El fiscal pedirá 24 años de cárcel para Sito Miñanco en el juicio de la 'Mito'

Si resultase condenado en tales términos sería la mayor pena para el capo de Cambados, que acabaría pasándose más de 50 años de su vida de prisión en prisión
Miñanco, durante su último juicio en Pontevedra. J. CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Miñanco, durante su último juicio en Pontevedra.

Podrá seguir organizando operaciones de tráfico de drogas desde prisión, tal y como sospecha la Policía. Podrá seguir empleando microteléfonos y contactos personales de personas que entran y salen de las cárceles. Podrá granjearse la simpatía de compañeros y funcionarios mediante su don de gentes (y el poder del dinero). Pero no saldrá de allí en mucho tiempo. Después de haber pasado ya media vida entre rejas, Sito Miñanco se enfrenta a una nueva condena que, si se dicta, le llevará a pasar su jubilación en un centro penitenciario. La Fiscalía de la Audiencia Nacional, encargada de las investigaciones sobre la operación Mito, prepara un escrito de acusación en el que el "Número 1" (así le llamó, en clave, la Brigada Central de Estupefacientes en aquella laboriosa investigación) se expondrá a la mayor condena de cuantas le han sido impuestas hasta el momento: 18 años de cárcel por un delito contra la salud pública y seis más por otro delito, en este caso continuado, de blanqueo de capitales. La calificación, por ahora provisional, podría ser incluso superior si el Ministerio Público optase por computar de forma individual cada uno de los cargamentos de cocaína cuya organización se le atribuye: uno, el principal, los 3.800 kilos incautados en el remolcador Thoran en octubre de 2017, y otro, los 616 kilos aprehendidos en un contenedor que llegó a la ciudad holandesa de La Haya.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional optará por la calificación más gravosa para el investigado dada su reincidencia más que acreditada en el narcotráfico (en dos ocasiones ha sido detenido organizando alijos cuando aún se hallaba en tercer grado, la última en 2018) y también en el blanqueo (recibió su primera condena por ello en 2019 en la Audiencia pontevedresa, a falta de conocer la resolución que adoptará el Tribunal Supremo). Es por ello que elevará su solicitud al máximo contemplado en el Código Penal, considerando que se trataría del jefe de la organización criminal y teniendo en cuenta el empleo de buques y la notoria importancia de la cantidad de droga que se le atribuye.

Prado Bugallo tiene a sus espaldas varias condenas. En los años 80 tuvo sus primeros encuentros con la Justicia por contrabando de tabaco, pero no fue hasta 1991 cuando se le pudo atribuir el primer gran alijo de coca, unos 1.500 kilos. Dos años después fue condenado a dos décadas de cárcel. Pronto obtuvo permisos, que empleó para intentar colar otro cargamento, ahora de unas cuatro toneladas, en el buque Agios Konstantinos. La DEA y la Policía Nacional le pararon los pies. En 2004 conoció su nueva pena: 16 años y diez meses. Una vez más, tras salir de permiso, reorganizó su grupo de confianza y extendió sus tentáculos por toda Europa. En 2018 fue detenido en el marco de la operación Mito, cuyo desenlace judicial está por ver. Entre medias, en 2019, la Audiencia pontevedresa le impuso otros cuatro años por blanqueo. Esa es su hoja de servicios, por ahora.