Ence confirma a la plantilla sus planes de ampliar Navia y cerrar la fábrica de Lourizán

Colmenares comunica que si la sentencia de la Audiencia Nacional es firme, los empleados serán despedidos: "Cierran y se acabó. No hay alternativa", alerta el comité de la fábrica
Protesta celebrada este jueves frente a la Subdelegación del Gobierno. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Protesta celebrada este jueves frente a la Subdelegación del Gobierno. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Ence jugará su futuro a una sola carta: la batalla judicial contra la sentencia de la Audiencia Nacional que acaba de anular la prórroga de su concesión. Si la apuesta prospera la empresa promete que continuará activa, pero si los tribunales confirman que no está en disposición de seguir ocupando terrenos públicos, la plantilla de Pontevedra está abocada al paro. "Cierran y se acabó. No tienen alternativa", advirtió este  el secretario del comité de la fábrica, Pablo Bacariza (CIG).

Las previsiones fueron comunicadas por el propio presidente del grupo empresarial, Ignacio de Colmenares, en una reunión telemática con los representantes de los trabajadores. Tal y como había hecho horas antes con los principales inversores, el consejero delegado informó de que Ence recurrirá al Supremo y, si es viable, al Constitucional o el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, pero advirtiendo también de que "tan pronto" obtenga una "sentencia firme" en contra de sus intereses activará el "plan b": ampliar la producción en la planta de Navia, cuyo volumen de fabricación ya supera (desde hace años) al que ahora mismo mantiene la de Pontevedra .

Colmenares, al menos de momento, cierra las puertas de par en par al traslado que demanda parte de la plantilla, que reclama el Gobierno central y que ahora también solicita el Ejecutivo gallego con la palanca de los fondos europeos. El empresario insistió en que la construcción de una nueva planta en Galicia es inviable, tanto en términos económicos como de ubicación, apoyándose de nuevo en el informe de la consultora de ingeniería Idom, que dice que la comunidad no tiene otro emplazamiento viable para producir pasta de papel con las características que plantea Ence.

HOJA DE RUTA. Según los trabajadores, Colmenares no declinó participar en una nueva mesa de diálogo con las administraciones implicadas en el futuro de la pastera, pero si lo hace será por cortesía, porque hoy por hoy "afirma que no hay una solución factible" para colocar un nuevo centro de operaciones cerca de Pontevedra, ni tan siquiera dentro de la comunidad autónoma de Galicia. "Si la sentencia se confirma, lo que nos espera es el paro", indicó Bacariza.

El Tribunal Supremo carece de tiempos máximos para admitir o no los recursos de casación, pero los trabajadores presumen que "el tiempo disponible no es mucho", por lo que cada comité ha impulsado su propia estrategia. El comité de la factoría aboga por celebrar sí o sí una nueva mesa de diálogo en la que se sondeen las posibles alternativas para garantizar los puestos de trabajo y por celebrar nuevas protestas: "Los políticos y las administraciones tienen que buscar una solución. El cierre no puede ser la salida y tenemos una sentencia encima que nos aprieta. No podemos estar parados", manifestó Bacariza.

Por su parte, el comité de oficinas prioriza la movilización y la creación de una plataforma gallega en defensa de la continuidad de la pastera en su actual ubicación que desate una fuerte presión social y acabe forzando la permanencia.

NAVIA. El proyecto de Navia que está sobre la mesa contempla la construcción de una planta anexa a la actual factoría asturiana para fabricar viscosa destinada a productos textiles e higiénico-sanitarios. Los cálculos iniciales contemplaban una producción de 200.000 toneladas, la creación de entre 125 y 150 empleos y una inversión aproximada de 450 millones de euros (que también incluía varias mejoras de carácter medioambiental).

Sin embargo, la resolución adoptada por la Audiencia Nacional no solo podría agilizar el plan, sino también modificar (al alza) estas predicciones, incluso a nivel de la fábrica de pasta de celulosas de Navia, donde se superan las 570.000 toneladas anuales. El cierre de Lourizán implicaría perder 430.000 toneladas de pasta que, si no las comercializa Ence, las colocaría la competencia. La cotización de la celulosa está batiendo récords.

La posibilidad del traslado laboral a Navial no se llegó a abordar en la reunión celebrada ayer entre el presidente de la compañía y los dos comités de la empresa, pero para la gran mayoría de los trabajadores es una opción de último recurso. "No lo hemos hablado, pero no es una solución. ¿Quién puede abandonar su vida e irse a Navia?", planteó el presidente del comité de fábrica.

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