Estudios, trabajo y salud aportan al censo más de 3.000 vecinos temporales

La ciudad recibe cada año a más de 8.700 foráneos y 'exporta' a otros concellos 5.700 residentes
Las fiestas de verano son el momento del año, junto con Feira Franca, con mayor carga de población.DP
photo_camera Las fiestas de verano son el momento del año, junto con Feira Franca, con mayor carga de población.DP

Para conocer la población real que tiene una localidad no basta con echar un vistazo a su censo (bien municipal, bien del INE), sino que es necesario tener en cuenta, además, la población flotante que acude a ese lugar por distintos motivos pero que no está censada en él. Es decir, forma parte de su economía, de sus hábitos, de su cultura pero no está reconocida como tal.

El Instituto Galego de Estatística acaba de cuantificar ese volumen de vecinos temporales -si bien los datos se refirieron a 2017, que es el último año del que constan registros oficiales-, en el que se refleja una población de entrada media de 8.728 foráneos durante el año, mientras que 5.739 residentes en la Boa Vila se desplazan a otros municipios, lo que deja un saldo de población flotante de unos 3.000 vecinos (2.989). Es decir, la cifra de pontevedreses -entre censados y habituales- se dispararía por encima de los 85.000.

Las estadística desglosa la fluctuación en cinco grandes áreas, aunque las más relevantes son los estudios (principalmente universitarios), el trabajo (empleados que residen en concellos limítrofes) y la salud (pacientes y familiares del área sanitaria norte que acuden a los centros sanitarios de la ciudad).

Estas tres categorías aportan a Pontevedra una media anual superior a los 3.000 vecinos, concretamente, 3.038. El mayor porcentaje de ese refuerzo demográfico llega de los empleos ocupados por los foráneos (más de 1.300 de media al año), seguidos muy de cerca por el colectivo de universitarios (1.250 anuales). A más distancia quedan los visitantes que se desplazan por una consulta médica o un ingreso: 460 al año.

DÍA DE NOCHE. Cabe diferenciar, en esas variaciones, entre la población flotante que pernocta de forma habitual (bien en largas temporadas, bien solo en días laborales) y la que regresa en el mismo día a su lugar de origen.

Según los datos aportados por el IGE, la que hace noche en la ciudad supone el 48% del total (4.210 personas al año), mientras que el 52% restante viene y va.

Por sectores, obviamente, el trabajo es el que tiene un mayor protagonismo entre los visitantes que regresan a sus hogares al acabar la jornada: más de 1.800 empleados. Le sigue muy de cerca el estudio, con casi 1.700 personas, y a más distancia la salud, con una media anual ligeramente superior a los 550 visitantes.

Entre los que optan por contratar un alojamiento provisional, son mayoría, también, los trabajadores, pero las personas vinculadas al estudio (alumnos, docentes y personal de administración y servicios) se ven desbancadas por las que viajan a Pontevedra por motivos de salud.

La estadística oficial también refleja una situación lógica: el notable descenso de la población flotante relacionada con el estudio durante el trimestre de verano, una circunstancia que se aplica tanto en la que pernocta en la ciudad como en la diurna.