El narcosubmarino de Aldán: "Es un artefacto naval muy eficiente y de gran fiabilidad"

El primer semisumergible transoceánico en Europa podía navegar más de 9.000 kilómetros sin repostar ni ser visto
Llegada a puerto del narcosubmarino. RAFA FARIÑA
photo_camera Llegada a puerto del narcosubmarino. RAFA FARIÑA

Cuando se ha cumplido un año desde la incautación del primer semisumergible transoceánico interceptado por las autoridades (después de numerosas singladuras exitosas y de incógnito desde 2008), los análisis de los expertos en náutica de la Guardia Civil han dado por buena la hipótesis planteada desde el primer momento por este periódico y por la Policía Nacional: el batiscafo de Aldán es un artilugio muy bien construido y con capacidad más que sobrada no solo para cruzar el Atlántico sin ser detectado, sino incluso para recorrer distancias aún mayores en condiciones de seguridad. El informe definitivo, presente en el auto de procesamiento de los siete investigados por lo sucedido, firmado por especialistas del Servicio Marítimo, destaca que está diseñado "para navegar entre aguas, de modo que se dificulte su eventual detección, ya que en su navegación la mayor parte de su casco va sumergida". Sin embargo, este aparato en concreto carece de capacidad para sumergirse por completo. Pero es que no lo necesita.

El Che (así le llamaban sus tres tripulantes, un vigués y dos ecuatorianos), apenas sobresalía entre 15 y 25 centímetros sobre la superficie, sin contar la torreta de la cabina de mando, que se elevaba 35 centímetros. Ello hacía que con el simple batir del oleaje, su presencia fuese imperceptible incluso para las aeronaves. Además, cuenta con un dispositivo de escape húmedo "para tratar de evitar la detección térmica", además de un silenciador para reducir a la mínima expresión el ruido de los gases de escape.

La jueza de Cangas les atribuye un delito contra la salud pública de notoria importancia y mantiene a tres de ellos en prisión

Su motor, diésel de seis cilíndros en línea, se refrigera con el agua del mar, y está dotado con un turbo con su propio refrigerador de aire. Su potencia, de unos 240 cv a 2.500 revoluciones por minuto, y su consumo (de unos 40 litros por hora), le permite disponer de una autonomía suficiente como para recorrer 5.000 millas náuticas a una velocidad media de diez nudos, o lo que es lo mismo, podría salir de Pontevedra, llegar a Nueva York y desde allí recorrer toda la costa de Estados Unidos hasta Florida, todo ello sin pasar por la gasolinera. "Cuenta con una capacidad aproximada de 20.000 litros de gasoil, lo que le permite realizar grandes travesías sin repostar", detalla el informe.

Sobre el kilometraje exacto que recorrió el Che desde el Amazonas hasta Pontevedra, y a la vista de la instrumentación del motor situada en su cabina de mando, el propulsor tenía 392 horas de funcionamiento, lo que indica que estuvo 16 días y medio navegando. A diez nudos pudo recorrer unas 4.000 millas náuticas, la distancia entre Brasil y Galicia.

El hallazgo del semisumergible también sirvió para acreditar otra de las teorías que se defendían al respecto: que las organizaciones criminales internacionales que se conciertan para este tipo de narcotransportes no dudan en hundirlos en altamar antes de descargar la mercancía en otras embarcaciones, normalmente planeadoras. Para ello, dispone de dos válvulas situadas a ambos lados de la zona de máquinas, cerca del lugar reservado a la tripulación, que manipulables con facilidad para enviar al aparato al fondo del mar una vez descargada la mercancía. El resultado final, cuando se completa la travesía con éxito (que, con la excepción conocida, sucedió en todos los casos, decenas de ellos), es la llegada a las costas gallegas de las lanchas rápidas (o el pesquero) con miles de kilos de cocaína, la tripulación de las mismas y la del semisumergible, que lo abandonó antes de hundirlo.

El ECO Galicia y la Udyco detuvieron a otros cuatro individuos que intentaron un rescate para el que carecían de los medios y la experiencia

A modo de conclusión, los investigadores que realizaron un análisis minucioso del navío exponen que "se trata de un artefacto naval que, a pesar de estar construido de una manera artesanal, es muy eficiente, dotado de una planta propulsora que dispone de un motor MWM (un fabricante independiente que tiene una planta en la ciudad brasileña de Sao Paulo), y un sistema de inyección puramente mecánico que le garantiza gran fiabilidad para navegar", a lo que añaden lo que ya se ha dicho aquí. "Por su gran capacidad de combustible y reducido consumo de su motor propulsor, puede afrontar largas travesías". 

