Los termómetros marcaban apenas un par de grados este sábado por la mañana en la Boa Vila. Sin embargo, eso fue algo que no disuadió a los más pequeños de la casa, que esperaban con gran ilusión la tradicional recepción que los Reyes Magos ofrecen cada 5 de enero en el Pazo de Mugartegui y que llegaron a aguardar más de una hora en la Praza da Pedreira.
Antes de ir hasta allí, Sus Majestades de Oriente, que llegaron a la ciudad a caballo, hicieron una primera parada en el Concello, donde el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, les esperaba para entregarles las cartas que se habían depositado en los últimos días en el buzón allí instalado. Por fin, la espera terminó y desembarcaron en la Praza da Pedreira, donde ya había grandes colas de familias aguardando a que fuese el esperado momento en el que cada pequeño pudiera contarles lo bien que se habían portado a lo largo de todo el año y su lista de deseos para la noche más mágica del año.
Y, por fin, llegó el ansiado momento. Algunos llegan tímidos o incluso con cierto miedo, pero con la emoción de ver, por fin, a los Reyes Magos. Algunos lloros y muchas risas completaron la estampa y fue tal la emoción que algún pequeño se vio en la obligación de confesarles que se había olvidado de su lista de deseos. "Aprovecha y diles todo lo que quieres", le susurraba una madre a su hija antes de subirse al regazo de Melchor a asegurarle que a lo largo de 2018 fue muy buena.
¿HAS SIDO BUENO? Es la pregunta que algún niño preferiría no contestar pero que los Magos repiten hasta la insistencia: "¿Te has portado bien este año? ¿Has sido bueno?". Y es que Sus Majestades de Oriente deben asegurarse antes de llevar los regalos esta noche de que todos los pequeños se los merecen, aunque alguno no dudó en admitir, entre risas nerviosas, alguna que otra trastada realizada a lo largo de los últimos meses.
Por ello, los deseos de los más pequeños se sucedieron una y otra vez, en una lista en la que abundaban algunos de los juguetes más solicitados a lo largo de esta Navidad, como las Bellies, los trompos Beyblade, las muñeas LOL o figuras de Jurassic World.
Y, como en todo, los niños tenían claro qué rey preferían. Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron por igual el cariño de los pequeños, que no quisieron abandonar el salón sin su preciado puñado de caramelos. Y, sobre todo, sin una sonrisa de oreja a oreja que no se les irá de la cara hasta el lunes.
