La fase 2 arranca al ralentí con un 60% de negocios cerrados y cautela en el público

Poca afluencia a la playa pese al calor, centros comerciales semivacíos, solo un tercio de los alumnos en las aulas, emotivas visitas en los geriáticos y el comercio local o la hostelería expectantes por el comportamiento de los clientes
El gimnasio Crossfit Turoqua abrió sus puertas entre fuertes medidas de seguridad. GONZALO GARCÍA
photo_camera El gimnasio Crossfit Turoqua abrió sus puertas entre fuertes medidas de seguridad. GONZALO GARCÍA

Cerca de 200.000 ciudadanos de la comarca de Pontevedra estaban el lunes llamados a adentrarse en la fase 2 de la desescalada. Casi nueve mil negocios podían recobrar su actividad en la provincia. Pero ni mucho menos fue así. El área pontevedresa arrancó al ralentí esta etapa de recuperación de la normalidad tras la devastadora crisis del coronavirus.

El comercio local y la hostelería ya lo habían advertido. Estimaban que un 60% de los establecimientos no abrirían. Se quedaron cortos. Siete de cada diez optaron por esperar, prepararse y analizar el comportamiento de los clientes antes de dar el paso o recuperar a sus plantillas de los Erte (casi 90.000 trabajadores siguen acogidos a esta medida en la provincia).

Dos clientas en el interior de una cafetería de la ciudad. GONZALO GARCÍA

En los centros docentes, como se aguardaba, nada fue normal. Apenas un tercio de los estudiantes de 2º de bachillerato, llamados a regresar a las aulas de manera voluntaria, optó por acercarse hasta sus centros. Y al llegar se encontraron sus institutos cambiados, entre fuertes medidas de seguridad. Clases casi vacías y desarrolladas en aulas magnas o pabellones deportivos trataron de garantizar la distancia entre unos alumnos ataviados con mascarillas e invitados a lavarse las manos con gel hidroalcohólico cada cambio de clase. Sin recreos y estrenando una nueva normalidad a la que los profesores tratan de adaptarse igual que los estudiantes.

Estudiantes del IES Luis Seoane, en Monte Porreiro, entrando en el centro distanciados y entre fuertes medidas de seguridad. GONZALO GARCÍA

En las playas, donde también se aventuraba una jornada compleja, todo discurrió con sorprendente normalidad y tranquilidad. La afluencia, mayor por la tarde que durante la mañana, no supuso ningún problema ni siquiera en los arenales tradicionalmente más concurridos. Las anunciadas medidas de separación, control y restricciones de acceso no están aún en marcha en el litoral pontevedrés, de O Salnés o de Arousa. Los bañistas no causaron ningún problema y ni siquiera en las horas punta fue precisa la intervención de la Policía.

Instante de la jornada en la playa de Silgar. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Lo que sí lucen la mayoría de playas en la comarca son carteles informativos en los que se recuerdan las medidas de seguridad propias de esta pandemia.

El otro gran momento del día, igualmente esperado, fue el que protagonizaron los mayores en las residencias, que recibieron las primeras visitas de sus familias en los últimos 77 días. Se vivieron escenas conmovedoras y llenas de alegría en la totalidad de los centros donde se permitieron estos encuentros, ya que los geriátricos con algún caso positivo reciente no activaron esta medida contemplada en la fase 2 del desconfinamiento. Cerca del 80% de las residencias de mayores en la provincia reabrieron sus puertas a hijas e hijos, nietas y nietos, hermanos o hermanas de los residentes. Pero lo hicieron bajo estrictos protocolos de seguridad. En todos los casos con citas previas, limitados a un solo visitante por cada mayor, durante un tiempo también limitado y manteniendo las medidas de higiene precisas o la distancia de seguridad.

Otra de las medidas recuperadas este lunes en Pontevedra fue de tipo administrativo. Tal y como se había anunciado, abrieron sus puertas las oficinas del Registro Municipal y el Padrón en la Casa da Luz, donde los funcionarios comenzaron a atender a los primeros vecinos y sus gestiones.

Apertura de oficinas do Padrón e Rexistro na Casa da Luz. GONZALO GARCÍA

En los centros comerciales, pese a que la mayoría de establecimientos interiores abrieron sus puertas, la afluencia de público fue escasa. Tanto en estas tiendas como en la mayoría de comercios, cafeterías y restaurantes todavía cerrados se espera que las limitaciones de ocupación desaparezcan para que los negocios protagonicen su particular desconfinamiento y abran gradualmente sus puertas recuperando además parte de los empleos que ahora mismo siguen anulados.

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