Recorte de gastos, trabajo e ingenio. Son algunas de las claves a las que recurren las empresas de Pontevedra para encarar la escalada de precios actual.
Nueve comunidades autónomas registraron en el pasado mes de marzo un Índice de Precios de Consumo (IPC) superior al 10%. Galicia, según datos del Instituto Nacional de Estadística, con un 10,5% , es una de ellas. Esta cifra supone siete décimas superior a la media estatal del 9,8%, y su tasa más alta en casi 38 años. Así, Galicia no registraba un valor tan elevado desde octubre de 1984, cuando estaba en un 10,9% interanual.
Por todo esto, muchas empresas locales han empezado a recurrir a medidas de emergencia para seguir adelante. "Se están juntando demasiados datos en contra", manifestó el presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Pontevedra, José María Corujo. "Veníamos de cierta tranquilidad en la macroeconomía y ahora está descontrolado todo y los empresarios echan mano de todo lo que pueden: recorte de gastos, esfuerzo e ingenio para paliar la falta de rentabilidad", añadió. Corujo no habla de cierre de empresas "por ahora", pero advierte que muchas compañías no podrán resistir esta situación a largo plazo.
"De todo esto tiene parte de culpa la guerra, pero con la energía ya estaba pasando esto antes y las empresas llevan tiempo sufriendo estos precios desorbitados", manifestó el responsable de Aempe.
A la crisis pospandemia, se suma la de suministros y materiales y el incremento de los carburantes y la electricidad, que es lo que más ahoga a los negocios locales. Es el caso de la peluquería Chus Valiñas, de Pontevedra, que lleva abierta en la ciudad varias décadas y "nunca había encadenado" tantas crisis seguidas, dice su propietaria. "Nuestra experiencia es complicada. El recibo de la luz se ha multiplicado por dos. Nosotros trabajamos con secadores, termo, calefactores, y otros aparatos que utilizamos en el salón", indica Valiñas. "También se nota que ha incrementado el precio de la cesta de la compra, ya se nota en que algunas personas que venían una vez a la semana empiezan a reducir la frecuencia", dice la propietaria de este establecimiento. "Y los precios se pueden subir relativamente. Podemos quitar de la mano de obra, pero no podemos reducir en calidad", sostiene.
"Deberían fomentarse las comunidades energéticas público privadas"
Las grandes empresas también se ven afectadas por la crisis de suministros aunque principalmente es la factura energética la que las mantiene contra las cuerdas. Es el caso de la empresa Pontevedresa Group, también perteneciente a la industria transformadora y electrointensiva, y que trabaja con hornos de templado y líneas de laminado. "En nuestro caso los gastos de electricidad casi se han triplicado", dice Iago González Barbeito, vicepresidente de la compañía.
"¿Cómo encaramos la situación? Pues optimizando y tratando de amortiguar el incremento de costes lo que podemos a nuestros clientes", cuenta.
"El flotado de vidrio se fabrica en calderas de gas, imagínate, esto tiene un incremento tremendo", añade González Barbeito, que apunta al trabajo y la implicación del equipo como claves para "seguir navegando y creciendo", "aunque el desgaste humano es muy alto", sostiene. "Es como estar en una guerra durante mucho tiempo para seguir adelante".
El empresario pontevedrés considera que deberían adoptarse algunas medidas fiscales que ayudasen a las empresas que repercuten un gasto energético de este calibre. "Lo sensato sería que la agencia tributaria hiciese una exención fiscal en estos apartados que tienen que ver con el recargo de energía". Considera González Barbeito que "se están olvidando del sector transformador que trabaja con potencias de entre 2 y 10 megavatios lo que implica un coste energético muy elevado".
El vicepresidente de Pontevedresa Group pone sobre la mesa la posibilidad de que se puedan crear "comunidades energéticas publico privadas para el desarrollo de parques eólicos público privados que den soporte a las necesidades industriales y el excedente lo liberen para que los vecinos tengan un coste energético mucho más bajo" como una posible salida a la crisis energética actual.
"Hay gente que ha recibido facturas por importes duplicados por el mismo periodo del año anterior. Y luego algunas vienen con importes desorbitados. Personas en domicilios particulares con facturas de 1.000 euros en un mes", señala la presidenta de los consumidores de Pontevedra. "Incluso hemos tenido una de 8.000 euros. En ese caso hubo que hacer una reclamación y la compañía reconoció que había habido un error", cuenta Vales, desde cuya asociación se han organizado charlas sobre cómo interpretar las facturas de la electricidad.
Normalización de la crisis
La presidenta de la Asociación Rías Baixas sostiene que el consumidor "parece que ha normalizado vivir en una sensación de crisis". "Mi percepción es que cualquier pequeña situación que surja se toma como disculpa para incrementar los precios de las cosas", sostiene en relación al incremento de precios achacado a la pandemia, la crisis de suministros y actualmente a la guerra de Ucrania.