La Guardia Civil ha vinculado este jueves a tres acusados con numerosos robos en las provincias de A Coruña y Pontevedra por la geolocalización de un vehículo que tenía instalada una baliza y cuya ubicación coincide con los hechos denunciados.
La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido la última sesión de un largo proceso contra tres varones residentes en Carballo por unos hechos supuestamente ocurridos entre agosto y septiembre de 2020.
Si bien la Fiscalía pide para ellos penas de hasta 25 años de prisión, dos de las defensas reclaman la libre absolución al considerar que no ha quedado acreditada su presencia en los hechos -pues los testigos no los han reconocido y la Guardia Civil seguía la posición del vehículo de forma telemática- y la tercera ha conformado una pena de cuatro años de cárcel al incluir la atenuante de drogadicción.
Un agente de la Guardia Civil ha detallado que cuando localizaron el vehículo que utilizaban, instalaron una baliza de posicionamiento el 9 de septiembre de 2020 y vieron que salían "a robar con él".
Salieron de Carballo, repostaron en Arteixo, donde fueron identificados por las cámaras dado que iban a cara descubierta y también llenaron garrafas de combustible que introdujeron en el maletero, y luego se dirigieron a Pontevedra, con varias paradas en el camino que "vienen motivadas porque han visto un local en donde pueden robar o porque han visto un vehículo al que pueden robarle las placas".
De hecho, agrega que robaron matrículas por el camino y se las cambiaron al coche, antes de hacer dos paradas en Pontevedra y en Mesón do Vento (Ordes, A Coruña), junto a puntos donde se realizaron robos esa noche.
El día 14 también se activó la baliza y uno de ellos fue identificado en un lugar de venta de vehículos en Fene y dos días más tarde estuvieron en Sigüeiro y en Carral, donde también se produjeron robos.
En ese momento, a la vuelta los agentes intentaron detener a los tres, pero uno de ellos se dio "a la fuga con el maletero abierto" y "fue imposible localizarlo" en el momento, si bien posteriormente fueron detenidos los tres, que supuestamente utilizaban los robos, según la Guardia Civil, como "un modo de vida".
Una testigo, que fue víctima de uno de los robos, ha detallado que no pudo identificar a nadie ante las amenazas recibidas: "Métete para dentro que te meto un tiro", ha dicho, si bien ha matizado que eran tres personas.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, supuestamente los tres procesados "formaban un conjunto organizado en el que, actuando conjuntamente con clara distribución de funciones, y con la intención de obtener un enriquecimiento patrimonial ilícito, se dedicaban a acceder al interior de numerosas locales comerciales por el territorio gallego, utilizando pasamontañas para impedir su identificación y así asegurarse impunidad en la comisión de los hechos".
"Tras forzar con mazas, u objetos similares, las ventanas y puertas que daban acceso a los mismos se introducían en su interior haciéndose bien con objetos, dinero en efectivo o bien con el dinero de máquinas recreativas", agrega.
En esta causa se sientan en el banquillo como supuestos autores de delitos continuados de robos con fuerza en establecimiento abierto al público fuera de las horas de apertura, además de hurtos con falsedad documental -por las matrículas- y una tenencia ilícita de armas.
En todos los casos, la Fiscalía apunta a las circunstancias modificativas agravantes de reincidencia y disfraz, por lo que en el primer caso, pide 22 años y 3 meses de prisión, en el segundo alcanza los 25 años -tras suprimir en el juicio la agravante de multirreincidencia- y, en el tercero, 4 años de cárcel, aceptados por el procesado, al considerar que solo participó uno de los actos y era drogodependiente.
