García Montero: "Estoy encantado de poder leerme en gallego"

El poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero,  presenta en Culturgal 'O dono do derradeiro minuto' (Tulipa Editora), la primera traducción de su obra al gallego

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photo_camera Luis García Montero en el Culturgal. RAFA FARÑA

"Quien ofende tu lengua materna, ofende algo muy serio", dice Luis García Montero (Granada, 1958). El autor y profesor acaba de pasar por la XI Feira das Industrias Culturais de Galicia, Culturgal, para presentar 'O dono do derradeiro minuto' (Tulipa Editora, 2018), la primera traducción de su obra al gallego. Se ha encargado de ella el pontevedrés Isaac Xubín. "Ha hecho un trabajo que me emociona". Ganador del Premio Nacional de Poesía y del Premio Nacional de la Crítica, representante destacado de la generación de los 80 y de la que se ha denominado 'poesía de la experiencia', el Gobierno socialista le nombró el pasado verano director del Instituto Cervantes. Asumió el cargo reconociendo como uno de sus primeros objetivos normalizar la relación entre los idiomas de España. "Eso es lo normal: sentirte enriquecido por Rosalía de Castro o Salvador Espriu".

¿Qué es 'O dono do derradeiro minuto'? ¿Qué poemas ha seleccionado para este volumen?

Es una antología de mi poesía, donde hay poemas de casi todos mis libros, versos escritos a lo largo de 30 y tantos años. Fue una propuesta de Antón Sobral. Se trata de una muestra de mi poesía traducida al gallego por Isaac Xubín.

Que es de Pontevedra.

Que es de Pontevedra y que es un magnífico poeta. Y que ha hecho un trabajo que a mí me emociona. Porque una lengua no es un vocabulario, es una cultura. Cada palabra tiene un sedimento histórico. Traducir es crear. Él ha sabido llevar mi mundo poético a la cultura gallega. Estoy encantado con que acogiera la idea la editorial de Isabel Patiño, Tulipa. Y encantado de poder leerme en gallego.

¿Y cómo le parece que suena?

¡Me gusto más! Porque yo creo que un escritor, si no es muy tonto, siempre se lee con ojos de corrección. La papelera es muy necesaria en este trabajo y el escritor que pierde la conciencia crítica está perdido. Yo puedo leer con ojos de admiración, porque me gusta mucho la poesía y sigo siendo el lector adolescente que se sumerge en los versos,  lo que escriben los demás. Pero mi propia poesía la leo con ojos de corrector pensando que aquí podría haber cambiado esto o allí podría haber hecho esto otro. Cuando uno se lee en gallego se lee con menos responsabilidad. Se lee con la emoción de alguien que ve que le han hecho el homenaje de llevarlo a otra lengua. Puedes leerte con la emoción de otro que ha trabajado tu mundo. Yo lo agradezco.

La papelera es muy necesaria en este trabajo y el escritor que pierde la conciencia crítica está perdido

Rosalía representa un punto de inflexión muy importante en la poesía española. El camino que siguieron Machado o Juan Ramón Jiménez, yo no lo entendería sin ella

Hay otro poeta granadino que escribió en gallego...

Bueno, fíjate, Federico García Lorca. En aquella edición de 1935 ilustrada por Luís Seoane. Le ayudaron sus amigos y su amor por Galicia. Yo creo que ahí está, sobre todo, la mano de Ernesto Guerra da Cal. Y también de Eduardo Blanco Amor. Son poemas muy muy emocionantes. Una de las locuras que he cometido en mi vida fue comprarme una primera edición de los 'Seis poemas galegos', que estaba carísima en el mercado de libro de viejo. Pero me emocionó poder gastarme el dinero que tenía en ese libro, que tiene mucho que ver con el mundo de Lorca, con la relación que Lorca tuvo con Galicia, con el interés que tuvo desde la raíz más andaluza por dialogar con otras culturas, con otros mundos. Creo que es fruto también de una historia de amor de Federico García Lorca. Y me parece un libro maravilloso. 

¿Y su relación con Galicia, cómo es? Su admiración por Rosalía de Castro es conocida, por ejemplo.

