Lucía disfruta de lo que serán los últimos días del campamento de verano de la ONCE. Con casi 18 años, es la última vez que podrá asistir a este programa que ella adjetiva de paraíso. No es la primera vez que asiste, ya que al igual que su amiga Nevrinka, siempre vuelven. Con clases de inglés por las mañanas y actividades por las tardes, 14 adolescentes de distintas comunidades autónomas y cinco jóvenes de Italia disfrutan ahora mismo de su estancia en el Centro de Recursos Educativos de la ONCE de la localidad.
Javier vino desde Valencia, y uno de los motivos por lo que cree que vale la pena el campamento es que las clases que dan "son mucho mejores que las del colegio". Junto a sus compañeros, realiza actividades en inglés, como la obra de teatro que preparan entre todos, los paseos que dan por el río Gafos o a través de deportes como el surf. Algunos de ellos todavía hablan con la voz afónica tras el concierto privado del que gozaron ayer, en el que cantaron algunas canciones conocidas.
"Me encanta cuando vamos a la isla de San Simón", dice Nevrinka. de 17 años. Esta vez hicieron una obra de teatro interactiva y adaptada para ellos, en la que se explica la historia de esta. Para Lucía, lo mejor es poder estar juntos y la convivencia, aunque también destaca que las clases de ingles le resultan divertidas.
El programa goza de su 22ª edición, contando el año de la pandemia en la que se realizó de forma virtual
José Ángel Abraldes, director del Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Pontevedra, se muestra muy satisfecho con el programa. "Es muy difícil que venga uno y que no repita", dice Abraldes, que afirma que muchos de los adolescentes llevan 4 o 5 años. La educación de las personas ciegas en España está integrada en los colegios ordinarios, pero esto hace, según él, que sea positivo que tengan también experiencias entre ellos. El programa goza de su 22ª edición, contando el año de la pandemia en la que se realizó de forma virtual.
Abraldes recordó que todavía queda dar muchos pasos hacia delante. "Es mucho más fácil ser ciego en España que en el resto del mundo, pero aún en España es extremadamente complicado". Cree que a la hora de hacer cambios en las ciudades hay que tener en cuenta a las personas con esta discapacidad. Denuncia que en la ciudad capitalina había más semáforos sonoros en tiempos de Rivas Fontán que con Fernández Lores. "Para una persona ciega, pasar por un cruce es muy peligroso. Quien lo quiera comprobar que cierre los ojos antes de cruzar y va a ver como no lo hace", asegura. Otro de los problemas que quiso destacar es el pago con tarjetas de crédito en ocasiones no es accesible para gente ciega. "He tenido que decir hasta el número secreto de mi tarjeta para que (el comerciante) me pueda seguir cobrando", reclama. El director pide que se les consulte a la hora de realizar cambios ya que, según él, es importante prevenir los problemas y no esperar a que "las cosas se hagan mal" para corregirlos porque, en muchos casos, es demasiado tarde.
El director xeral de Inclusión Social realiza una visita institucional
El director xeral de Inclusión Social Arturo Puente acudió ayer para ver estas instalaciones y hablar con los jóvenes. El político está muy vinculado a esta organización, en la que trabajó durante 20 años. "Venir a este centro es todo buenos recuerdos", asegura Puente.
Este será el último año para algunos de estos chicos, ya que sólo está disponible para menores. Se dividen en dos grupos de edades (de 12 a 14 años y de 15 a 17) y también en función de su nivel. Se hace en colaboración con el Centro de Idiomas Waterford de Pontevedra.
Para aquellos que tienen dudas, Lucía lo tiene claro: "Venid un año, lo probáis y si queréis pues repetís porque es lo que siempre pasa".
Arturo Puente, director xeral de Inclusión Social, comparte muchos de los problemas que destacaba el director del Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Pontevedra Jose Ángel Abraldes. Considera que se ha avanzado mucho en los últimos años de cara a mejorar la situación de las personas ciegas, pero que siguen afrontando grandes obstáculos y que "aún hay mucho que hacer". En este aspecto, cree que tanto la Xunta como el resto de administraciones tienen una obligación y un compromiso para mejorar la movilidad de las urbes.
Puente aprovechó su visita para destacar el trabajo de la organización en atención de las personas ciegas con adaptaciones de programas informáticos y de otros dispositivos que les pueden facilitar el día a día.
