Figueirido, Paredes y Redondela se vuelcan en el último adiós a la joven Sara Cal Veiga

El pequeño templo de San Andrés y sus alrededores se abarrotaron de cientos de familiares y amigos de una de las tres víctimas morales en el accidente de Teis

Una parte de los centenares de personas que acudieron este viernes a Figueirido para arropar a los familiares de la joven. RAFA FARIÑA
photo_camera Una parte de los centenares de personas que acudieron este viernes a Figueirido para arropar a los familiares de la joven. RAFA FARIÑA

El dolor, el llanto desconsolado y la impotencia marcaron este viernes el funeral y posterior entierro de los restos mortales de Sara Cal Veiga, una de los tres menores que el miércoles perdieron la vida en un trágico accidente en la AP-9, a la altura de Teis.

La ceremonia religiosa se celebró en la pequeña capilla de San Andrés de Figueirido. La llegada del féretro estaba prevista para las 17.45 horas, pero desde casi una hora antes ya estaban ocupadas las cerca de 100 plazas del templo. En sus aledaños se agolparon cientos de allegados, amigos de la familia, compañeros de instituto de Sara y vecinos de las parroquias de Figueirido y Paredes (Vilaboa) y de Redondela, de donde son originarios los padres de la adolescente. También numerosos compañeros de la madre de la adolescente en la empresa Aludec, del polígono de O Campiño, en la que trabaja desde hace varios años. "Es algo muy fuerte, que nos ha sacudido de lleno, porque aquí todo el mundo se conoce", se lamentaba una señora tras ocupar uno de los últimos huecos libres en la iglesia.

Las elevadas temperaturas registradas a esa hora provocaron más de un desmayo, incluyendo a una de las abuelas de Sara, superada por el sofoco y la tensión del momento, que tuvo que ser atendida por un equipo sanitario del 112 desplazado al lugar.

Nada más aparecer el cortejo fúnebre por la cuesta que da acceso al templo se produjo un silencio sepulcral, únicamente roto por los desgarrados llantos de dolor de los familiares directos de la joven, que se situaron detrás del coche fúnebre. Los minutos que el párroco tardó en autorizar el traslado del cadáver se hicieron eternos para muchos de los presentes, que no entendían una demora tan incómoda como innecesaria.

Una vez dentro de la iglesia, el sacerdote tuvo un emotivo recuerdo para la joven y para la fatalidad que truncó "toda la vida que tenía por delante". Durante el oficio, las muestras de desconsuelo fueron constantes entre unos familiares absolutamente destrozados.

El momento más dramático llegó cuando se dio el último adiós a Sara Cal y sus restos mortales descansaron en el panteón familiar del anexo cementerio de San Andrés de Figueirido, de donde es originaria su madre. La angustia y el sufrimiento de sus seres queridos alcanzaron niveles especialmente emotivos que hicieron aflorar las lágrimas entre todos los que les arropaban.

El copiloto del vehículo, de 17 años, ya ha recibido el alta hospitalaria

Solo minutos antes de celebrarse los funerales por las tres víctimas mortales del accidente, uno de los dos supervivientes –el joven de 17 años que viajaba como copiloto en el Peugeot 207– recibía el alta hospitalaria y podía regresar a su domicilio. La noticia fue confirmada por fuentes del hospital vigués Nuestra Señora de Fátima, donde había sido atendido por los servicios de Urgencias y Traumatología.

Pendiente de él, en todo momento, estaba un equipo de psicólogos para ayudarle a asimilar lo ocurrido y la irreparable pérdida de sus tres amigos.

Por su parte, el conductor del vehículo siniestrado y único de los cinco ocupantes que había cumplido los 18 años, permanece en la UCI del hospital Álvaro Cunqueiro. Fuentes hospitalarias indicaron que evoluciona favorablemente, dentro de la gravedad de sus lesiones.

EL ENTIERRO. Según comentaban algunos de sus amigos en el funeral de Sara, el muchacho había estado hasta ahora ajeno a lo ocurrido por expresa indicación de los médicos, pero este viernes ya fue informado del fatal desenlace.

Cabe recordar que el chico (que había sacado el carné de conducir solo dos meses antes) dio negativo en las pruebas de alcoholemia y de detección de drogas, según informó el jueves el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, quien apuntó al exceso de velocidad como causa más probable del accidente.

Las tres víctimas mortales viajaban en la parte trasera del Peugeot 207 siniestrado, que quedó destrozado tras salirse de la vía, chocar contra el guardarraíl, luego contra una columna y acabar atrapado en la mediana.

La subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, visitó este viernes a las familias de las tres víctimas mortales para trasladarles las condolencias y el respetuoso pésame por parte del Gobierno de España. También ofreció toda la colaboración de la Subdelegación ante las necesidades de las instituciones municipales.

Este sábado iba a celebrar con sus amigos su mayoría de edad
El fallecimiento de Sara Cal cobra aún más dramatismo por la fatalidad de que tanto su familia  –era hija única– como su amigos más cercanos habían preparado con especial cariño la fiesta prevista para este sábado en la casa de sus abuelos, en Cesantes, donde la joven iba a celebrar su mayoría de edad, pues el domingo cumpliría 18 años.

"Tenía todo preparado, hasta el último detalle, e incluso le había dicho a su abuelo que limpiase la piscina para poder disfrutarla con nosotros", comentó este viernes, entre sollozos, uno de sus compañeros de instituto, que también había sido invitado a la celebración.

 

Homenaje de sus compañeras con un gol dedicado
Las compañeras de Sofía en el Cidade de Pontevedra FS le rendirán este sábado un homenaje al que se sumarán las jugadoras del equipo Bembrive. El encuentro que se debía disputar en el pabellón del equipo vigués a las 17.00 horas solo durará el tiempo necesario para que una jugadora del Cidade de Pontevedra FS, que lucirá en su camiseta el nombre de Sofía, marque el único gol del encuentro, que finalizará en ese mismo momento porque el equipo rival se negará a sacar de centro.

A partir de ahí el homenaje seguirá durante diez minutos, con algunos de ellos en silencio. No faltarán las flores.

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