La soledad y el silencio de las calles anima a los jabalíes a buscar comida en la ciudad

El toque de queda ha dejado los núcleos poblados prácticamente desérticos, lo que ayuda a estos asustadizos animales a desplazarse desde los montes próximos

La presencia, el miércoles por la noche, de una pareja de jabalíes paseando tranquilamente por la zona de Campolongo fue este jueves ampliamente comentada en las redes sociales. Pero no fue la primera ocasión en que estos animales se animaron a vencer su natural timidez para dejar atrás sus dominios en el monte y adentrarse en la ciudad en busca de alimento.

Según fuentes policiales, durante los tres meses del confinamiento fueron habituales las llamadas alertando de la presencia de estos cerdos salvajes por las calles más próximas a las zonas de vegetación. Un avistamiento que el miércoles volvió a repetirse.

2020111313453391400La primera voz de alarma saltó en torno a las 22.30 horas. Varios vecinos de la calle Eduardo Blanco Amor telefonearon al 092 para indicar que dos jabalíes adultos bajaban tranquilamente desde San Blas en dirección a Campolongo. Incluso llegaron a detenerse en algunos jardines para buscar algo con lo que saciar su voraz apetito.

Algunos testigos incluso inmortalizaron la sorprendente visita con fotos y vídeos que circularon por Internet, desatando todo tipo de opiniones, algunas con mayor rigor que otras.

Una patrulla de la Policía Local salió a su encuentro sobre las 23 horas y, poco a poco, consiguió empujar a la pareja de nuevo hacia los montes de San Blas, donde se perdieron entre la maleza.

Sin embargo, sobre las 5 de la madrugada volvieron a repetirse las alertas telefónicas. En esta ocasión, el hallazgo se produjo en el entorno de la Casa del Mar de Mollabao. De nuevo, la Policía Local se puso manos a la obra, al tiempo que trasladaban el aviso a la Consellería de Medio Ambiente, competente en esta materia.

Los expertos consultados aclaran que los jabalíes son animales muy asustadizos y siempre rehúyen la presencia del hombre, salvo que se vean acorralados, heridos o sus crías estén en peligro.

Sin embargo, cada vez es más habitual verlos caminando por los núcleos urbanos: el pasado domingo un ejemplar recorrió el centro de A Coruña hasta que fue "empujado" por la Policía hasta una zona rural y los accidentes con estos animales en carreteras nacionales van en aumento.

La explicación radica en que el toque de queda ha dejado a los núcleos poblados prácticamente desérticos y en un silencio sepulcral. Circunstancias que animan a los jabalíes a salir de la seguridad de sus montes y explorar nuevos territorios con un único fin: encontrar alimento.

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