CONVERSAS NA UVI

"Este es el siglo de las mujeres"

La directora Marta Pazos habla de su relación con Pontevedra y repasa su trayectoria en la charla inaugural de las VI Conversas na UVI ▶"Nunca imaginé que podía dedicarme al teatro"
Marta Pazos durante la charla que mantuvo con Ramón Rozas en la Casa das Campás. DAVID FREIRE - Conversas na UVI
photo_camera Marta Pazos durante la charla que mantuvo con Ramón Rozas en la Casa das Campás. DAVID FREIRE

"Sí que fui consciente, en un momento dado, de que existe un techo de cristal, de que si eres mujer tienes que estar sacando constantemente los galones y de que había colegas hombres con curriculums mucho menores que simplemente se llevaban los proyectos", contó este martes, en la Casa das Campás, la directora teatral, dramaturga y actriz pontevedresa Marta Pazos. "Como yo siempre he tenido la suerte de contar con propuestas propias, nunca me vi obligada a aceptar algo con lo que no estaba cómoda. Pero sí, ahora que estoy metida en el mundo de la ópera, por ejemplo, me doy perfecta cuenta de que es un universo muy jerarquizado y muy retrógrado. Por eso me apetece mucho entrar ahí y dinamitarlo todo. El arte también está para eso".

Su papel como mujer en el mundo de la escena fue una de las cuestiones que Pazos abordó con el crítico y columnista Ramón Rozas en la charla inaugural de la VI edición del ciclo Conversas na UVI, un proyecto de Diario de Pontevedra y la Universidade de Vigo. "Este es el siglo de las mujeres. Y debemos aceptarlo de una forma natural. Realmente hay que empezar a asumirlo con naturalidad para que nuestras hijas puedan vivir por fin la igualdad real".

Detalle del público que asistió a la primera de las conferencias del ciclo de Diario de Pontevedra y la Universidade de Vigo. DAVID FREIRE - Conversas na UVI
Detalle del público que asistió a la primera de las conferencias del ciclo de Diario de Pontevedra y la Universidade de Vigo. DAVID FREIRE
 

Rozas preguntó a la dramaturga, además de por su experiencia como mujer directora de escena, por las circunstancias que marcan el presente del teatro gallego y sus necesidades inmediatas. "Nosotros trabajamos en la cultura en Galicia. Así que trabajamos en la escasez. Esto es algo que sucede en España en general. Cuando vas a Francia, por ejemplo, te das cuenta de que el estatus del artista es completamente diferente".

"Hay que valorarse más. Nos falta amor propio. A veces me pregunto si el estrangulamiento de nuestra cultura es intencionado"

Faltan reconocimiento y recursos, pero también apoyo institucional y amor propio. "Si hay algo de lo que me enorgullezco es de haber conseguido salir de Galicia con Voadora, llevar nuestras propuestas a cualquier parte y que se reconozca que estás al nivel de cualquier proyecto europeo", explicó Pazos. "Si algo aprendí durante los cinco años que viví en Barcelona es que ellos tienen un gran amor propio, un gran orgullo por lo que hacen y tratan de proyectarlo todo lo posible internacionalmente. Sin embargo, nosotros tenemos una idiosincrasia que castiga el éxito y la ambición. Hay que valorarse más. Nos falta un poquito de amor. A veces todo esto me lleva a pensar si el estrangulamiento de nuestra cultura es intencionado".

La directora de la compañía Voadora (Premio de la Crítica de Galicia, siete premios María Casares, finalista del premio Max, etc.) repasó su trayectoria desde sus inicios en Pontevedra, "un sitio muy querido para mí". "Yo descubrí el teatro como espectadora aquí, con mi madre en el Principal, pero nunca imaginé que me podía dedicar a esto". Tras pasar por la facultad de Belas Artes ("siento de alguna manera que sigo viviendo de rentas de aquellos primeros años en los que estudié aquí, fueron muy importantes"), se fue a acabar la carrera a Barcelona. Allí, "de una forma completamente fortuita, a través de un azar cósmico", acabó teniendo una primera experiencia en el mundo de la escena de la mano de La Fura dels Baus. "Encontré allí una conexión brutal, en carne viva, entre el arte y la vida".

PINTURA. Pese al flechazo que sintió con el teatro, Pazos decidió insistir con la pintura, vocación primera, a la que sigue sintiéndose vinculada. "La pintura es algo que se lleva dentro. Todavía hoy, cuando huelo a trementina algo se conecta dentro de mí. Ahora, en vez de óleos, pinto personajes". El trabajo con otras personas, la experiencia colectiva del teatro, fue una de las razones por las que la artista cambió definitivamente el caballete por el escenario. "A mí lo que me gusta es hacer arte con las personas y para las personas. Puedo decir que tenía miedo a aislarme, a quedarme a solas con mis paranoias".

Su pasión por el teatro se consolidó en Voadora, "que es fruto del amor y que no es una compañía de teatro, sino un proyecto de vida". "Es nuestra apuesta por la libertad. Y nos ha traído muchísima aventura y crecimiento".

Comentarios