"Es raro el examinador que no haya sufrido un accidente en su trabajo"

La Asociación de Examinadores de Tráfico urge el complemento pactado para retribuir la peligrosidad de la profesión ► El parón empuja a las autoescuelas pequeñas al cierre
Fernández junto a un camión de prácticas
photo_camera Fernández junto a un camión de prácticas

Los examinadores de tráfico continúan en pie de guerra y sin visos de rendirse. La huelga iniciada por estos profesionales el pasado 19 de junio volvió a hacerse notar este miércoles en el centro de examen de Pontevedra, a donde solo acudieron dos de los nueve trabajadores. La convocatoria de paro sigue teniendo tirón (pese a tener lugar todos los lunes, martes y miércoles desde esa fecha) y es muy probable que continúe activa hasta el 31 de julio, la fecha tope de las movilizaciones.

La delegada de la Asociación de Examinadores de Tráfico en Pontevedra y Galicia, Vanesa Fernández Soaje, explica que la principal reivindicación del colectivo es la "dignificación" de su trabajo a través de la subida del complemento específico, un plus que retribuye "la penosidad, la peligrosidad y la alta tecnificación que debemos tener", explica Fernández. El incremento implicaría un ingreso extra de 250 euros brutos al mes, lo que, en palabras de la portavoz, "no supone ni el 1% del presupuesto de la Dirección General de Tráfico (DGT)". "Cuando un ciudadano va a sacar el permiso de circulación tiene que pagar una tasa de 90 euros. Pues de esa cantidad, la DGT únicamente destina siete euros a pagar a los examinadores", añade Vázquez.

Desde el minuto uno, la huelga ha tenido un elevado índice de participación. En Pontevedra se ha llegado al 90% (con un solo trabajador en activo) y en Vigo llevan varios días con el 100% de la plantilla paralizada. La delegada de Asextra atribuye esta circunstancia a que los examinadores están "muy cansados". "Llevamos pidiendo lo mismo desde 2008 y en el 2015 ya hubo una huelga que se desconvocó ante el compromiso de subir el complemento, hasta ahora incumplido. Creo que ya hemos tenido la paciencia suficiente".

PENURIAS. Fernández incide en que los examinadores están sometidos a diferentes "penurias". "Estamos expuestos a frenazos y es raro el examinador que no haya sufrido un accidente a lo largo de su vida profesional. Aparte tenemos que soportar insultos, agresiones y lesiones en la espalda y cervicales". La portavoz asegura que en otros países el papel que desarrolla el funcionario público "está más valorado". En cambio, incide en que en España "las negociaciones van muy mal" y tienen un pronóstico pesimista para sus intereses: "No tenemos ninguna noticia de la DGT ni se le espera. Los interlocutores que nos han puesto son los mismos que en la última ocasión y solo nos han llamado una vez".

Como era de suponer, los examinadores se están topando con quejas de usuarios afectados por las jornadas de huelga y, especialmente, con protestas del sector de las autoescuelas, al que consideran como "el gran damnificado de esta situación". "Hay muchos pequeños y medianos empresarios que en verano recuperan las pérdidas del resto del año y que, a causa de esto, ven mermada su economía. Si esto sigue, habrá escuelas que tendrán que cerrar", advierte la propia Fernández. "Hay que pagar local y servicios y todo esto va en detrimento de ellos, que no pueden cobrar clases ni matrículas".