José María 'Chato' Galante, víctima de torturas durante el franquismo

"Ganaremos, no solo porque tenemos razón, sino porque no podemos olvidar"

"Dicen que tratamos de reabrir heridas. No, señor: lo que queremos es curarlas", comenta Chato Galante. A sus espaldas, las torturas que sufrió por parte de 'Billy, el niño' y una lucha de más de diez años para que se juzguen los crímenes de la dictadura. Este viernes estuvo en Pontevedra
El activista e impulsor de la querella argentina Chato Galante, este viernes, en Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El activista e impulsor de la querella argentina Chato Galante, este viernes, en Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El documental 'El silencio de otros' (Almudena Carracedo, Robert Bahar, 2018) siguió durante seis años la incansable lucha de las víctimas de la represión franquista para que se juzgasen los crímenes de la dictadura, primero en España y después, tras la suspensión del juez Baltasar Garzón, en Argentina, donde la jueza María Servini instruye el caso desde 2010. Uno de los protagonistas de ese documental multipremiado (Goya, Forqué, Platino, Premio del Público al Mejor Documental en la Berlinale, etc.), junto a María Martín y Ascensión Mendieta, es José María 'Chato' Galante (Madrid, 1948).

Este viernes estuvo en Pontevedra para participar en unas jornadas contra la impunidad impulsadas por la Deputación. Galante fue detenido varias veces por su activismo político. Y fue brutalmente torturado. Con apenas 20 años. Él señala como su torturador al policía franquista Antonio González Pacheco, ‘Billy El Niño’, que nunca ha sido juzgado.

¿Por qué está hoy en Pontevedra?

En Galicia hay un gran movimiento en favor de la recuperación de la memoria. Pero, a pesar de que uno de los grandes impulsores de la querella argentina fue un gallego, Darío Rivas, más tarde, de alguna manera, perdimos el contacto. Ahora estamos aquí para tratar de recuperarlo. Y creo que lo estamos logrando a través de Montse [Fajardo], de las asociaciones y de actividades como esta de Pontevedra, donde el abogado Jacinto Lara, que es el que coordina la estrategia del proceso jurídico en Argentina, les explicará a las familias cómo pueden adherirse a la querella. Ahora mismo tenemos trabajando en esta causa a unos 60 o 70 abogados de toda España.

El primer querellante fue efectivamente el lucense Darío Rivas.

Y su abogado, Carlos Slepoy. Son dos figuras clave en todo este proceso. Desgraciadamente el tiempo juega en nuestra contra. Llevamos diez años peleando. Ha muerto mucha gente sin que se le hiciese justicia. El propio Darío, María Martín, Chon Mendieta...

¿En qué momento está ahora mismo la querella en Argentina? ¿Con cuántos demandantes cuenta?

Hay varios procesos. Por un lado está la querella argentina, que cuenta con unos 600 querellantes e involucra a alrededor de 9.000 personas. Por otro, 60 y tantas querellas en distintos juzgados españoles por torturas, desapariciones forzadas, etc. Porque el caso español, como decía Slepoy, tiene la particularidad de haber afectado a todo el territorio, no hay un pueblo sin un crimen, y de abarcar todos los actos criminales posibles, hasta los más horribles. Ponía siempre como ejemplo los bebés robados. En Argentina son 850. En España, solo hasta 1954, se estima que 30.000. Y seguimos siendo el segundo país del mundo con mayor número de enterrados en fosas comunes.

Hasta que este país no consiga una reconciliación basada en el respeto a la verdad, la justicia y la reparación estará en deuda con las víctimas. Y consigo mismo

Martín Villa tendría que viajar en unos días a Buenos Aires.

El 11 de diciembre se tiene que personar el exministro Martín Villa a declarar en Argentina. En ese momento se podría abrir, por fin, un proceso que ha sido saboteado tanto por el poder ejecutivo como por el poder judicial español. Por eso hemos recurrido a Naciones Unidas amparándonos en principios de justicia universal. Los crímenes contra la humanidad ni prescriben ni pueden ser amnistiados. En España estamos hablando de cientos de miles de personas a las que se les ha negado el derecho a la justicia durante más de 80 años. Hasta que este país no consiga una reconciliación basada en el respeto a la verdad, la justicia y la reparación, estará en deuda con las víctimas . Y consigo mismo.

Hasta que no haya una condena explícita de los crímenes del franquismo, todo puede dar marcha atrás . Nos jugamos el futuro de nuestra democracia. Este fue un régimen criminal fascista, que es como está definido en una resolución de Naciones Unidas. Y esto no se sabe en España. Se ha ocultado. No se estudia en los colegios. Somos el único país del mundo que conoce mejor el Paleolítico inferior que nuestra historia reciente. Y estamos pagando un precio altísimo por ello. ¿Qué justificación puede haber a que haya cientos de miles de muertos en fosas? ¿Qué justificación hay a que haya torturadores, no ya sin juzgar, sino condecorados en democracia? Todo esto da fuerza a nuestro movimiento. Por eso no acabarán con nosotros. Ganaremos, no solo porque tengamos razón, sino porque no estamos dispuestos a olvidar.

¿Le da miedo Vox?

No. La vacuna contra Vox es olvidar el pacto de silencio y contar exactamente qué sucedió en la dictadura, qué supuso en el terreno económico, social y cultural para este país. Vox no aguantaría un debate político claro, abierto y llevado a sus últimas consecuencias. No me dan ningún miedo.