Los furanchos de Pontevedra amplían su capacidad

El aforo pasó de 782 a 861 comensales en el último año ►Tres de los 22 'loureiros' inician la temporada en el rural
Cartel de un loureiro. GONZALO GARCÍA (ADP) - Furancho
photo_camera Cartel de un loureiro. GONZALO GARCÍA (ADP)

La temporada de furanchos se inicia en Pontevedra con una novedad. Los establecimientos que venden el vino procedente de los excedentes de la cosecha de uva han ampliado su capacidad. Así se desprende del listado oficial que maneja el Concello, que revela que el aforo de los denominados loureiros ha pasado de 782 a 861 comensales durante el último año.

La campaña de comercialización de los caldos hechos en el municipio ha comenzado con la apertura de tres de los 22 furanchos censados. Todos ellos se encuentran en viviendas y otros inmuebles del rural.

La parroquia con más loureiros es Marcón, que tiene ocho. Le siguen Tomeza y Salcedo, con tres cada uno, Campañó (dos) y Mourente (otros dos). Verducido, Bora, Ponte Sampaio y Lérez cuentan con un establecimiento de este tipo en sus respectivos territorios.

LA LISTA COMPLETA
En Pontevedra hay 22 furanchos situados en nueve de las 15 parroquias del rural. Las únicas zonas sin loureiros son Alba, Cerponzóns, A Canicouva, Santa María de Xeve, San Andrés de Xeve y Lourizán.

La ubicación
1. Furancho de Fina. Valadiña, 18. Tomeza.
2. Furancho do Padre Luís. Os Campos, 17. Mourente.
3. Furancho Vázquez, Verducido, 19.
4. Furancho A Branquiña. A Igrexa, 44-A. Salcedo.
5. Furancho Las Golondrinas. Leirados, 10. Bora.
6. Furancho do Balo. Valadares, 46. Marcón.
7. Furancho O Avillado. Birrete, 45. Salcedo.
8. Furancho Magariños. Pintos, 7. Marcón.
9. Furancho Benito Pequeño. Armada, 16. Salcedo.
10. Furancho de Tino. Pintos, 13. Marcón.
11. Furancho A Casa de Pepe. O Bispo, 3. Campañó.
12. Furancho das Roteas. Valladares, 7. Marcón.
13. Furancho A Carrasqueira. Avenida de Montecelo, 14. Mourente.
14. Furancho Casa da Luga. Pintos, 4. Marcón.
15. Furancho da Cachada. Soutonovo, 42. Campañó.
16. Furancho de Pepe. Lusquiños, 62. Tomeza.
17. Furancho A Casa de Chiruca. O Pobo, 38. Tomeza.
18. Furancho As Cuncas. O Rañadoiro, 3. Ponte Sampaio.
19. Furancho do Angelito. Sabarís, 10. Marcón.
20. Furancho de Sara. O Pouso (A Ermida), 49. Marcón.
21. Furancho O Lagar da Fresca. Valadares, 25. Marcón.
22. Furancho Filgueira. O Cruceiro, 36. Lérez.


LA NORMATIVA. La normativa que regula el furancheo en Pontevedra entró en vigor en abril de 2013, aunque tres años después de su aprobación, en 2016, se introdujeron varios cambios para adelantar la temporada de apertura al público. En vez de entre marzo y junio, estos negocios tradicionales disponen de un calendario más amplio para hacerlo, concretamente entre el 1 de enero y el 30 de junio.

El reglamento impone una serie de obligaciones para los dueños de los establecimientos, que deben contar con un seguro de responsabilidad civil para posibles accidentes o contratiempos. Este debe tener una cobertura mínima de 90.000 euros.

Además, los furancheiros deben tener sus viñedos inscritos en el Rexistro Vitícola de Galicia para acreditar que el vino que sirven procede de sus fincas y evitar, así, cualquier tipo de picaresca al respecto. También se les obliga a colocar una rama de laurel en el exterior del local, así como el distintivo Furanchos de Pontevedra en el interior.

La ordenanza municipal también establece un límite de tapas que podrán comercializarse con los caldos. Podrán servirse tablas de embutidos y quesos, tortilla, pimientos de Padrón y otros dos platos a elegir entre oreja o chorizo y zorza o raxo.

REGISTRO MUNICIPAL. El reglamento pontevedrés conllevó la creación de un Rexistro Municipal de Furanchos e Loureiros que gestiona el servicio de Urbanismo.

El texto de esta normativa pionera en Galicia fue copiada casi en su integridad por otros ayuntamientos de la comunidad, que todavía no habían puesto orden a una actividad propia de las Rías Baixas. Localidades como Salceda de Caselas, Bueu o Betanzos se adaptaron a las directrices diseñadas por Pontevedra para evitar la actividad irregular de los furanchos.

Además del Concello, el cumplimiento de los requisitos de esta ordenanza también implica a administraciones como la Xunta y a cuerpos como el Seprona, de la Guardia Civil.

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