El horno de Alejandra Garrido anda estos días que echa humo. Su propietaria, residente en Pontevedra y de 45 años de edad, prepara unas galletas singulares que ha diseñado para combatir el cáncer. En la misión le acompañan otras 33 galleteras de toda España que, como ella, han prendido los fogones para aportar su "pizca de harina" al tratamiento e investigación de una de las enfermedades más prevalentes en la sociedad del siglo XXI. Cada una ha elegido un modelo distinto, que estará a la venta entre el 1 y el 19 de octubre. Toda la recaudación irá destinada a una cuenta de la Aso ciación Española Contra el Cáncer (AECC).
Las galletas de Alejandra tienen forma de corazón y un coste de 1,5 euros. El resto oscila entre uno y cuatro euros y entre los distintos modelos "hay mucha obra de arte". "Siempre decimos que hay que hacer algo sencillo, porque hay que cocinar un montón de ellas, y que no hay que liarse con glasas y cosas por el estilo, pero al final siempre hay alguna que cae", comenta, entre risas, la joven pontevedresa. Este será su segundo año participando en la iniciativa, que suma ya cinco años en marcha. El detonante que le hizo embarcarse en la aventura fue la amistad que la une con la promotora, la ferrolana Carmen Solano, a la que un día se le ocurrió emprender una red solidaria de fabricación de galletas para aumentar las aportaciones que solía hacer a la AECC.
Los encargos se pueden realizar hasta el 19 de octubre
"Siempre le decía que no tenía tiempo, porque tengo un trabajo y dos hijos, pero el año pasado me animé y este año ni lo dudé. Da mucho trabajo, sobre todo porque tienes que ir preparándolas en los ratos libres, pero es una experiencia muy satisfactoria. Aparte del gusto que da que te digan que están ricas, es un acto solidario. Yo no tengo cáncer, pero es una enfermedad que te puede tocar en cualquier momento. Tengo amigas que ya la padecen, algunas galleteras, y es raro no tener a algún conocido o familiar en esta situación. Es muy importante ayudar". Desde el pasado domingo la red de galleteras recoge encargos. Normalmente, los pedidos proceden de gente que sigue al grupo 'Galletas contra el Cáncer de Mama' en redes sociales y de personas que lo comparten. Alejandra atiende los mensajes que le llegan a través de estos canales, así como los que recibe en su página ‘Mis deseos dulces’. Además, suele dejar varias cestas en algunas tiendas de confianza.
El año pasado "tenía mucho miedo a no vender ninguna" y al final elaboró 500 galletas, que contribuyeron a una recaudación general de 30.000 euros. A día de hoy es incapaz de contar las horas que puede dedicarle a esta gesta y, aunque cree que es difícil superar el listón de la última edición, promete emplearse a fondo para "por lo menos intentarlo". Si hay voluntarias, las recibirán con los brazos abiertos. En Galicia solo hay tres galleteras y "se busca una cuarta para cubrir el área de Lugo".
