El Equipo Rescate Hostelería culmina con un baño de masas su particular 'xacobeo'

Empresarios y trabajadores del sector de toda España arropan a los once pontevedreses que este lunes alcanzaron el Congreso de los Diputados tras 14 jornadas de marcha a pie para exigir al Gobierno un plan efectivo contra la crisis
Los hosteleros pontevedreses que el pasado 7 de diciembre iniciaron una caminata reivindicativa desde la ciudad del Lérez hasta Madrid. CHEMA MOYA (EFE)
photo_camera Los hosteleros pontevedreses que el pasado 7 de diciembre iniciaron una caminata reivindicativa desde la ciudad del Lérez hasta Madrid. CHEMA MOYA (EFE)

Después de 609 kilómetros repartidos en 14 agotadoras jornadas y después de incontables llagas y ampollas, los once hosteleros que el día 7 partieron de la pontevedresa Plaza de España (cuatro en coche y siete a pie) conquistaron, este lunes, al fin, su objetivo: el Congreso de los Diputados. Allí se reunieron con los principales partidos políticos para trasladarles en persona el mensaje que han defendido en su extenuante pero firme peregrinación por media España: la hostelería necesita un plan de rescate urgente y efectivo, nada de medias tintas ni ayudas insuficientes.

Arropados por numerosos empresarios y trabajadores del sector de todo el país, los once héroes (como ya les han bautizado sus compañeros) alcanzaron el Palacio de la Carrera de San Jerónimo y, sentados en unas sillas, recibieron toda una lluvia de muestras de apoyo y solidaridad. Previamente se habían descalzado para mostrar los efectos de esta dura travesía.

"Estas ampollas, causadas por las largas caminatas, son el símbolo de la crucifixión del sector", declaró Rafael Rúa, tras subrayar la necesidad de que los políticos asuman su reivindicación: "El rescate del sector ya".

Llagas en los pies de algunos de los caminantes tras 609 kilómetros. CHEMA MOYA (EFE)
Llagas en los pies de algunos de los caminantes tras 609 kilómetros. CHEMA MOYA (EFE)
 

Antonio Fernández, por su parte, aseguró que los gobernantes "deben rescatar a un sector al que se ha desangrado por culpabilizarlo de los contagios".

Frente al Congreso, los manifestantes reclamaron "rescate ya" para la hostelería, entre pancartas como Estamos de luto, No somos el problema, Hostelería somos todos, Ayudas directas ya, Salvemos a la hostelería o Si me obligas a un tercio del aforo, cóbrame un tercio de impuestos.

Antonio Fernández lamentó que, en un contexto en el que se les han cerrado sus negocios, en lugar de recibir ayudas efectivas, el sector tenga ser el que financia al Estado a nivel fiscal. "Tenemos que pagar todo, no nos dan nada, y las ayudas tienen tanta letra pequeña que cumplirla es inviable", puntualizó.

Y mientras tanto, los hosteleros y sus familias han tenido que "tirar de los recursos propios y de ayudas de familiares o allegados para hacer frente a una situación crítica. Se debería declarar al propio sector como zona catastrófica pero, a diferencia de eso se nos está criminalizando", señaló.

Antonio Fernández recordó lo que el sector viene gritando desde hace tiempo: que la hostelería no ha creado el virus y que estudios de Sanidad señalan que hay otros ámbitos en los que la incidencia del SARS-Cov-2 es mucho mayor, como las reuniones sociales.

Juanjo Gondar, Eddy Casal, Lorena Rodríguez, Dani Lorenzo, Marta García, Sebastián Moldes, Marcos Rodríguez, José Cándido y Tania Villar completan el Equipo Rescate Hostelería que este lunes vio cumplido el primero de sus objetivos. "Se está criminalizando a la hostelería de forma institucionalizada", critican los empresarios, al tiempo que recuerdan las medidas de seguridad que hay en sus negocios, a diferencia de en los domicilios particulares. "En Pontevedra, cada vez que se cierra, a las dos semanas se incrementan los contagios", inciden.

Marta García Justo. Dueña del 'Meigas fóra'

"Esto no acabó. Ya tenemos en mente nuevas movilizaciones"

Casi sin tiempo a recuperarse de la fatiga acumulada, Marta García Justo (propietaria del local Meigas fóra) daba por bueno el esfuerzo de estas dos semanas "si con eso conseguimos la repercusión que necesitamos para que se nos siga escuchando".

Abordada en mitad del almuerzo –"es que hoy es un día de locos, no tenemos tiempo para nada"–, reconoce que el revuelo mediático provocado en torno a su gesta les ha superado. "La verdad que fue un estrés, porque no estábamos acostumbrados a tanta prensa, cámaras, vídeos…".

¿Qué balance realiza de estas 14 maratonianas jornadas?
La sensación es buena por la repercusión que hemos tenido, porque nos han escuchado y la gente ha entendido la situación por la que estamos pasando: cuatro meses cerrados y cinco con restricciones que te impiden desarrollar tu trabajo de forma normal y no puedes ingresar lo necesario para cubrir gastos. Queríamos que la gente lo entendiese así, para que se solidarice con nosotros y que los políticos aprueben el rescate.

¿Por qué siempre se habla de rescate? ¿No es válida otra solución?
Porque con ayudas pequeñas de las administraciones locales –que en nuestro caso no tenemos ni la primera– o autonómicas no hacemos nada. Necesitamos un rescate en toda regla.

En esta partida de ajedrez, ¿toca esperar a que la administración mueva ficha o habrá segunda parte de las movilizaciones?
Por supuesto que esto no acaba aquí, y ya tenemos algo en mente, aunque no lo voy a desvelar. No hemos hecho todo este esfuerzo para nada, así que no vamos a bajar los brazos y ya tenemos más balas en la recámara.

A nivel personal, ¿qué ha sido lo más duro de estas dos semanas?
Diría que los 14 días en general. No preveíamos que iban a ser tan duros, porque nos lanzamos de cabeza, sin tiempo a meditarlo mucho. Hay que recordar que esto se gestó un viernes a las 11 de la noche y el lunes de mañana ya salimos, porque la situación era y es desesperada.

Y en la parte positiva, ¿qué fue lo más destacado? ¿Tal vez la solidaridad recibida?
Pues sí, multitud de gestos que nos hacen llorar, porque se solidarizó mogollón de gente, tanto compañeros como de otros gremios. Eso es lo que nos llega, nos llena y nos emociona, porque estábamos muy agobiados y esos detalles son granitos que aportan mucho, la verdad.

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