Fallece Aquilina Alonso, la centenaria de Echegaray

Hace poco más de un mes Aquilina le pedía al alcalde que arreglase su calle, Echegaray, porque estaba siempre sucia y le faltaba luz. La anciana cumplía entonces 105 años y rebosaba vitalidad. El regidor le entregó un ramo de flores y ella, con picardía, le pidió un abrazo ante los "paparazzi".

Aunque reconocía que no votaba a Lores - "soy conservadora y conversadora", solía decir-, sí lo consideraba un amigo y ambos solían compartir un rato cada año cuando Aquilina cumplía una primavera más. La última vez que recogió su correspondiente ramo de flores explicó que "San Pedro no me deja entrar en el cielo porque sabe que se lo revolucionaría".

Aquilina se casó con un hombre de Almería al que conoció en París, ya que la pontevedresa estudió en La Sorbona gracias a una beca. Luego, el matrimonio se instaló en Barcelona, donde Alonso dirigió un colegio durante años. Sus últimos años, ya viuda, los pasó en Pontevedra. Eso sí, por mucho que avanzase su edad, la pontevedresa nunca dejó de ser presumida. Cuidaba el peinado y el maquillaje y nunca le faltaban joyas en las manos ni en el cuello. Ella misma se reconocía coqueta y animaba al alcalde de Pontevedra a ponerse más corbatas. El entierro se celebró este domingo por la mañana en el cementerio de Sanxenxo. El funeral tendrá lugar este lunes a las 17.00 horas en el Templo Nuevo de la villa.