Un estudio pone en duda los orígenes de Santa Clara

El trabajo de análisis documental encargado por la Deputación establece 1310 como el año de fundación del convento y atribuye la fecha de 1271 a un error ▶ El informe también señala la relevancia de Maior Pérez y Leonor Rodríguez, dos mujeres clave en la historia del cenobio
Vista aérea del antiguo convento de Santa Clara. M.B
photo_camera Vista aérea del antiguo convento de Santa Clara. M.B.

Santa Clara sigue envuelta en el misterio. Un estudio pone en duda los orígenes del primer convento de mujeres en Pontevedra. El trabajo de análisis documental encargado por la Deputación para conocer la evolución histórica y artística de este bien establece 1310 como posible año de la fundación del recinto y atribuye la fecha de 1271 a un error. 

El historiador Suso Vila, autor de esta investigación, señala que esta equivocación está relacionada con la referencia que un padre fransicano, Luca Wadding, realiza sobre Santa Clara en 1654. "Fai mención a un documento de 1309 ao que lle aplica a corrección da era hispánica (38 anos)", explica este doctor en Historia da Arte de la Universidade de Santiago de Compostela en su informe. 

La era hispánica era el modo de datación más habitual en la época. Se relacionaba con la fundación de Roma, mientras que la era cristiana, que se impuso más tarde en el calendario, utiliza como punto de partida el nacimiento de Jesucristo, que fue posterior. La diferencia entre ambas era de 38 años. 

"O documento principal de doazón de Maior Pérez a Santa Clara é do ano 1310, hoxe no Arquivo do Museo de Pontevedra", expone. "Non sería extraño que a Wadding lle informaran dalgún documento anterior ou mal datado ao que, por confusión, lle aplicou a corrección da era hispánica. Esta datación sería recollida en 1722 por frei Jacobo de Castro e logo repetida, por erro, en numerosas publicacións até os nosos días", señala Vila. 

Pergamino de la donación de Dona Maior Pérez a Santa Clara. DEPUTACIÓN
Pergamino de la donación de Dona Maior Pérez a Santa Clara. DEPUTACIÓN

El autor del estudio históricoartístico de Santa Clara también señala la relevancia de dos mujeres clave en el surgimiento del convento. Una de ellas es Maior Pérez, de familia adinerada. Su figura va a tener un importante protagonismo tanto en el proceso de construcción como de consolidación económica de este convento y el que la Orden de las Clarisas tenía en Santiago. 

Su donación más importante al conjunto monacal se remonta al 28 de julio de 1310. Regaló "numerosos" bienes que se concentraban en los alrededores de Pontevedra y también en O Morrazo y O Salnés. Su relación con Santa Clara fue "intensa ao longo de case 30 anos". "Dona Maior Pérez estaba a facilitar a entrada de monxas no convento ademais do apoio á súa construción ou ao seu financiamento para a súa sostibilidade", indica Suso Vila, que recuerda que, a pesar de sus donaciones, nunca se convirtió en monja. "Polo menos, así non consta, sendo probable que fose enterrada no convento pontevedrés, incluso co hábito, como mecanismo para expresar a humildade e pobreza da orde na procura dun lugar no paraíso", añade. 

El segundo personaje vital para el cenobio fue Leonor Rodríguez, su primera abadesa. Estuvo al frente del monasterio durante más de tres décadas y su influencia fue fundamental para "reforzar a independencia e viabilidade" de Santa Clara. Su relevancia era tal que logró que se rompiese la clausura para recibir tres hombres que habían hecho una generosa contribución al convento: el arzobispo de Santiago y los obispos de Lugo y Ourense. En 1324, el cardenal Arnaldo, que era el protector de Santa Clara, les permitió entrar en el recinto. 

La gestión económica de la abadesa fue notable. Y muestra de su capacidad de acción es la deuda personal que contrajo con el maestro Johan Boleyro, un religioso de San Salvador de Lérez. El historiador Suso Vila explica en su informe que Leonor Rodríguez puso como aval su casa de Aralde, en Vilanova de Arousa, para acceder a este préstamo, que relaciona con obras en el convento o en la iglesia, "aínda que non se podería descartar unha operación financeira máis complexa para consolidar os bens que xa posuía Santa Clara, cambiando ou mercando novas propiedades que permitisen unha maior rendibilidade ao patrimonio do convento". 

En su amplia investigación, Vila también recopia material sobre la vida de las monjas clarisas durante los más de 700 años de historia de Santa Clara.

El único de los tres monasterios que conserva su muralla 

El de Santa Clara es el único de los tres monasterios mendicantes que se asentaron en la ciudad en el siglo XIII que, además de sus edificaciones, conservó la muralla. Este perímetro señalaba la clausura del centro y, a su vez, "encapsulaba no urbanismo pontevedrés ao longo de máis de 700 anos", tal y como señala el historiador Suso Vila en el estudio realizado para la Deputación. 

En 1611 se contrataron las obras de la nueva muralla, que ganó altura con el fin de reforzar la clausura y cumplir con los mandatos del Concilio de Trento. 

La iglesia de Santa Clara se construyó a lo largo del siglo XIV, entre 1310 y 1362. La cabecera data del siglo XV, "polo menos entre os anos 1403 e 1445".

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