Fin de la historia: Santórum y 29 personas más, procesados

La jueza da carpetazo a la Instrucción y resuelve todas las dudas atribuyendo al clan del vilanovés el intento de introducción en las Rías Baixas de los 3.824 kilos de cocaína incautados en el buque Karar ►Considera acreditada la participación en los hechos de todas las personas detenidas en un primer momento por el Greco Galicia ►El agente de Aduanas y el notario de Colombia, también encausados
El alijo incautado en el Karar. DIARIO DE PONTEVEDRA
photo_camera El alijo incautado en el Karar en una imagen inédita. DIARIO DE PONTEVEDRA
La mayor operación antidroga contra una organización de lancheros gallegos de la última década ha sido todo un éxito. Así lo determina el auto de procesamiento que firma Marisol López, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Vigo, en relación con la investigación al grupo criminal conocido como Clan Santórum y, en paralelo, con la interceptación de un alijo de 3.824 kilos de cocaína que, según se desprende de las pesquisas, iba a ser introducido por la mencionada red de narcotransportistas pontevedreses a través de las Rías Baixas.

El auto al que ha tenido acceso este periódico determina que Juan Carlos Santórum Navazas era el responsable de una organización perfectamente estructurada y dedicada a la recepción de alijos de cocaína en altamar mediante el empleo de planeadoras. Explica, además, que contaba con colaboradores de su más estrecha confianza para sus actividades ilícitas, lo que eleva a 30 el número total de procesados, en el que se incluyen los miembros de la tripulación del buque Karar, todos extranjeros (bangladesíes y nepalíes) salvo el buenense José Manuel B.G., presunto garante del grupo gallego en la singladura marítima.

"Como resultado de las indagaciones operativas del Greco Galicia del Cuerpo Nacional de Policía pudo conocerse la actuación coordinada y estable, estructurada y especializada, dirigida por Juan Carlos Santórum Navazas, y guiada a disponer de una pluralidad de embarcaciones específicamente diseñadas y preparadas con el fin de llevar a cabo operaciones de alijo de grandes cantidades de estupefacientes, acudiendo al encuentro de buques de transporte de cargamentos de cocaína en travesía atlántica transoceánica, para recibir y ocultar en tierra la droga destinada a su lucrativa comercialización en el mercado ilícito", detalla la jueza. Más claro, agua.

Imagen inédita de la cúpula de la Brigada Central de Estupefacientes, con Antonio Duarte al frente, acompañado por los responsables de la DEA y parte de su equipo junto al alijo del Karar. DIARIO DE PONTEVEDRA
[Imagen inédita de la cúpula de la Brigada Central de Estupefacientes, con Antonio Duarte al frente, acompañado por los responsables de la DEA y parte de su equipo junto al alijo del Karar. DIARIO DE PONTEVEDRA]
 

La jueza Marisol López, a instancias de Juan Carlos Carrión, jefe de la investigación, y de Pablo Varela, fiscal Antidroga, sitúa en el núcleo duro de la organización a Fidel F.B., Ricardo S.N., Emilio Xosé R.C., Pablo G.V., Marcos G.V., José Yamandú R.G., Ismael C.B. y José Ramón M.R., junto al Sergio Fontao, alias Neno, condenado en el marco de la operación Destello hace ya una década, y Braulio V., detenido pocos meses antes de estos hechos por su presunta implicación en un pase de cocaína. La actuación de todos ellos "se relacionaba de modo especial con la preparación y disposición de las embarcaciones con las que culminar las operaciones de transporte de estupefacientes".

Para el transporte terrestre de la droga y su disposición en manos de terceros, Santórum contaba con Mónica F.L., René R.R. (miembro de la organización colombiana dueña de los alijos) y Pablo S.V. Este último era funcionario del Servicio de Vigilancia Aduanera y "disponía de documentos e información reservada de dicha agencia relativa a individuos y embarcaciones investigadas por el Cuerpo Nacional de Policía y el SVA en relación a actividades de narcotráfico que posiblemente entregaría a cambio de un beneficio económico", apunta la jueza.

