Los fieles que abarrotaban la capilla de San Mauro se quedaron sin misa

Un malentendido entre los feligreses y el sacerdote impidió el desarrollo del acto litúrgico ▶ El cura esperaba que le fueran a recoger tras la eucaristía que ofició en Santa Margarita

Un grupo de feligresas saliendo de la capilla de San Mauro, este domingo. RAFA FARIÑA
photo_camera Un grupo de feligresas saliendo de la capilla de San Mauro, este domingo. RAFA FARIÑA

Los feligreses de San Mauro no ganan para disgustos. Al desconsuelo que les causó la decisión de la Vicaría Episcopal Territorial de suprimir las misas que se venían oficiando en la emblemática ermita los domingos y festivos desde hace más de medio siglo se sumó este domingo un nuevo sinsabor. El sacerdote argentino con el que habían contactado para la celebración de la eucaristía dominical de este domingo, del próximo día 24 y del 1 de julio, no se presentó en el pequeño templo, donde le esperaban más de medio centenar de feligreses.

Como viene siendo habitual en domingo, el tañido de las campanas de San Mauro recordó a los creyentes que se acercaba la hora de la misa, que en vez de su horario habitual, las 9.45 horas, había sido trasladada para las 11.30 con un objetivo: esperar a la finalización de la eucaristía que ofició el sacerdote a las 10.30 horas en la ermita de Santa Margarita y concederle el tiempo necesario para el desplazamiento.

En principio el clérigo esperaba que un familiar lo pudiera trasladar hasta San Mauro, pero éste, que suele asistir a la misa dominical, no acudió porque creyó que no iba a haber celebración litúrgica en ninguna de las dos capillas. En todo caso, el sacerdote confiaba en que alguno de los feligreses de San Mauro le fuesen a recoger, pero éstos no lo hicieron porque creían que ya tenía había gestionado el desplazamiento.

Con este malentendido los feligreses que abarrotaban la capilla (en esta ocasión incluso habían ido creyentes que no suelen acudir a los oficios que se desarrollan en este centro de religiosidad), después de una espera de más de media hora decidieron regresar a sus hogares sin saber el motivo por el que no se había presentado el sacerdote.

Para evitar que vuelva a producirse un nuevo equívoco, miembros de la feligresía irán el próximo domingo a recoger al cura a Santa Margarita después de la misa que oficiará en esta ermita. En todo caso, confían en poder encontrar a algún sacerdote que pueda celebrar las eucaristías de los domingos y de los festivos del resto del año.

Objetivo: convencer al arzobispo

Los devotos de San Mauro y de Santa Margarita se mostraban este domingo muy apenados por la decisión de la Iglesia de dejar sus capillas sin las misas dominicales y de los festivos tras la reordenación de párrocos que situó al de Mourente, Severino Rey Lapido (que hasta el domingo 10 se ocupaba del servicio pastoral de ambas ermitas), también al frente de la feligresía de Santa Mariña de Bora.

"Vamos a intentar hablar con el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que el próximo día 30 efectuará una visita a la parroquia de Santa María de Mourente", recordaban este domingo miembros de la feligresía de San Mauro que están programando el desplazamiento en coches desde el atrio de esta ermita hasta la iglesia de Mourente.

 

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