El general Romero admite los riesgos de las misiones en el Líbano y Mali, "pero confío plenamente en mis soldados"

El acuartelamiento General Morillo acogió este martes el acto oficial de despedida de los 800 efectivos que participarán en misiones internacionales en el Líbano y Mali a partir de noviembre, cuya duración aproximada será de unos seis meses.

El responsable del contingente en Oriente Próximo será el general Antonio Romero, jefe de la Brilat, que estará al mando de unos 3.500 soldados, pertenecientes a España, India, Nepal, Brasil, Indonesia, Serbia, El Salvador y China, formando la Brigada Multinacional Brilib XXX.


"El riesgo cero no existe, ni siquiera en territorio nacional, pero tratamos de minimizarlo al máximo. Además, confío plenamente en la preparación de todos y cada uno de los soldados que integran la Brilat", declaró el general durante la parada militar. Agregó que la situación en el Líbano es mucho más tranquila que en Mali, si bien el principal riesgo que pueden correr los militares españoles es el de sufrir un accidente más que un ataque hostil, debido a las inhóspitas condiciones del terreno.


El acto castrense, que se desarrolló bajo una tímida pero constante lluvia, estuvo presidido por el jefe de la División Castillejos, general de división Fernando García González-Valerio.

El viaje de las tropas pontevedresas dará comienzo el próximo día 13 y durante varias semanas realizarán labores de asentamiento en la zona para poder llevar a cabo sus respectivas misiones. En el caso del Líbano será la de vigilar el cese de las hostilidades, apoyar a las fuerzas locales en su despliegue, ayudar al gobierno libanés para ejercer su autoridad y apoyar a la población civil.


En Mali, el objetivo es formar y adiestrar a las Fuerzas Armadas de ese país, contribuir al desarme y a la desmovilización del conflicto armado interno y apoyar cualquier acción dirigida al mantenimiento de la paz.