El fiscal mantiene la petición de 336 años de cárcel para la red de O Mulo

El cambadés se expone a una de las mayores condenas de narcotráfico de la historia, que superaría las impuestas en su día a Oubiña, Charlín Gama o Miñanco

Rafael Bugallo, O Mulo, en el juicio. JAVIER CERVERA
photo_camera O Mulo, durante una de las sesiones del juicio. JAVIER CERVERA

El fiscal Antidroga, Pablo Varela Castejón, fue el gran protagonista de la penúltima sesión del juicio contra la organización criminal presuntamente liderada en Galicia por Rafael Bugallo Piñeiro, O Mulo. Varela se mostró firme en sus convicciones y mantuvo la durísima petición de penas para los 17 acusados, entre las que sobresalen los 24 años de cárcel que solicita para el conocido narco de Cambados, que, si se dictase en tales términos, sería una de las mayores condenas por narcotráfico de la historia de España. Los testimonios por videoconferencia de dos agentes de la Policía Nacional y la intervención de un nuevo perito llamado a comparecer por una de las defensas pusieron punto y final al juicio más largo que se recuerda en el Pazo de Xustiza pontevedrés, relacionado con el intento de introducción en Europa de un alijo de 1.245 kilos de cocaína tras el presunto pacto alcanzado entre el grupo de O Mulo y el clan de Los Urabeños (actualmente llamados clan del Golfo), que por aquel entonces lideraba en España uno de los traficantes más poderosos del siglo XXI a nivel global: el colombiano Jorge Iván Salazar Castaño, que falleció en prisión después de ser detenido por estos hechos.

Entre las comparecencias que precedieron al informe del fiscal, que se extendió durante toda la mañana, destacó la de un agente adscrito a la Brigada Central de Estupefacientes, que realizó seguimientos al presunto narco argentino Alejandro Carricart, que había acudido a la nave atribuida a O Mulo ubicada en A Costa da Morte para comprobar la existencia de la superlancha y que, según la Policía, pensaba cerrar un acuerdo con los gallegos para introducir un segundo alijo, un operativo que fue cortado de raíz ante la interceptación de los 1.245 kilos a bordo del Coral I.

El policía explicó que en el marco de esos seguimientos observó a Carricart tirar algo en una papelera en las inmediaciones de la Gran Vía madrileña, cuando ya había viajado a Galicia para entrevistarse con los gallegos. Cuando les perdió de vista se dirigió al depósito de basura, en el que halló cajas de dispositivos de localización GPS y documentos acreditativos de una transferencia.

El perito que declaró tras él insistió en la teoría de que la lancha de O Mulo no podía salir al mar, una idea sin mucha base tras lo visto durante el plenario.

El resto de la sesión la ocupó el relatorio del fiscal, que expuso con todo lujo de detalles los motivos que le llevan a mantener las peticiones de penas de prisión para todos los investigados, a quienes considera culpables de delitos contra la salud pública agravados por la cantidad y el uso de buque.Los 24 años que pide para O Mulo superarían los 20 que en su día recibió Charlín como condena y los 16 y 10 meses de Sito Miñanco, por poner dos ejemplos notorios.

El principal caballo de batalla con el que tuvo que lidiar desde el primer momento el fiscal Antidroga tuvo que ver con la demostración de que la autoría de los hechos (el intento de introducción de más de 1,2 toneladas de cocaína a través de las costas gallegas) pudo acreditarse sin la necesidad de emplear las pruebas obtenidas a través de la sonorización (la instalación de un micrófono) en el vehículo de Rafael Bugallo, un sistema que actualmente está regulado pero que en aquel momento era ilegal, según dictó a posteriori el Tribunal Supremo. Para ello, Varela puso sobre la mesa el testimonio de todos los policías que siguieron a los investigados durante casi un año, los seguimientos, las vigilancias y las conversaciones, tanto telefónicas como por radio, que vinculaban a unos y otros con el barco Coral I, que fue abordado el día de Reyes de 2015. «No hemos usado en ningún momento el resultado de esas sonorizaciones durante el juicio y llegamos a las mismas conclusiones», dijo el fiscal. La defensa sostiene todo lo contrario amparándose en la citada jurisprudencia emitida recientemente por el Alto Tribunal. En la jornada de hoy se conocerá la posición final de cada uno de los letrados de los procesados, así como el turno de última palabra de todos ellos, en el que no se descarta una nueva intervención de O Mulo.

Penas de menos de tres años por tentativa
Carla Vaquero, la letrada que tomó el testigo de Francisco Miranda tras las primeras sesiones del juicio para defender los intereses de O Mulo, expondrá este jueves una argumentación cuyo objetivo será la nulidad de todas las actuaciones por la sonorización ilegal o, en su defecto, una condena por conspiración, tentativa o complicidad, nunca por el delito consumado, inferior a los tres años de cárcel.

 

La clave: ¿Pudo acreditarse el delito sin la necesidad de echar mano de las sonorizaciones?
El principal caballo de batalla con el que tuvo que lidiar desde el primer momento el fiscal Antidroga tuvo que ver con la demostración de que la autoría de los hechos (el intento de introducción de más de 1,2 toneladas de cocaína a través de las costas gallegas) pudo acreditarse sin la necesidad de emplear las pruebas obtenidas a través de la sonorización (la instalación de un micrófono) en el vehículo de Rafael Bugallo, un sistema que actualmente está regulado pero que en aquel momento era ilegal, según dictó a posteriori el Tribunal Supremo.

Para ello, Varela puso sobre la mesa el testimonio de todos los policías que siguieron a los investigados durante casi un año, los seguimientos, las vigilancias y las conversaciones, tanto telefónicas como por radio, que vinculaban a unos y otros con el barco Coral I, que fue abordado el día de Reyes de 2015. "No hemos usado en ningún momento el resultado de esas sonorizaciones durante el juicio y llegamos a las mismas conclusiones", dijo el fiscal.

La defensa sostiene todo lo contrario amparándose en la citada jurisprudencia emitida recientemente por el Alto Tribunal. En la jornada de ste se conocerá la posición final de cada uno de los letrados de los procesados, así como el turno de última palabra de todos ellos, en el que no se descarta una nueva intervención de O Mulo.