En cuanto a los hallazgos de los agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera, que desarrollaron de forma conjunta la fRAFA COMANDANCIA GUARDIA CIVIL DROGA DEL NARCOSUBMARINOase que condujo a la interceptación del aparato, además de los 3.068 kilos de cocaína destacaron los víveres y otros enseres precisos para tan larga travesía marítima. Todo ello se encontraba impregnado de una mezcla de gasoil, aceite y agua de mar (también los fardos, como se aprecia en la fotografía de la parte inferior de la página). Fueron recuperados varios paquetes completos de latas de conserva (de 50 cada uno de ellos), seis paquetes de galletas, gran cantidad de bollería industrial, dos aparatos para cocinar, arroz para la elaboración de comidas, dos botellas de aceite, seis grandes garrafas de agua, varios sobres de granulado para diluir como refresco y numerosas latas de Redbull.

Junto a ello, y teniendo en cuenta que en la maniobra del hundimiento y posterior traslado al puerto de Aldán se pudieron perder objetos, fueron recuperados varios blíster y ampollas de medicamentos, enseres de higiene tales como pasta dentífrica, cepillos dentales y vestimentas, así como herramientas: dos taladros, una rebarbadora y varios destornilladores.

RESUMIENDO. Tal vez los tres tripulantes eran novatos en travesías de este calado, aunque parece que al menos alguno de los ecuatorianos ya repetía. Pero lo que está claro es que operaban al servicio de una gran organización sudamericana y otra gallega, ninguna de ellas desmantelada, que puso los medios técnicos necesarios para completar una singladura en la que, ellos sí, tenían una amplia experiencia previa. Y todos siguen libres, ideando planes para nuevos narcotransportes.

El Greco de la Policía Nacional manejaba datos desde meses atrás y atribuye a un chivatazo la espantada de los capos

Siete procesados y sin noticias de los organizadores del narcotransporte

Una vez concluida la fase de Instrucción y ordenada la conversión del procedimiento en Sumario para la celebración del juicio, la magistrada que lleva el caso del semisumergible, Sonia Platas, ha dictado el auto de procesamiento contra siete personas. Entre ellas destacan los tres individuos que supuestamente completaron la travesía marítima entre Brasil y España a bordo del batiscafo, el vigués Agustín Á.M., presunto piloto, y los ecuatorianos Pedro Roberto D.M. y Luis Tomás B.M. Todos ellos permanecerán en prisión, salvo sorpresa, hasta el día de la vista oral, que se celebrará en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Así lo pidió el fiscal del caso, Pablo Varela, y lo confirmó la jueza, dados los indicios que pesan contra ellos: los tres fueron detenidos en las inmediaciones del lugar del hundimiento del batiscafo (uno en el agua, al tener dificultades para nadar, otro a cuatro kilómetros del lugar y el último agazapado en una caseta cercana), en condiciones similares: ropa mojada, trajes de neopreno, olor a gasoil y cansancio extremo. Pocas dudas tienen los investigadores sobre su participación en lo sucedido, y tampoco parecen tenerlo las autoridades.

Otra cosa es la importancia que pueden tener estos individuos en el seno de la organización criminal que les atribuye el mismo auto de procesamiento. Lo cierto es que ni el grupo exportador de la cocaína, brasileño o colombiano (o de ambas procedencias) ni el receptor de la sustancia (gallego) fueron identificados, o si lo fueron (en el caso de los pontevedreses), no pudieron hallarse las pruebas necesarias para incriminarles. Se les imputa un delito contra la salud pública cometido en el seno de una organización de narcotráfico, lo que contempla posibles penas no inferiores a los nueve años de cárcel.

En cuanto a los cuatro restantes investigados, que se hallan en libertad provisional, su participación en los hechos parece menor. Sus nombres aparecen en las pesquisas de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera solo al final del proceso. Fueron el ECO Galicia y la Udyco de Pontevedra quienes les siguieron los pasos, y quienes completaron sus arrestos después de comprobar que efectuaron un intento de recoger a los tripulantes y la sustancia. Sin embargo, en vista de su modus operandi es fácil determinar que tenían escasa experiencia (o nula) en esas lides, y que ni tan siquiera contaban con la infraestructura. Trataron de buscar un todoterreno y también un barco para salir a Cíes, todo ello tarde, mal y a rastras, hablando por teléfono constantemente, algo que no haría ningún narco gallego con la más mínima experiencia, y más después de la caída de la embarcación.

La única vía de investigación sobre la organización que podría salir al mar con planeadoras para recoger la coca la puso sobre la mesa el Greco Galicia, que apuntó al clan de Juan Carlos Santórum, si bien no pudo hallar pruebas que lo acreditasen. Sí se supo que alguien dio un chivatazo y que el clan, fuera el que fuera, dejó tirados a los tripulantes.

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