Precisamente Lorca vino Galicia en uno de sus primeros viajes, siendo alumno universitario. Y en 'Impresiones y paisajes' quedan las huellas de aquello. En alguno de sus poemas inéditos de juventud hay un hermosísimo homenaje a Rosalía de Castro. Yo tengo que decir que vine a Galicia porque mi padre, militar, estuvo destinado en A Coruña. Y estuve viviendo con él. Después, claro, he sido muy lector de Rosalía de Castro. Para mí representa un punto de inflexión muy importante en la poesía española. Da el paso del Romanticismo al Simbolismo. La tristeza de Rosalía tiene mucho valor porque se aleja del dolor grandilocuente, retórico, a gritos, de alguna poesía romántica, muy de moda en la época, y lo convierte en la tristeza de la subjetividad interiorizada que sugiere y murmura. Buena parte del camino que después siguieron poetas como Antonio Machado o como Juan Ramón Jiménez no lo entendería yo sin la presencia de Rosalía de Castro. A mí, ella me emociona mucho. Cuando yo empecé a escribir y a publicar, en los años 80, había una relación muy fluida entre las distintas lenguas del Estado. De hecho, entré muy pronto en relación con lo que estaba escribiendo Manuel Rivas, por ejemplo. Y tuve una amistad muy estrecha con Ramiro Fonte, un poeta con el que realmente hablé mucho de poesía mientras madurábamos los dos. Tuvimos mucha complicidad. En este libro que se ha publicado, precisamente hay un poema de 1983 dedicado a Ramiro Fonte.

Las lenguas maternas son algo muy serio. Quien ofende a tu lengua materna, ofende a esa parte de intimidad donde has edificado tu socialización, donde te has levantado como individuo en relación con el mundo, el idioma con el que has aprendido a decir 'madre', a decir 'tengo frío', a decir 'te quiero'

Este objetivo, el de recuperar la relación normal entre las distintas lenguas del Estado, ha sido uno de los primeros que que ha hecho públicos como nuevo director del Instituto Cervantes. ¿Porque la relación ha dejado de ser normal?

Mira, yo recuerdo con mucho cariño unos encuentros literarios que hacía la Universidad de Salamanca en la Casona de Verines, en un pueblo de Asturias, donde de manera muy natural coincidíamos poetas y escritores de todos los idiomas con una complicidad muy hermosa. Cuando digo que el Instituto Cervantes debe trabajar por la recuperación del diálogo entre las lenguas oficiales del Estado no estoy teniendo ninguna idea peregrina sino que estoy recordando lo que era normal en los años 80 y estoy recordando una de las normas que sirvieron para fundar esta institución. Porque una de sus misiones es defender y divulgar todas las culturas de todas las regiones y nacionalidades que se integran en el Estado Español. Eso es lo normal: sentirte enriquecido por Rosalía de Castro o por Salvador Espriu. Pero aquí se ha intentado llevar al debate político la riqueza cultural de los idiomas de España. Esa crispación política que ha habido en el País Vasco o en Cataluña se ha desplazado al idioma y eso es un disparate. Porque el diálogo cultural nos enriquece a todos. No se entiende una tradición literaria sin diálogo con otras tradiciones literarias. Las lenguas maternas son algo muy serio. Quien ofende a tu lengua materna, ofende a esa parte de intimidad donde has edificado tu socialización, donde te has levantado como individuo en relación con el mundo. La lengua materna es con la que has aprendido a decir 'madre', a decir 'tengo frío', a decir 'te quiero'. Tenía mucha razón Miguel de Cervantes en un episodio del segundo tomo del Quijote, 'el episodio del caballero del verde gabán', donde Don Quijote se encuentra con un personaje muy raro que le cuenta que tiene un hijo que quiere ser poeta, pero que eso debe ser algo muy raro y muy pedante porque su hijo solo quiere hablar en latín. Y no habla en romance, no le gusta su propia lengua. Y Don Quijote hace una reflexión maravillosa diciéndole que hay que desconfiar de aquel que no ama a su lengua materna, porque está traicionando su propia intimidad y su propia configuración. Con toda la razón del mundo. No se puede maltratar ese espacio en el que aprendemos a decir 'yo' o 'nosotros'. Las lenguas son una riqueza.
 

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