta última. El sistema empezó a funcionar a principios de este año, pero hasta entonces, "era imposible conectarse a Internet y para hablar por teléfono tenías que salir a la carretera". La velocidad de navegación que le ofrece la compañía contratada es de seis megas, por los que paga 35 euros mensuales y, aun así, Francisco asegura que él y los suyos "tuvimos suerte". "Hay otros vecinos de Marcón que pagan 50 euros por dos megas", asegura este joven.

José Luis Barreiro, también vecino de Marcón, es otro de los que sufren los efectos de la brecha digital: "Aunque estamos en una zona alta tenemos problemas de cobertura y mala conexión a Internet, porque la línea de cobre que transporta los datos está en muy mal estado y a las operadoras no les interesa renovarla. Dicen que van a esperar a que se implante la fibra óptica, pero hasta entonces... pueden pasar años", advierte el afectado. Como consecuencia, José Luis y otros convecinos no se pueden conectar a ciertas páginas como, por ejemplo, "la del banco, que exige ciertas condiciones de seguridad". Los problemas se agudizan "los días de lluvia", en los que hasta el teléfono fijo "hace ruido".

CIUDAD. En la ciudad, el mapa de cobertura varía en función de la compañía. Todas aseguran que las conexiones 2G y 3G están garantizadas en el casco urbano y alrededores, pero lo cierto es que sigue habiendo zonas de sombra en las que es imposible hablar por teléfono y mucho menos consultar Internet desde el dispositivo móvil. El paseo fluvial de Monte Porreiro es uno de los ejemplos, "donde la señal se pierde en algunos tramos", señala el vecino Ángel Mario Lago. También puntos de Mollavao, O Vao y Poio, donde muchos vecinos tienen que hacer auténticas filigranas para mantener una conversación por móvil sin que se corte.

En el centro histórico el problema no es tanto de conexión, sino de cómo llevarla a cabo. Las operadoras consultadas aseguran que es la zona más conflictiva de la ciudad para implantar la fibra óptica, sobre todo por una cuestión de cableado, dado que "es muy difícil obtener permiso municipal para meter el cable por el subsuelo" y los propietarios de los inmuebles son reacios a dejar que la fibra ‘repte’ por las fachadas. El presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental, Miguel Lago, entiende y comparte esta reticencia, "porque si hemos estado trabajando para quitar los cables de la zona monumental, no es lógico que ahora los metamos por las fachadas".

OPERADORAS. Actualmente, el municipio cuenta con tres entramados de redes de cable para conexión a Internet: el de R, el de Telefónica y el que comparten Vodafone y Orange. A nivel de cobertura móvil, el funcionamiento es distinto, ya que las ondas se mueven en el espectro radiolétrico y, en este caso, se trata de un espacio regulado por la Administración General del Estado.

Actualmente, solo hay cuatro operadores que tienen derecho a utilizar este espectro: Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo. El resto de empresas se ven obligadas a contratar sus servicios.

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