La presencia de mafias del narcotráfico en Galicia y en España es una realidad bien conocida para los lectores de este periódico. Las revelaciones de #Narcofiles, El nuevo orden criminal, investigación conjunta desarrollada por 40 medios de comunicación de todo el mundo, en España Narcodiario e Infolibre, señalan al Noroeste Peninsular como un punto clave, ya no solo por la presencia de los históricos clanes dedicados a introducir cocaína en pesqueros, veleros, planeadoras o semisumergibles (respecto a los que hay novedades que se revelarán en próximos días), sino también como productor, como acredita el gran laboratorio descubierto por la Policía en Cerdedo-Cotobade.
Los cruces de mensajes y las peticiones de información entre la DEA, Colombia y los especialistas de la Udyco Central en relación con Galicia han sido constantes en los últimos años, todo ello con el objetivo de seguir los pasos de la Mocro Mafia, la "Ndrangheta, los rusos, los irlandeses, los mexicanos y los colombianos y, más recientemente, el poderoso Balkan Cartel, todos ellos identificados en el territorio con el único objetivo de introducir la cocaína (o bien de fabricarla) y de blanquear los beneficios.
En 2023, con Colombia produciendo más cocaína que nunca, los mexicanos, que hasta ese momento habían preferido Estados Unidos, dejando Europa para sus vecinos del sur, han aterrizado en España, y para quedarse, como se ha visto en el laboratorio de Cotobade. Los sucesores de los cárteles de Cali y Medellín tienen oficinas en Madrid, en Málaga, en Galicia y hasta en las Islas Canarias. El Balkan Cartel domina parte de la recepción de los alijos, tanto en los puertos como en embarcaciones, como se ha visto muy recientemente en las Rías Baixas.
Los semisumergibles se han convertido en una alternativa completamente segura, pues las fuerzas de seguridad no disponen de la tecnología necesaria para detectarlos. Y la Mocro Mafia, la violentísima organización criminal que lidera desde prisión el holandés de origen marroquí Ridouan Taghi, asoma su alargada sombra, repartiéndose el pastel de mala gana con serbios y albaneses. Todos ellos trabajan de forma coordinada, en auténticas cooperativas del crimen, según revela
NarcoFiles: el nuevo orden criminal
"El cártel de Los Balcanes, la "Ndrangheta, la Mocro Mafia y los grupos británicos e irlandeses quieren controlar todas las etapas del tráfico de drogas. Ya compran el hachís directamente en Marruecos, la cocaína en Colombia o la metanfetamina en México. Controlan el transporte y luchan por dominar los puertos, que son para ellos la joya de la corona. Todos quieren controlarlos", explica Antonio Duarte, jefe de Udyco Central. Las redes internacionales de narcotráfico "y el crimen organizado en su conjunto se sirven de la globalización y de que los controles fronterizos son cada vez más relajados".
NarcoFiles destapa los nexos entre colombianos, mexicanos, españoles y holandeses para obtener, procesar, transportar y vender grandes cantidades de cocaína en el floreciente mercado europeo. "Los jefes de los cárteles, conocedores de cómo evadir la acción de la Justicia, se distancian cada vez más de la droga. Buscan obtener el máximo beneficio eludiendo la responsabilidad penal, haciendo uso de telefonía encriptada, de criptoactivos y buscando lugares como Dubái, donde piensan que están protegidos".

La investigación desarrollada por periodistas de más de 40 medios de comunicación a través de las filtraciones de la Fiscalía General de Colombia y las pesquisas de los reporteros desemboca en el presente mapa de los grandes flujos de la cocaína desde los países productores. En el mismo se aprecia que España es un punto esencial y, dentro de la Península, Galicia tiene especial importancia. Edin Pašović / OCCRP
"Son cárteles que se están constituyendo como ocurrió en su momento en Colombia"
Policías europeos comparan la lucha contra el crimen organizado actual con la Hidra de la mitología griega: al arrancarle al monstruo una de sus muchas cabezas, crecían dos en su lugar. Así lo explica Europol: "incluso las más exitosas operaciones policiales apenas tienen consecuencias a largo plazo sobre el crimen organizado global… extirpar una cabeza no mata al monstruo".