Estas últimas personas fueron arrestadas en Madrid en una segunda fase de la operación, el aduanero con el dinero (368.000 euros en efectivo) y el colombiano con la cocaína (unos cuatro kilos con los sellos ONG).

El resto de procesados son el también gallego Sergio V.F., que se enfrenta a un delito de contrabando (lo mismo que el citado Ismael C.B.) al ser usuario y poseedor de embarcaciones prohibidas, tipo planeadora, y los 14 tripulantes del barco, capitán incluido, que atravesaron el océano junto al garante gallego y que fueron arrestados en altamar por las fuerzas especiales españolas.

En los registros que siguieron a los arrestos, a finales de abril del año pasado, en pleno confinamiento duro, la Policía halló numerosas planeadoras. Los Greco identificaron hasta seis naves industriales (dos en Vilanova, una en Vilagarcía, una en Tomiño, una en O Grove y la última y principal en Sanxenxo) donde los presuntos narcos preparaban las embarcaciones, y supieron que el Clan empleaba Portugal para la salida de lanchas, eludiendo así el seguimiento de los antidroga de la Comisaría pontevedresa.

Una de las lanchas que la Policía Nacional atribuye a Juan Carlos Santórum. DIARIO DE PONTEVEDRA
[Una de las lanchas que la Policía Nacional atribuye a Juan Carlos Santórum. DIARIO DE PONTEVEDRA]
 

Precisamente en el marco del confinamiento estricto, parte de los investigados fueron detectados en un control aleatorio de la Guardia Civil, y posteriormente en la nave de Sanxenxo, donde la Policía consiguió colocar una cámara, previa autorización judicial. Sus imágenes in fraganti mientras preparan el operativo marítimo son contundentes.

En cuanto a las conversaciones interceptadas, destaca la que mantienen Santórum con Emilio Xosé el 19 de abril, seis días antes de la caída del Karar, en la que hablan de la cantidad de cocaína que tienen previsto recoger a unas 60 millas de las costas gallegas.

Emilio: Va a ir cargadita.

Santórum: Cargada hasta las orejas.

Emilio: Me cago en dios!

Santórum: Ir con las dos juntas...

Emilio: Yo si fuera más distancia sí, pero no hay tanta distancia.

Juan Carlos: Sesenta millas bien las hay.

Emilio: ¿Son tres ocho, no?

En otras conversaciones, los investigados hablan de paquetes de droga con sello ONG (los mismos que se incautaron a René en Madrid), de los detalles de las planeadoras, de los precios de la cocaína y hasta de posibles mordidas a pagar a miembros de las fuerzas de seguridad a cambio de chivatazos. Santórum es un especialista en la materia. De hecho, es el único de los integrantes de su núcleo más próximo que se halla actualmente en prisión por una causa anterior en la que recibía filtraciones por parte de dos guardias civiles.

En la última fase de la operación, cuando ya se acercaba el momento de salir al mar en busca del Karar, las conversaciones entre los investigados dejan claro un estado de nerviosismo y dudas, hasta que se confirma que reciben información que les lleva a quedarse quietos y no sacar las lanchas. En el caso de Santórum, además, consiguió escapar en moto ya en presencia de la Policía y se mantuvo lejos de la acción de la Justicia hasta que, a finales del verano, avanzó en primicia a este periódico que se iba a entregar, algo que hizo solo unos días después en la Audiencia de Pontevedra.

Los acontecimientos posteriores a la detención de las 30 personas que desde este martes tienen la condición de procesadas fueron de lo más extraño. Así, de forma del todo inesperada, la Audiencia Provincial de Pontevedra dictó la puesta en libertad de todos los investigados arrestados en tierra, y ello fue así a pesar de los contundentes indicios aportados contra ellos que, en otros procesos, son suficientes para acordar largas estancias en la cárcel. Los magistrados defendieron que los autos de la jueza no estaban lo suficientemente motivados y, uno tras otro, fueron acordando la puesta en libertad de provisional de todos ellos.

A pesar de estas decisiones, los investigadores defendieron en todo momento que la causa llegaría a buen puerto. Y así sucedió.

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