Brigada Central de Estupefacientes: más 55 años de lucha sin cuartel contra el narco

La Brigada Central de Estupefacientes cumple 55 años desde su creación con miles de detenidos en incontables operaciones ► Las Rías Baixas siguen siendo el centro del escenario en el tráfico de cocaína: el Greco de Pontevedra incautó más de diez toneladas solo en 2021
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photo_camera Los 9.500 kilos incautados en la operación Temple en 1999. ADP

El 22 de mayo de 1967, hace exactamente 55 años, la Dirección Nacional de Seguridad respondía a las directrices marcadas seis años antes en la Convención Única de Nueva York. Mediante Real Decreto (es la única unidad policial gestada de ese modo), nació la Brigada Especial de Investigación de Estupefacientes, germen de la actual Brigada Central de Estupefacientes (BCE).

Las drogas eran ya un serio problema en todo el mundo, y las autoridades clasificaron y fiscalizaron por vez primera cada una de las sustancias. Aquella convención fue enmendada y ampliada en varias ocasiones más, ya en el marco de Naciones Unidas, con revisiones constantes al compás de los avances del propio esquema delincuencial. En parelelo, en España, la Policía empezaba a tomar conciencia del problema que comenzaba a afectar al país como puerta de entrada de sustancias desde Sudamérica (cocaína) y también como tránsito desde otros puntos (heroína y hachís). La transición democrática se convirtió en un gran caldo de cultivo para quienes se habían lanzado a traficar, aprovechándose de la apertura del país, por un lado, y de las ansias de consumir sustancias cuyos efectos reales no se conocían bien, por otro.

A lo largo de esos 55 años, la Brigada ha detenido a miles de sospechosos, ha intervenido miles de kilos de hachís, marihuana y cocaína, y cientos de kilos de heroína. Ha desmantelado centenares de laboratorios e incautado miles de pastillas y kilos de metanfetamina. Se trata de una unidad en permanente proceso de modernización, luchando contra las últimas modalidades de tráfico de drogas, las últimas rutas y los últimos sistemas de ocultación, así como contra la avanzadísima tecnología que emplean los sindicatos del crimen a nivel global.

"Se han detenido a los principales traficantes de todos los tiempos, nacionales e internacionales". Antonio Duarte, jefe de la Brigada Central, recuerda que "en los años 80 ya pudimos capturar a Gilberto Rodríguez Orejuela, jefe del Cártel e Cali". Todos los capos gallegos, con Sito Miñanco (en tres ocasiones) a la cabeza, han caído en manos de la Brigada a lo largo de los años, pero no solo ellos. También el Messi, Los Castaña o El Pantoja, en el Sur de España, y destacados miembros de mafias de Europa del Este, de Italia, de Holanda o de Sudamérica. Todos ellos temen a la BCE, que se ha convertido por méritos propios en una unidad de referencia en la lucha contra el narcotráfico, ya no solo en España, sino en para el resto de policías extranjeras que luchan contra la las drogas en cualquier lugar del mundo.

Desde Mato Reboredo y Florentino Mesa, que pusieron en marcha esta Brigada, pasando por García Parras (artífice de la operación Nécora junto al fiscal Javier Zaragoza y al juez Baltasar Garzón), hasta la época de Eloy Quirós, Francisco Javier Migueláñez y Ricardo Toro Vázquez, cada uno de los comisarios que precedieron a Duarte aportaron su granito de arena para la consolidación de la unidad. Para todos ellos, Galicia fue el centro del escenario desde el primer momento, y lo sigue siendo en 2022: el año pasado, solo los grupos de Greco con base en Pontevedra incautaron más de 10 toneladas de esta droga en dirección a España.

Las Rías Baixas han sido epicentro de las principales operaciones desarrolladas bajo el paraguas de la BCE ya desde los años 80, muchas de ellas ya en la memoria colectiva de todos los ciudadanos.

Operación Nécora


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Sito Miñanco en una de sus primeras fotos en los archivos policiales. ADP

Año 1990. Fue operación pionera en la lucha contra las estructuras mafiosas asentadas en Galicia y que traficaban con hachís y cocaína con total impunidad. Permitió la detención de unas 90 personas, y su procesamiento. Los Charlines, Oubiña y Sito Miñanco ya no serían intocables.

Operación Carro


Año 1999. Galicia volvió al centro del escenario en relación con el tráfico de heroína. Narcos turcos y portugueses dominaban un mercado que llamaban El Corte Inglés. Los 442 kilos incautados siguen siendo a día de hoy el récord histórico en territorio español.

Operación Temple


Año 1999. 9.500 kilos de cocaína en un barco y 4.500 más en tierra siguen siendo a día de hoy el récord de incautación de cocaína a nivel estatal. Carlos Ruiz Santamaría, alias El Negro, era el colombiano que dirigía una impresionante red criminal que enlazaba el cártel de Bogotá con las mafias gallegas. Ana Garrido, La Rubia, fue la primera mujer en dominar el negocio en un mundo tradicionalmente de hombres. La redada acabó con un entramado que movía cientos de kilos para media Europa.

Operación Grumete


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Cocaína de Agios Konstantinos. ADP

Año 2001. La mayor operación encubierta de todos los tiempos acabó con la red criminal de Sito Miñanco, que era detenido por segunda vez cuando dirigía desde Madrid un entramado que pretendía introducir en España 4,6 toneladas de cocaína. La BCE estimaba que en aquel momento el capo de Cambados lograba colocar 10.000 kilos de polvo blanco cada año.

