Entradas escalonadas y menos distancia en la vuelta al cole del tercer curso covid

70.074 alumnos regresaron este jueves a las aulas de la provincia, 7.487 en la Boa Vila, con gel, mascarilla y sin aglomeraciones ► La experiencia ganada el curso pasado con la pandemia hace que los padres afronten este año con más tranquilidad
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photo_camera Los estudiantes del CEIP Praza de Barcelos regresan al colegio después de las vacaciones de verano. GONZALO GARCÍA

Emoción, nervios, sonrisas y también algún que otro lloro. La vuelta al cole de los más pequeños estuvo marcada este jueves por un cúmulo de sensaciones. Después de dos meses de vacaciones, los niños y niñas pontevedreses estaban ansiosos por volver a ver a sus amigos pero, como siempre, la vuelta a la rutina no es fácil.

Además, este año el regreso a las aulas tuvo tres grandes protagonistas: las mascarillas, el gel hidroalcóholico y las distancias de seguridad que se reducen a 1,20 cm. Los tres pilares de la pandemia estuvieron también presentes en este inicio de curso. Eso sí, tanto los padres y madres, como el profesorado y los niños, venían ya con la lección aprendida.

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Tras más de un año y medio de pandemia, todos han interiorizado ya los protocolos covid y eso ha permitido tener una mayor tranquilidad a la hora de que los pequeños de la casa volviesen a reencontrarse con sus compañeros.

"Empezamos con mucha más tranquilidad que el curso pasado porque el protocolo covid funcionó en los centros educativos y confiamos en que manteniéndolo funcionará.

Además el profesorado está ya vacunado y quieras que no, eso da mucha más tranquilidad", explica Berta Rubiano, jefa de estudios del CEIP Álvarez Limeses.

Misma sensación en el Colegio San José. El profesor Gonzalo Jara asegura que este jueves "no hubo mucha preocupación con el tema covid. De hecho, algunas familias que el año pasado tenían más intranquilidad ya no tienen tanta porque ya estamos más concienciados y sabemos cómo va todo". En este centro educativo la mascarilla es también obligatoria para los más pequeños, lo que obliga al profesorado a "estar mucho más pendientes de los niños de 3 años, pero la verdad es que este jueves no hubo ningún problema".

En total, en Galicia regresaron este jueves a las aulas 187.624 alumnos: 55.698 en Infantil, 130.774 en Primaria y 1.152 en Educación Especial. En el caso de la provincia de Pontevedra, la cifra total de estudiantes ascendió a 70.074 y, en el caso de la ciudad del Lérez, el dato fue de 7.487.

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Con el objetivo de que no haya aglomeraciones en los accesos de los diferentes colegios, las entradas y las salidas se hacen de forma escalonada. Un ejemplo es el Álvarez Limeses, donde hay cuatro horarios de entrada y otros cuatro de salida. "Los de 5º y 6º de Primaria entran a las 8.45 y salen a las 13.45 horas; los de 3º y 4º entran a las 8.55 y salen a las 13.55 horas; los de Infantil acceden a las 9.05 y se marchan a las 14.05 horas; y los de 1º y 2º de Primaria llegan a las 9.15 y se van a las 14.15 horas".

Las mascarillas, el gel hidroalcóholico y las distancias de seguridad, los tres grandes protagonistas del regreso a las aulas

Lo mismo ocurrió en el CEIP Praza de Barcelos, donde además "tenemos varias entradas, las de la calle del Rouco y la propia puerta principal", explica su director, Luís Arceo.

Por su parte, en el Sagrado Corazón de Placeres no escalonaron las entradas, "gracias a que tenemos 7 accesos diferentes". Sin embargo, a la hora de las salidas, los de Infantil salen a las 13.45 horas y los de Primaria a las 14.00 horas. "Los padres recogen a los niños en una zona que hemos delimitado en el patio y que están asignadas según los cursos", afirma el profesor Rafael Pazos.

Y a la buena actitud de los padres, madres y niños se añadió también la meteorología. La jornada de este jueves estuvo marcada por las precipitaciones, sin embargo, el tiempo dio un respiro a primera hora y permitió que los más pequeños pudiesen entrar en las clases sin tener que hacer uso de los paraguas. "Hasta en eso tuvimos suerte porque al no llover se pudo hacer todo con un poco más de tranquilidad y de orden", asegura el director del Praza de Barcelos.

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Y aunque a todos les gustaría poder alargar un poco más las vacaciones, septiembre ya está en marcha y con este mes llegan las nuevas etapas, los nuevos ciclos y los nuevos inicios. Los más pequeños comienzan ya una nueva etapa en la que tendrán que seguir conviviendo con todas las medidas de seguridad necesarias por la pandemia, pero la comunidad educativa afronta este curso con la ilusión de que sea el último en el que los abrazos y los besos sean algo casi prohibido.

FANPA. La Federación Provincial de Madres y Padres de Pontevedra analiza esta vuelta al cole desde dos puntos de vista. Por un lado, desde la tranquilidad "porque ya estamos todos vacunados, tanto los padres como los profesores", explica el presidente.

Sin embargo, Rogelio Carballo habla también desde la preocupación. "Nuestros hijos aún no están vacunados y creo que todavía no somos conscientes de los problemas y las situaciones de riesgo que esto puede suponer. Estamos hablando de la posibilidad de padecer problemas de por vida por culpa del covid".

En este sentido, el portavoz de la Fanpa incide en la importancia de que los niños tengan una "educación comunitaria". "Es necesario que esta situación termine lo antes posible para que nuestros hijos vuelvan a tener contacto con otros niños de su edad", afirma.

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Una decisión que fue muy criticada por toda la comunidad educativa y que llegó a los Juzgados. Pero la polémica no empañó ayer la emoción y la ilusión de todos los niños que continúan asistiendo a clases en este centro.

Actualmente, el colegio cuenta con tres niños de cinco años, diez de cuatro y seis pequeños de tres. "Os pais foron chegando pouco a pouco, de xeito escalonado. Dous nenos comezaron chorando un pouco pero despois, aos cinco minutos, xa se lles pasou", explica a mestra Alba Fiuza.

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