Las obras de la estación intermodal entran en su recta final. La Xunta asegura que la reforma integral de la terminal de autobuses de Pontevedra está a punto de concluir. Al proyecto solo le faltarían los últimos trabajos en la fachada y pequeños remates en el interior del edificio.
La actuación fue adjudicada a las empresas Alea y Arines por 2.384.785,32 euros y un plazo de ejecución de doce meses. A pesar de que tenía que estar lista a finales de 2020, la remodelación sufrió distintos contratiempos. A los imprevistos técnicos se sumó el impacto negativo de la pandemia del coronavirus en los rendimientos del trabajo y la posterior crisis de materiales.
El proyecto, que llegó a estar parado por los problemas en la cadena de suministro, finalizará casi dos años después de lo previsto. Y el contrato, que se modificó en una ocasión, se cerrará con un sobrecoste. En marzo del año pasado, los técnicos de la Consellería de Infraestrutura aprobaron la ampliación del presupuesto en 354.733,20 euros. Por lo tanto, la obra final ascenderá a 2.739.518,52 euros, casi un 13% más.
Los trabajos aspiran a la mejora funcional, estética y de la eficiencia energética de la terminal. Además de la renovación de la fachada y de la cubierta, la intervención incluyó un cambio en los sistemas de información de los pasajeros.
El proyecto contemplaba una nueva rampa de acceso para facilitar la accesibilidad a los usuarios al interior de la estación. Además, en la zona de las dársenas estaba previsto un nuevo vestíbulo, más amplio y luminoso. De esta manera se busca una mayor comodidad para los pasajeros.

CHAPA DE ACERO PERFORADA
El exterior del inmueble también sufrió importantes cambios. Las fachadas han sido aisladas para evitar problemas de humedades y todas ellas se han cubierto con una especie de "segunda piel" hecha de chapa de acero perforada de color blanco. Los problemas de suministro de estos materiales han retrasado la ejecución de las obras, que han tenido al menos seis plazos distintos para su remate final.
En paralelo al cambio de los ventanales, la Xunta prevé mantener el servicio de cafetería. Con respecto al resto de los antiguos locales, algunos de ellos han sido eliminados para ganar espacio y otros serán ocupados por empresas de transporte.