La fiscal del caso contra los dos propietarios del club Pigalle, para los que inicialmente pedía penas que alcanzaban los 22 años de prisión por múltiples delitos, mantuvo la mayor parte de sus argumentos iniciales en el turno de conclusiones e informes definitivos que se produjo este jueves en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.
Así, la representante del Ministerio Público aseguró que los testimonios de las víctimas en los que se sustenta la acusación son "potentes, llenos de detalle, con consistencia interna y externa", al tiempo que volvió a poner sobre la mesa la situación de especial vulnerabilidad de las dos denunciantes.
El juicio tuvo como elemento de duda el testimonio del guardia civil que pasó a sus superiores la información sobre los supuestos delitos de trata de seres humanos que sufrían las dos víctimas, pues defendió en la Audiencia la versión contraria, apoyando al principal acusado. El resto de agentes, sin embargo, mantuvieron su postura.
