El equipo covid celebra "el fin de la pandemia"

Los primeros rastreadores del área sanitaria vuelven a reunirse para rememorar el reto que les plantó el coronavirus, un virus que muchas veces les hizo sentir que ponían "tiritas en el mar"
Parte de los integrantes del equipo covid. DP
photo_camera Parte de los integrantes del equipo covid. DP

El equipo covid que estuvo casi dos años intentando cortar las alas al coronavirus en el área sanitaria se reencontrará este sábado en Pontevedra para celebrar "el fin de la pandemia". 

Oficialmente, lo que ha declarado la Organización Mundial de la Salud (OMS) es el final de la emergencia sanitaria; sin embargo, este grupo de profesionales considera que este paso ya es motivo suficiente para festejarlo. El virus sigue ahí, pero la estampa no tiene nada que ver con lo que vivieron hace tres años. 

El equipo dio sus primeros pasos en marzo de 2020, tras la aparición de los primeros casos, en el servicio de Alertas Epidemiológicas que ocupa la primera planta del edificio de la Xunta de Campolongo. El departamento acogió a los primeros rastreadores del área que buceaban en el entorno de los positivos y que, con mucha paciencia y maña, iban configurando los famosos brotes para intentar frenar las cadenas de transmisión.

El grupo comenzó con los doce trabajadores que trabajan habitualmente en el servicio, pero pronto incorporó refuerzos de médicos y de profesionales de Trabajo Social, Farmacia y Enfermería. 

La unidad estuvo liderada hasta enero de 2022 por Miguel Álvarez Deza, que hoy todavía recuerda a la perfección la crudeza de los inicios pero que, si tiene a elegir momentos, se queda sin lugar a dudas con los vínculos que surgieron en aquella ‘cuadrilla’. "Fue una época de muchas horas de trabajo, en la que trabajamos muchos fines de semana y festivos (...), pero de todo eso me quedo con el espíritu de equipo, con la unión que tuvimos siendo personas de diferentes titulaciones, edades y ámbitos".

Duelos por teléfono

El rastreo, la orden de confinamiento y la petición de pruebas PCR eran el pan de cada día en el servicio, pero también el acompañamiento que se brindaba al otro lado del teléfono. Ana Sánchez, trabajadora social, tiene muchos de esos momentos grabados a fuego. Llamadas en las que sentía que quien le hablaba al otro lado se estaba apagando y multitud de duelos telefónicos, "de personas que habían perdido a un familiar sin haber podido despedirle en el momento de la muerte". "Eso generaba muchos sentimientos. Nuestro papel era ayudar a ventilarlos e intentar sacar algo positivo de toda aquella negrura", dice la trabajadora.

Además, el equipo se coordinaba diariamente con los servicios sociales de las áreas sanitarias de Pontevedra y Vigo para prestar ayuda a los colectivos más vulnerables, "los que más sufrieron con la pandemia". Entre ellos, personas sin hogar y "familias que con el confinamiento vieron eliminado su medio de subsistencia".

"Como tiritas en el mar"

El equipo covid registró muchos picos de "incertidumbre y cansancio", en los que "el trabajo era semejante a poner tiritas en el mar". Sobre todo en la segunda y en la tercera ola, cuando el virus mutó a variantes más contagiosas y "llegó un momento en el que, por muchas horas que trabajáramos, no llegábamos. El covid nos ganó", lamenta Sánchez.  

A pesar de todo, el equipo estuvo varias veces en el ‘top diez’ de los servicios epidemiológicos que mejor siguieron la pista del coronavirus, llegando a identificar el origen de los positivos en el 80% de los casos. La mayoría dentro de la Península, pero muchas veces el rastreo y los confinamientos se extendía a barcos y aviones y terminaba cruzando fronteras. 

Los más vulnebrales

Alertas Epidemiológicas mantuvo las pesquisas hasta la sexta ola, cuando el tsunami de casos hizo impracticable seguir las el rastro de más de 1.000 casos nuevos diarios. 

El trabajo se acabó centrando en los entornos más vulnerables, como colegios o centros de personas con diversidad funcional y residencias de mayores, donde Sánchez asegura que hoy todavía se paga la factura del aislamiento. "Asi como nosotros empezamos a salir en la segunda ola, con ellos los requisitos fuero más duros (..). Los mayores, incluidos los que residían en su casa, vivieron tanto en soledad, que eso les deterioró física y psicológicamente", explica Ana Sánchez. 

El grupo se disolvió hace un año

El equipo covid fue disuelto hace un año, pero "la unión" que se forjó entre ellos hace que tres años después de las primeras PCR por coronavirus sigan quedando para recordar las sombras de la pandemia, así como los momentos de luz, las anécdotas y los hallazgos, que no fueron pocos. "Descubrimos una red de falsificación de certificados covid negativo, pero también relaciones con terceras personas implicadas, incluso en gente de la tercera edad", puntualiza Deza. 

Para la OMS la Covid-19 sigue siendo una prioridad de salud pública global, tras 765 millones de diagnósticos y 6,9 millones de muertes. ¿Cuándo será el momento de decretar el fin? El experto pontevedrés apuesta por "finales de 2023 o principios de 2024. Cuatro años es lo menos que puede durar una pandemia".

79.000 contagios desde el 8 de marzo de 2020

El área sanitaria de Pontevedra y O Salnés lleva registrados 78.956 contagios desde el 8 de marzo de 2020, cuando se confirmó el primer caso en el Hospital Montecelo. No obstante, se presume que el número real es mucho más elevado, teniendo en cuenta el elevado porcentaje de cuadros asintomáticos y la cantidad de infecciones que no llegaron a ser comunicadas al sistema sanitario, sobre todo tras la aparición de la vacuna.

364. Es el número de fallecidos que se contabilizaron hasta la fecha en el área sanitaria, donde actualmente figuran 111 pacientes con la infección activa, de los que 21 están hospitalizados en planta y tres en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Montecelo. En estos 40 meses de pandemia, los profesionales del Área Sanitaria han realizado 438.109 pruebas PCR, 298.504 test de antígenos y 144.766 pruebas diagnósticas de otro tipo. 

Los titulares

El equipo covid capitaneado por Miguel Deza contó con la participación y colaboración de 30 profesionales, cuyos nombres rueda dejar escritos: Pilar Sánchez, Montserrat Domínguez, Antonio Boullosa, Óscar Paz, Miguel Conde, Silvia  Rey, Teresa Álvarez, Cristina Montenegro, Helena Casas,  Ana Cánive,  Ana Sánchez, Inés Sánchez, María Coloret, Patricia Martínez, Rosa Roma, Soraya Iglesias, Rafael Rodríguez, Estefanía Dapena, Lorena Lista, Mercedes Rodríguez, Dolores Alonso, Maria José Castro, Raimundo López, Rosa María Roma, Miguel Ángel Álvarez, Carmen Vidal, Mercedes Gómez, Bienvenida Rivas, María Fernanda, Carmen Santos y Andrea Sánchez.