"Siempre he sido un poco pecador"

Gerardo Lorenzo protagoniza con Rafa Cabeleira una nueva cita de Conversas na Uvi ▶Repasó su infancia junto a sus hermanos y sus etapas de médico, marino y empresario

Gerardo Lorenzo junto a su entrevistador, Rafa Cabeleira. RAFA FARIÑA
photo_camera Gerardo Lorenzo junto a su entrevistador, Rafa Cabeleira. RAFA FARIÑA

"Siempre he sido un poco pecador. Me gusta mucho la vida". Gerardo Lorenzo se confesó este martes con Rafa Cabeleira en un nuevo encuentro del ciclo Conversas na Uvi, que se celebró en la Casa das Campás. La cita estuvo guiada por el columnista de Diario de Pontevedra, que preguntó al empresario por las múltiples facetas de su vida, desde su niñez en la Rúa Nova, hasta sus tiempos en un piso de Madrid junto a sus hermanos (incluidas las noches madrileñas) o la década que pasó en la Armada.

Todo empezó en la Rúa Nova, donde crecieron los cuatro hermanos Lorenzo, siempre muy unidos. "Íbamos cogidos de la mano al colegio y fue entonces cuando entendí la responsabilidad de ser el mayor", contaba el martes Gerardo. De los cuatro, él aseguró ser el más travieso y Francis el más tímido. "Cuando dijo que quería ser actor nos pasamos un día entero riéndonos en casa y empezamos a llamarle Robert Redford", recordaba. "Era tan tímido que cuando venía una visita a casa se escondía", añadía Lorenzo.

"Cuando Francis dijo que quería ser actor nos pasamos un día entero riéndonos en casa y empezamos a llamarle Robert Redford"

Durante su niñez no fue consciente de la dureza del Franquismo. "A veces se hablaba de política, pero nosotros vivimos de forma muy normal y pacífica". Como anécdota, recordó que su abuelo, afiliado a UGT, solía saltar una tapia para huir de los falangistas por miedo a que fuesen a buscarlo. "Él huía de casa para refugiarse en la de un amigo y nosotros, años después, la saltábamos para robar fruta y volvíamos haciendo el recorrido contrario cuando nos pillaban". Hubo tiempo también para rememorar la época adolescente y el cariño que el protagonista de la cita tenía por Susana Fortes.

En casa inculcaron a los cuatro hermanos la cultura del esfuerzo, y mientras uno quiso ser actor, Gerardo se interesó por la medicina. "Yo quería ser pediatra, pero en mis primeras prácticas me ofrecieron la posibilidad de hacer un parto y me sentí tan bien que cambié de opinión", contaba.

Después de terminar la carrera, entró en la Armada, en donde pasó diez años de su vida. "La Universidad me formó en muchos aspectos, pero la vida militar y castrense también me ayudó", cuenta. Por otra parte, reconoció que "tanto en el Casino como en Daniel, con el uniforme de marino, algo hacías siempre".

"Era complicado darle pastillas anticonceptivas a mujeres solteras"

Ejerció como ginecólogo en Ferrol, en donde el hecho de recetar la píldora anticonceptiva era un acto atrevido. "Era complicado darle pastillas a mujeres solteras", contó. Lorenzo repasó junto a Cabeleira sus años en Madrid, en donde vivió con sus cuatro hermanos. "Francis estaba empezando como actor y un día vinieron varios amigos del teatro a casa porque llevaban dos días sin comer. Con mi sueldo hicimos una comida y tomamos unas copas de postre, al final acabaron brindando y gritando vivas a la Marina", contó entre risas. La vida nocturna en Madrid y relacionarse con famosos (Francis es actor y su otro hermano, Pepo, productor) subió en ocasiones a Gerardo en una nube. "Tenemos la suerte de que nuestra madre siempre nos pone los pies en la tierra, en cuanto se nos empieza a subir la tontería, nos da un hostiazo", contó.

RELIGIÓN. Lorenzo se definió como un hombre de fe, con una educación católica. "Soy un católico imperfecto, cogido con alfileres", confesó. Reconoció que en ocasiones se alejó de la Iglesia pero que en su casa aprendió lo que era la solidaridad. "A mi madre le das la fortuna de Inditex y se la gasta en una tarde repartiendo entre personas que lo necesitan", explicó.

Fue médico y marino, pero a Gerardo Lorenzo se le conoce más por sus negocios. Empezó un máster con la intención de aprender gestión sanitaria y acabó en el mundo de la empresa. "Cuando das el salto de la medicina a la empresa no te importa arriesgar, porque nadie muere", contó. Aunque hizo sus primeros pinitos en el mundo del business siendo monaguillo y cobrando por alguna boda o bautizo, se lanzó más tarde al mundo del emprendimiento.

Tuvo tiempo también para hablar de su papel como presidente del Pontevedra CF "Juan Luis Pedrosa y Miguel Domínguez me pidieron que cogiera el equipo", contó refiriéndose a la deuda que tenía el club por aquel entonces. En este sentido, agradeció la implicación de la ciudadanía y reconoció llevar a "esta ciudad y a su equipo en el corazón, donde se llevan los grandes amores del alma". Así, se refirió a Pontevedra como una ciudad hermosa, que tiene que seguir creciendo y reforzando su sector turístico con eventos como el Mundial de Triatlón o fiestas como la Feira Franca.

Su intervención terminó recordando a su tío Sabino Torres, con el que siempre tuvo una especial relación, un hombre que definió como un "intelectual, desinteresado para el dinero y con una enorme capacidad de superación". A Sabino solían decirle que su sobrino Gerardo era como el hijo que nunca había tenido, "pero él me decía: no eres el hijo que nunca he tenido, eres el hijo que me gustaría tener".

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