Pontevedra tendrá la primera Oficina de Atención a la Víctima del Delito de Galicia

La fiscalía impulsa la creación de este servicio público gratuito que ofrecerá apoyo a los afectados y que ya está en marcha en Valencia, Cataluña y Madrid
El edificio judicial de A Parda. DAVID FREIRE
photo_camera El nuevo edificio judicial de A Parda. DAVID FREIRE

A iniciativa del fiscal jefe de la Audiencia Provincial, Juan Carlos Aladro, Pontevedra está en camino de convertirse en la primera provincia gallega y una de las primeras de España en ofrecer una atención integral y gratuita a las víctimas de cualquier tipo de delito. La Xunta de Galicia ya tiene sobre su mesa el proyecto elaborado por el jurista leonés, que, a falta de la imprescindible financiación, ya dispondría de un espacio físico para ponerse en funcionamiento en la ciudad del Lérez: el flamante edificio judicial recientemente inaugurado en A Parda.

El fiscal jefe explica que ya se han dado algunos pasos hacia la creación de la citada oficina y que ya han sido nombrados equipos psicológicos para la atención de las víctimas en cada uno de los territorios de Galicia. Aladro explica que las principales beneficiarias de la futura oficina serán las víctimas de violencia de género, aunque está pensada para dar el menor servicio posible a quienes sufran cualquier tipo de delito que precise un especial apoyo en los momentos posteriores.

¿EN QUÉ CONSISTE? La Oficina de Atención a la Víctima del Delito (OAVC) es un servicio público gratuito que ya funciona desde hace algunos meses en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid, y que tiene por objeto ofrecer todo el apoyo necesario a víctimas directas e indirectas de cualquier delito violento, ya sea como violencia de género, maltrato familiar (sobre menores o mayores), agresiones sexuales, abusos, lesiones y amenazas, acoso escolar, laboral o sexual, robos con violencia o intentos de homicidio, ente otros muchos. Los beneficiarios pueden estar inmersos en un proceso judicial, pero aunque no sea así tienen el mismo derecho al servicio.

Semanas atrás, este periódico puso de manifiesto los graves problemas que tienen las mujeres que acuden a la Comisaría de Pontevedra a denunciar un episodio de malos tratos, ya que en ocasiones tienen que permanecer muchas horas en las dependencias policiales. Incluso se ha dado el caso de agentes que tienen que pagarles de su bolsillo una noche de hotel para que puedan mantenerse alejadas de sus maltratadores hasta que las autoridades judiciales ponen en marcha las primeras medidas. La OAVD nace, entre otras cosas, para poner fin a este tipo de situaciones, para lo que tendrá un espacio físico en el nuevo edificio de A Parda desde el que se coordinarán todas las actuaciones necesarias para evitar una segunda victimización de quien ya ha sufrido un primer delito.

El objetivo final de Juan Carlos Aladro es la creación de una red de oficinas en toda Galicia que trabajen coordinadamente en la evaluación de la víctima, con el fin de valorar las necesidades específicas de cada caso, proponer las medidas de protección oportunas, ofrecer la orientación e información conveniente y prestar el apoyo y la ayuda adecuada a través de los planes de asistencia individualizados.

La nueva oficina establecerá convenios de colaboración con los distintos actores implicados. Así, dispondrá de abogados que asistirán a la víctima acerca de todos sus derechos, explicando las medidas judiciales que se toman en cada caso en su favor o en contra de su agresor, pero también informando de las vías alternativas existentes para la resolución de los conflictos.

Al mismo tiempo, integrará una red de psicólogos para el apoyo emocional y la asistencia terapéutica a las víctimas que lo precisen para la superación de las consecuencias traumáticas del delito. Estos profesionales elaborarán un plan de apoyo psicológico para las más vulnerables y en los casos en que se aplica la orden de protección. Orientarán, además, a la víctima, sobre su estado psicológico, su posible evolución, indicándole las actuaciones necesarias a seguir a los efectos de la superación psicológica de la situación, así como su seguimiento.

Realizan el seguimiento de la evolución de la situación psicológica de la víctima o de cualquier circunstancia que pueda alterar la seguridad o salud de la misma.