El fondo de la ría incorporó a 159 mariscadores en los últimos cuatro años

En 2017 las cofradías de San Telmo, Raxó y Lourizán expidieron 36 carnés de explotación a pie y esta última está pendiente de dar otros 20

Dos mariscadoras faenando en los bancos del pósito de Lourizán. JAVIER CERVERA-MERCADILLO (ADP)
photo_camera Dos mariscadoras faenando en los bancos del pósito de Lourizán. JAVIER CERVERA-MERCADILLO (ADP)

A pesar de que las últimas estadísticas de empleo muestran una tendencia positiva, son muchas las personas que continúan engrosando las listas del paro y, en estos casos, el marisqueo se ha convertido en una salida laboral para muchos demandantes de trabajo. De acuerdo con los datos facilitados por la Consellería do Mar, solo durante el último año las tres cofradrías del fondo de la ría de Pontevedra expidieron 36 permisos de explotación marisquera a pie (permex) para trabajar extrayendo almejas de las playas. Desde 2013, cuando la Xunta volvió a autorizar la concesión de permisos, el número de puestos de trabajo creados en esta área alcanza ya los 159.

En el caso del pósito de San Telmo de Pontevedra, se concedieron 87 carnés de mariscador a pie (16 en 2014, otros 36 en 2015, una veintena al año siguiente y 19 en la última anualidad).

La cofradía de San Gregorio de Raxó convocó ocho plazas (una en 2014, cuatro en 2015, dos en 2016 y otras dos en 2017) y la de San Andrés de Lourizán incorporó a 63 (13 en 2014, 25 en 2015 y seis y 19 durante los dos ejercicios siguientes), tal y como precisó la misma Consellería.

Según puntualizó este martes el patrón mayor de Raxó, Iago Tomé, este año la entidad de Lourizán incorporará a otros 20 mariscadores. El motivo es el cambio de clasificación de parte de sus playas, puesto que antes estaban catalogadas como zona C (es decir, no se podía extraer molusco para comercializar en fresco) y la Xunta las reclasificó como zonas B, permitiendo volver a faenar en ellas.

"Ao ter máis praia na que traballar, van dar 20 carnés de mariscador máis e farano ao longo deste ano", explicó Tomé.

A mayores, cada pósito convocará otras plazas este mismo ejercicio para ir cubriendo las bajas que se vayan produciendo en cada uno. El patrón de Raxó añadió que son muchos los candidatos que aspiran a todos estos puestos. "Hai unha lista de agarda dunhas 300 persoas", dijo.

La selección de los agraciados se realiza en base a un baremo de puntos que se acumulan por estar inscritos en las listas del paro, ser vecinos de la localidad en cuestión y haber realizado los cursillos de formación pertinentes.

DESDE 2013. Fue hace cinco años cuando la Xunta aprobó la expedición de nuevos permisos de explotación marisquera en el fondo de la ría, puesto que en esta zona llevaba alrededor de 15 años sin otorgar ninguno. Este hecho venía provocando una reducción paulatina del número de mariscadores, ya que cada año se iban jubilando aquellos que alcanzaban la edad de retirarse o que se daban de baja por alguna incapacidad permanente y esas vacantes no se cubrían. Esto llegó a mermar considerablemente el número de socios de las tres cofradías que operan en la Lonxa de Campelo, con los consiguientes perjuicios económicos para los pósitos.

La restricción venía dada por cuestiones como la situación de los recursos marinos, la cantidad de bajas o los planes de explotación, entre otras. No obstante, en 2013 la situación cambió y desde entonces dichos pósitos han podido ir incorporando a nuevos trabajadores, con los que se pudieron cubrir las vacantes generadas en los años anteriores. Dicha medida no solo permitió reducir considerablemente la media de edad de un sector que estaba bastante envejecido, sino que ofreció una salida laboral a muchas personas que encontraron en el marisqueo un empleo que no pudieron conseguir en otros sectores.

"Disto só, unha familia non é capaz de vivir"
Las tres cofradías del fondo de la ría suman 438 mariscadores a pie y cada año se conceden permisos para cubrir las bajas que se vayan produciendo.

El patrón mayor de la de Raxó, Iago Tomé, recordó el martes que el marisqueo es una salida laboral, pero no ofrece las mismas garantías que otros empleos. Así, señaló que las ganancias no siempre son las mismas, pues dependen de algo tan variable como la abundancia de almejas en las playas.

"Se un mes hai toxina, non se pode traballar, pero hai que seguir pagando a Seguridade Social, a cota de socio da confraría, etcétera. Agora mesmo a cousa está indo ben, porque hai ameixa, pero iso non quita que poida empeorar. Ao cabo do ano, un mariscador gaña de media menos que o salario mínimo interprofesional", afirmó.