Una ferretería que dio el relevo a un hospital del siglo XV antes del Casino Mercantil

El inmueble fue construido en solar adquirido por el empresario Saturnino Varela y también fue sede de Caja Postal
Foto antigua del edificio. MUSEO DE PONTEVEDRA
photo_camera Foto antigua del edificio. MUSEO DE PONTEVEDRA

El edificio que hasta ahora funcionó como sede social del Casino Mercantil e Industrial fue construido a finales del siglo XIX en un solar adquirido por Saturnino Varela, un pequeño empresario natural de León que ya entonces tenía un negocio en Curros Enríquez y que en 1897 compró la parcela al Concello por algo menos de 15.000 pesetas en una subasta pública.

Varela puso en marcha en los bajos una ferretería que, como se comprobaría después, se iría heredando de generación en generación con su apellido por bandera. Primero en las manos de su hijo Rafael Varela y luego en la de sus nietos Rafael, Antonio, Luis y Gonzalo.

El negocio familiar subsistió en este emplazamiento casi un siglo, hasta que a finales de los años 80 Caja Postal adquirió y reformó la propiedad, lo que provocó el traslado de la Ferretería Varela a la calle Don Gonzalo.

Años después la entidad bancaria abandonó el inmueble, adquirido por Eugenio Sobral (Construcuatro), y a finales de los 90, cuando estaba de nuevo en venta, el Casino Mercantil e Industrial inició negociaciones para hacerse con la propiedad y convertirse en una de las sociedades recreativas con mejores instalaciones de Galicia. La compra fue autorizada en 1998 y supuso un desembolso de 306 millones de pesetas, a los que se añadió la inversión para adecuar el edificio a las necesidades de la asociación. Burger King fue el último inquilino en acceder al edificio. Lo hizo en 2009, tras una obra de 76.260 euros, un contrato de permanencia de 20 años y una renta que comenzó en 6.000 euros mensuales.

Centro de atención para enfermos sin recursos

Si la visión se retrotrae más atrás, se puede ver que los terrenos donde comenzó Varela exhalan historia. Esa misma parcela fue sede del Hospital Corpus Christi que fundó en 1439 Teresa Pérez Fiota, una dama acaudalada que, siendo viuda del comerciante Ruy de Lugo, dejó en su testamento una cantidad suficiente como para construir un centro con 14 camas para atender a enfermos sin recursos.

Las instalaciones fueron dirigidas por los Frades de San Juan de Dios (de ahí que también se le conozca como el viejo Hospital de San Juan de Dios) hasta mediados del siglo XIX. En 1849, a causa de la desamortización de Mendizábal, el hospital pasó a ser propiedad del Concello de Pontevedra que, ante el deterioro de las instalaciones, decidió demolerlas y levantar un nuevo hospital en Loureiro Crespo.

El complejo incluía un hospital, una iglesia y un cementerio, y el apego con los pontevedreses era tal que cuando se aprobó la demolición en 1896 se acordó levantar en su lugar la Capilla de Ánimas, que hoy aún se conserva.

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