"É moi difícil manter a nosa propia seguridade e a dos internos"

Funcionarios de A Lama visibilizan su precariedad laboral ante la Subdelegación

Funcionarios de A Lama, en Pontevedra. CHRISTIAN FERNÁNDEZ
photo_camera Funcionarios de A Lama, en Pontevedra. CHRISTIAN FERNÁNDEZ

Visibilizar el trabajo de los funcionarios de prisiones (médicos, enfermeros, psicólogos, educadores, personal de vigilancia, cocina, etcétera) y demandar al Gobierno central que ponga fin a la precariedad que sufren fueron los objetivos que esgrimieron las organizaciones sindicales con representación en el Centro Penitenciario de A Lama para instalar ayer una mesa informativa en la ciudad. Lo hicieron a las puertas de la Subdelegación del Gobierno.

Acaip, CC OO, UGT, CIG, CSIF y ATP estuvieron representados en esta mesa durante la mañana. "A pesar de protagonizar cientos de actos de protesta y de reuniones con todos los grupos parlamentarios, la invisibilidad que caracteriza a nuestro colectivo nos hace pasar desapercibidos ante la sociedad y ante los gestores políticos". Aunque el PSOE llegó a Moncloa con "buenas palabras", estas "nunca se convirtieron en hechos", lamentan los sindicatos. Explican que el personal penitenciario se encarga de la ejecución de las condenas, "un trabajo multidisciplinar y con un alto nivel de exigencia" que emplea a 24.000 personas en España, encargadas de "garantizar los derechos humanos en la prisión".

Sin embargo, la diversidad delictiva, la existencia de personas peligrosas condenadas por delitos de terrorismo, asesinato o del crimen organizado y el aumento de población reclusa con enfermedades mentales "hacen que nuestro medio laboral sea peligroso".

En A Lama, insisten, hay más de 50 vacantes entre todas las categorías y la media de edad de la plantilla supera los 50 años. Este hecho, en ocasiones, dificulta incluso la vigilancia en el patio, "cando os internos poderían ser os seus fillos", apostilla Marcos Blanco, representante de Acaip, a pie de mesa.

TOTAL ABANDONO. Los sindicatos denuncian que los funcionarios de prisiones llevan "más de una década" sufriendo "un total abandono por parte de quienes nos gobiernan", independientemente del partido. Se sienten parte del colectivo "con mayor tasa de siniestralidad laboral, a causa de las agresiones sufridas en nuestro puesto de trabajo" y sostienen que las políticas de los diferentes gobiernos "están poniendo en peligro la supervivencia de nuestro modelo constitucional", por lo que pretenden "reivindicar la defensa del servicio público penitenciario" y de su personal. Así demandan que se cubra el déficit de plazas y abordar el problema del envejecimiento de las plantillas, la formación continua y adecuada para cumplir y garantizar la seguridad en el interior y los fines de reeducación y reinserción social.

"La precariedad laboral a la que se enfrenta el personal penitenciario es inasumible".

Marcos Blanco explica que muchos viandantes "miran con precaución, porque isto é impactante e algo que non está na vida real das persoas". Se refiere, por ejemplo, a las imágenes de los "pinchos carcelarios", instrumentos fabricados por los reclusos de forma artesanal con los que atacan a los funcionarios, "e imaxes de feitos que aconteceron en prisión".

Los sindicatos demandan que se retomen las negociaciones para mejorar las condiciones de estos trabajadores, tanto en materia de incremento de personal, como de protección ante agresiones e incluso de subida salarial. "Sentimos que ao haber menos persoal, manter a nosa propia seguridade e a dos internos, ademais de conseguir que se leven a cabo os programas de reinserción e tratamento que a Constitución di que hai que facer, é máis difícil. A sensación de inseguridade vai en aumento", sostiene.

Libro de visitas: Terroristas, asesinos, caníbales...
Entre los ejemplos que mostraron los sindicalistas figura un particular "libro de visitas" de la prisión de A Lama, que recoge 21 ejemplos de los ilustres huéspedes que cumplen condena allí o estuvieron algún día entre sus rejas.

Entre ellos figuran terroristas como Jamal Zougam (condenado por el 11-M), asesinos como Rosario Porto, David Oubel, O Chioleiro y Maximino Couto o el "caníbal" alemán Stefan Atzler, además de violadores, mafiosos y narcos.

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