"Sentí la explosión de una bomba". Así definía la propietaria del negocio más cercano al punto en el que se produjo una explosión en la tarde de este viernes, en la parte alta de la calle Joaquín Costa, muy cerca de La Pasarela. Las primeras hipótesis apuntan a un mal funcionamiento de un compresor como el causante de una poderosa deflagración que proyectó la fachada del taller Moto Santos hacia la vía pública, lanzando cristales y otros materiales sobre la acera.
En el interior, los dos empleados se aliaron con la fortuna para no resultar heridos. La suerte también estuvo de lado de los viandantes, pues nadie pasaba en ese instante, sobre las 18.30 horas, por un punto normalmente concurrido, incluso por niños, por la cercanía del lugar a algunos colegios y a las sedes judiciales de A Parda.
Un amplio operativo coordinado desde el servicio de Emerxencias del 112 Galicia se desplegó inmediatamente en el lugar del suceso. Las policías Nacional y Local se encargaron de acordonar la zona e impedir riesgos. Mientras, varias dotaciones del Parque Municipal de Bomberos de la ciudad del Lérez trabajaban en el interior del taller. Primero localizaron el presunto foco de la explosión para a continuación retirar todos los restos de la fachada que se habían quedado colgando, con el consecuente peligro para los viandantes. Cristales, principalmente, pero también fragmentos metálicos procedentes del portalón de entrada fueron asegurados en cuestión de unos minutos.
En paralelo, los servicios sanitarios del 061 ofrecían atención a los empleados, que, en principio, no sufrieron lesiones visibles, si bien se hallaban en un lógico estado de shock tras la potente explosión que acababan de vivir en primera persona.
El balance final de los hechos se conocerá en las próximas horas, si bien todo apunta a que los daños materiales, aunque cuantiosos, no fueron tan notables como podría haber sucedido, dadas las circunstancias.
