LA INCERTIDUMBRE que se ha instalado sobre el futuro de Ence ha generado una gran preocupación en el sector forestal gallego. Para el presidente del Clúster da Madeira e do Deseño de Galicia (CMD) no es una buena noticia que se ponga en cuestión la continuidad de la pastera en la ría de Pontevedra, "por la inseguridad jurídica que genera para futuros inversores" y por el papel fundamental que desarrolla en el rural.
¿Cómo ha recibido el Clúster da Madeira la noticia del allanamiento del Estado en el recurso contra la prórroga concedida a Ence por el Gobierno de Rajoy?
En primer lugar, es una sorpresa para todo un sector industrial la inseguridad jurídica que tenemos en este país. Que una empresa que compromete un plan estratégico y que lleva desarrollada gran parte de sus inversiones aquí se vea con esto es verdaderamente sorprendente. Eso disuade la inversión y genera una enorme inquietud.
¿Y para el sector forestal? ¿Qué supone este posible cambio de rumbo?
Detrás de Ence hay miles de pequeños propietarios que se verían gravemente afectados. Gracias al minifundio, todos los años hay una enorme distribución de riqueza que ayuda a mitigar el impacto de la despoblación. Esas rentas ayudan cuando hay una necesidad, una enfermedad o incluso un problema de paro. Hay montones de pequeñas empresas que se han hipotecado para comprar su procesadora, su camión... Los propietarios que también verán reducido su precio... Todos ellos se verán perjudicados.
¿Sería beneficioso desde el punto de vista medioambiental?
Desde el punto de vista medioambiental Ence es una empresa que está trabajando en la bioeconomía como alternativa a la era del petróleo desarrollando los nuevos materiales para el textil, para los nuevos tejidos que evitan la contaminación por plásticos. En todo el mundo desarrollado la bioeconomía está teniendo un crecimiento exponencial. Nos lamentamos de Alcoa, que está ubicada prácticamente en el centro de A Coruña, nos lamentamos del cierre de Meirama... ¿Y Ence? Estamos hablando de una biofábrica delante de la que se puede mariscar y que tiene cerca playas con bandera azul. Su cierre sería un auténtico drama para el rural, para miles de pequeñas empresas.
La empresa ya ha dicho que si no se garantiza su continuidad se irá.
Y sería terrible. Hablamos de 400 puestos de trabajo directos y una cantidad ingente de indirectos, empresas de servicios... Sería infinitamente superior el impacto del cierre de Ence al de Alcoa en Galicia en número de trabajadores, distribución de rentas en el rural. Es un golpe de muerte al rural; incluso para tener alternativas al eucalipto necesitamos la infraestrutura que mantiene Ence, que es una cadena de valor importantísima que es capaz de resolver el minifundio, es capaz de resolver las dificultades de nuestra orografía y es de las pocas rentas que se aportan al rural. No es lo mismo tener una fábrica que aporta puestos de trabajo en la ciudad que tener una fábrica que tiene puestos de trabajo en todas las provincias gallegas. Lo que va a haber es que se va a incrementar el abandono del rural.
¿De qué manera se podría compensar ese cierre?
Sería imposible. La labor que hace Ence es también de mejora de la gestión de la formación, de conexión con el mercado, de capacidad de capitalización... Eso si lo volviéramos a intentar ya habría desaparecido toda la cadena de valor que alimenta Ence: camioneros, procesadoras, empresas de servicios, viveros... desaparecerían. Si tenemos que buscar alternativas a Ence tendría que ser muy poco a poco. Es una irresponsabilidad muy grande. No entendemos la incoherencia de los políticos que hablan de desierto industrial, que se ponen al frente de manifestaciones para salvar Meirama o Alcoa y que no se movilicen por algo tan importante para toda Galicia.
