Espazo+60 favorece que los mayores sigan desarrollando su proyecto vital

Afundación, la Obra Social de ABANCA, ofrece una gran variedad de actividades a las personas mayores por medio de un programa de envejecimiento activo en el Café Moderno
Participantes en el programa de envejecimiento activo Espazo+60 durante sus clases en el centro de Pontevedra. RAFA FARIÑA
photo_camera Participantes en el programa de envejecimiento activo Espazo+60 durante sus clases en el centro de Pontevedra. RAFA FARIÑA

El antiguo Café Moderno de Pontevedra se ha convertido en uno de los lugares favoritos de las personas mayores de la ciudad y alrededores. Desde el año 2000 se ubica allí el centro Afundación, de la Obra Social de ABANCA que, a través de su programa Espazo +60 tiene como objetivo mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población de edad avanzada.

Este programa de envejecimiento activo, que ya cuenta con once centros en toda Galicia, tiene una diversidad de actividades muy amplia, desde bienestar físico al mental, incluso actividades de aprendizaje y de entrenamiento cognitivo: baile de salón, teatro, idiomas, cultura digital, ajedrez... El listado de actividades es muy amplio, se podría decir que casi personalizado, no vale el "eso no es para mí" porque seguro que alguna se ajusta a las necesidades de la persona. Además, desde centro están abiertos a recibir propuestas de los participantes para próximos proyectos.

La iniciativa es, sin duda, atractiva, allí se respira un ambiente muy agradable, las personas acuden con muchas ganas de aprender y, sobre todo, de relacionarse. "La gente viene para ocupar su tiempo, para seguir aprendiendo y para socializar" aclara Berna Lidín, la coordinadora del Espazo +60 de Pontevedra.

Uno de los talleres más innovadores es "Conociendo mis emociones" que se puso en marcha por primera vez hace un año. Josefina Iglesias, una de las participantes confiesa que hay poca gente en este taller porque todavía no hay cultura de la importancia de las emociones, el porqué las tenemos y para qué nos sirven. "Es un taller un poco complicado porque a veces hay que desnudarse un poquito, al final son orientaciones y nociones de qué son las emociones, te hacen muchas preguntas, hay que abrirse y no todo el mundo está dispuesto". La pandemia intensificó miedos y otras emociones que se deben aprender a manejar para seguir adelante con una vida plena, de hecho, como bien apuntaba Josefina "el taller de emociones es algo que debería hacer todo el mundo".

De hecho, hablando de la pandemia, la actividad no cesó aunque se tuvieran que ir para casa, el programa siguió presente en sus vidas en la medida en que se podía. Un seguimiento a domicilio, con llamadas telefónicas y algún que otro curso online, fueron las maneras en que las que siguieron manteniendo en contacto con los participantes en el programa. "Lo que más echó la gente de menos fue estar en compañía y hablar», de hecho, no eran pocos los que estaban deseando que llegase el día de empezar las clases que «fue poco a poco porque había mucho miedo, sobre todo al tratarse de personas de riesgo".

En el centro se pueden encontrar personas que acaban de emprender la aventura y muchas otras que siguen en ella desde que se inició hace 23 años, es el caso de Josefina Iglesias y Estrella Domínguez que continúan acudiendo cada semana desde entonces y, encantadas, piden que nunca se acabe. De hecho, ambas han ido probando a lo largo de esos años diferentes actividades, en el caso de Josefina, gracias a su participación en "Historias Vividas", el próximo mes de marzo se hará la entrega de su libro. Se trata de un recorrido por su historia vital, desde la infancia, la juventud, la madurez y lo que tienen pensado hacer con su vida en un futuro, sin duda, ayuda a sentirse realizado.

José Antonio Pérez destacaba el taller de ajedrez: "Yo pensaba que iba a ser algo muy aburrido y todos me decían ya verás como te va a gustar. La verdad es que te hacen saber dónde estás, yo dije, no tengo tanta memoria ni tanta fijación como creía". En estas clases el objetivo no es aprender a jugar mejor ni ganar una partida, sino que se le da un uso con el fin de ejercitar la memoria y la atención, finalmente, saben todos los movimientos del ajedrez a través de un trabajo de estimulación de la memoria.

Con todo, desde Afundación animan a las personas mayores a probar alguna de sus actividades, y es que ya lo dijo Teresa Sasiaín, una socia programa: "Ven al club 60 y verás qué bien te encuentras".

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