En España han sido detenidos a lo largo de los años algunos de los narcotraficantes más conocidos en todo el mundo, muchos de ellos en Galicia o a manos de agentes desplazados en Pontevedra. Nombres como el colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela, jefe del cártel de Cali; integrantes del Kinahan Cartel irlandés, el exmayor de la Policía Militar de Brasil Sergio Roberto de Carvalho, algunos distinguidos miembros de la ‘Ndrangheta, Jonas Falk, conocido como El Pablo Escobar sueco; la flor y nata de la mafia turca, rusos, marselleses, los marroquíes-holandeses de la Mocro Maffia y, últimamente, los serbios y albaneses del cártel de Los Balcanes y también los mexicanos. Todos ellos han sido descubiertos haciendo negocios en la Península.
"Si necesitan un proveedor, lo buscan; si necesitan un transportista, lo buscan; tienen una capacidad increíble para conseguir sus objetivos. Son cárteles que se están constituyendo como sucedió en su momento en Colombia y que ahora están creciendo con fuerza en Europa. Disponen de embarcaciones, teléfonos encriptados, dispositivos de localización…, tienen medios más potentes que las fuerzas de seguridad". Interviene Macarena Arroyo, fiscal Antidroga del Campo de Gibraltar que estuvo recientemente en unas jornadas sobre violencia y narcotráfico en A Estrada.
El último gran ejemplo que vincula a mafias internacionales de todo el mundo con España en el centro del tablero y personas arraigadas en Galicia investigadas trascendió en septiembre, cuando la Udyco Central puso fin a una red que introducía decenas de toneladas de cocaína de al menos 33 organizaciones distintas cada mes a través de contenedores marítimos. La droga, se sospecha, llegaba a Guayaquil (Ecuador) desde Colombia por carretera, procedente de los laboratorios ubicados cerca de la frontera que comparten ambos países. Allí se introducía en contenedores de bananas y llegaba a Lisboa (Portugal) previo paso por Algeciras. En ese puerto fueron incautados 9.500 kilos que no componían la totalidad del cargamento y que Narcodiario calcula en unas 15 toneladas.
Desde la capital del país luso salía toda una flota de camiones que entregaba su parte a gallegos, rusos, serbios, británicos, italianos y turcos, entre otros. Precisamente Estambul se ha convertido en un nuevo actor, incipiente, tanto para recibir cargamentos como a los propios capos, que saltan allí desde el otro gran refugio de los mayores narcos, Dubái. En Turquía pueden disfrutar de los privilegios que les conceden sus ilícitas ocupaciones sin ocultarse, algo que les resulta más complicado en Europa Occidental.
"Los españoles son transportistas, blanqueadores, rescatadores, quienes controlan las puertas de entrada, pero a nivel top, si hablamos de auténticos capos, esos están en las grandes organizaciones como el cártel de Los Balcanes, la Mocro Mafia, los italianos, los colombianos y mexicanos", explica el comandante Torres, jefe de la UCO de la Guardia Civil. "Eso también es bueno, porque habla bien de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, en el sentido de que aquí es muy difícil que un capo prospere: tarde o temprano, se le va a descabezar".
Una alianza entre el cártel de Los Balcanes y la ‘Ndrangheta que ha conseguido atraer a traficantes como los gallegos para hacer negocios no sólo en los puertos, sino también en el océano Atlántico. En altamar reciben grandes alijos que son introducidos en lanchas rápidas en áreas pesqueras de las Azores o en Cabo Verde, o bien son recogidos del agua tras ser balizados con GPS.
Otra gran referencia para la investigación internacional ha sido el laboratorio de cocaína de Cerdedo-Cotobade. Los hallazgos de los periodistas, muy relevantes, este miércoles, en Diario de Pontevedra.