Operación Tabaiba/Giga


Año 2009.Las redes gallegas de Patoco y Parido y toda su infraestructura de narcolanchas para la introducción de cocaína por las Rías Baixas fueron desmanteladas en una operación que hizo mucho daño al narcotráfico en las Rías Baixas, del que tardaría en reponerse.

Operación Mito


En febrero de 2018, Sito Miñanco volvería a caer. Más de 50 procesados aún pendientes de ser juzgados fueron detenidos como presuntos miembros de su red criminal en la mayor operación de los últimos tiempos. Cerca de cinco toneladas de cocaína en dos alijos (en el mercante Thoran y en un contenedor en Holanda) son las pruebas de un proceso que los letrados pretenden seguir dilatando en el tiempo en aras de obtener reducciones en las penas. Galicia fue, una vez más, el epicentro de la investigación de la BCE.

Es el hombre en el que confía ciegamente la DEA, la persona en la que depositan sus esperanzas las autoridades colombianas y británicas cada vez que fijan su mirada en los grandes capos de la droga. Histórico jefe del Greco Galicia, desde 2018 lidera desde Madrid a la principal brigada antidroga del país. 

Antonio M. Duarte, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes: "Galicia sigue teniendo un papel fundamental"

¿Cuál es la foto fija del narcotráfico en estos momentos?

Aunque soy optimista y creo firmemente en todo el trabajo que hacemos, estamos en un momento delicado. El crimen organizado a nivel europeo y también mundial está ahora más fuerte que nunca. Existe una gran producción de cocaína, de heroína y de hachís en los países de origen, pero no solo eso. Estamos detectando de un tiempo a esta parte la llegada de importantes cantidades de metanfetamina y de nuevas sustancias psicoactivas, lo que hace que tengamos mucho más trabajo y que estemos más preocupados.

¿Sigue estando Galicia en el centro del escenario, como parece, en relación ya no solo con la cocaína, sino con otras drogas?

En todo este escenario, Galicia sigue ocupando un lugar fundamental. Los narcotraficantes del Noroeste Peninsular siguen siendo muy importantes a la hora de organizar grandes operaciones de cocaína y de hachís. Lo estamos viendo de forma constante. En los últimos tiempos, además, estamos viendo que se están haciendo fuertes en la zona los traficantes de heroína. Todo ello hace que no podamos bajar la guardia. Para eso cuentan con los grupos de Greco en la Comisaría... La Brigada Central de Estupefacientes dispone tanto de los grupos de Greco Galicia desplazados en la zona como la sección central de Cocaína, que operan en muchas ocasiones de forma conjunta. Todos ellos ponen toda su atención en las relaciones entre los narcotraficantes gallegos y sus socios colombianos en lo que se refiere a la droga que procede de Sudamérica. La sección de Heroína, por su parte, está luchando para frenar las nuevas alianzas criminales entre ciudadanos que residen en Galicia y que intentan introducir ese veneno en España a través de esa comunidad autónoma.

"Nos da igual que los narcos se desplacen a África o a Dubái, vamos a ir siempre a por ellos y no podrán dejar de mirar atrás"

¿Qué importancia tiene la labor de las Udyco más locales que también operan en el territorio gallego?

Es un trabajo muy importante que quiero reconocer. Desde las Udyco de las distintas jefaturas superiores, ya no solo las de Galicia, y también desde los numerosos grupos de Estupefacientes repartidos por las comisarías de todo el país, se vienen realizando operaciones que se deben poner en valor. Muchas de ellas acaban siendo coordinadas por la Udyco Central, y esa labor conjunta ofrece grandes resultados.

¿Qué importancia tiene esa labor coordinada?

Resulta esencial. Sin una perfecta cooperación entre todas las unidades dedicadas a la lucha contra el narcotráfico y la colaboración internacional no obtendríamos resultados. En Galicia, en concreto, quiero agradecer el trabajo de la Jefatura Superior de Policía a lo largo de todos estos años. No han bajado la guardia en ningún momento en la lucha contra el narcotráfico, colaborando con el Greco Galicia, tanto en el tráfico de cocaína como en el de hachís o en la fabricación de narcolanchas que hemos visto recientemente, o en el incipiente tráfico internacional de heroína.

"Los agentes de Pontevedra ponen toda su atención en las relaciones entre los gallegos y los colombianos"

¿Se sienten respaldados por la autoridad judicial?

Por supuesto. Sin el buen hacer de los jueces y de los fiscales no obtendríamos resultados. Otra cosa es el marco legal al que ellos se tienen que acoger, que debe adaptarse a los cambios en la sociedad actual lo antes posible.

¿Cree que siguen existiendo narcotraficantes ‘escondidos’?

Sin duda buscan la invisibilidad, y nosotros tenemos que luchar por sacar la careta a todos aquellos que viven de las drogas y, por lo tanto, de arruinar la vida a jóvenes y de condenar de forma irremediable a familias enteras. Los traficantes y los que se benefician de ese negocio son criminales sin escrúpulos a los que tenemos que combatir siempre, sin desaliento y en todo lugar. En estos momentos, los narcos se desplazan constantemente y fijan sus centros operativos en países muy lejanos.

¿Cómo les siguen la pista?

A nosotros nos da igual que se desplacen a África, a Cali, a Dubái o simplemente a Tarragona. Vamos a ir siempre a por ellos y nunca podrán dejar de mirar atrás.

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