INTEGRANTE DE LA RED Eureka en Madrid, África Gómez participó ayer junto a otros activistas de toda España en una recogida de firmas por una renta básica universal en la Praza da Peregrina. Por la tarde, ofreció una conferencia en la tienda solidaria de Boa Vida sobre cómo la implantación de estas ayudas repercutiría en la libertad de las mujeres. Se necesitan un millón en toda Europa para que la renta básica que proponen sea debatida en el Parlamento Europeo.
¿Cuál es la finalidad de esta iniciativa?
Esto es una campaña para llevar a cabo una Iniciativa Ciudadana Europea, algo parecido a lo que aquí, en España, sería una Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Es una propuesta de plataformas de 25 países en defensa de que todas las personas puedan tener un mínimo de ingresos para no pasar hambre, poder compartir un piso y tener las necesidades mínimas cubiertas. Eso no quiere decir que sea en detrimento de una sanidad y una educación públicas y servicios sociales. Como las ayudas que hay son muchas, variadas, con diferentes criterios y a veces es difícil acceder a ellas, lo que pedimos es que todas las personas, por el hecho de ser personas, tengan lo básico asegurado. Es lo que llamamos la Renta Básica Incondicional, que sea individual, no condicionada a si cuidas o estás en paro.
La finalidad es recoger firmas mediante una Iniciativa Ciudadana Europea para que se garantice un ingreso mínimo para las personas
¿La aprobación del Ingreso Mínimo Vital no ha supuesto un paso hacia esa dirección?
Solo ha sido concedido al 20% de las personas que lo han pedido. Además de ser difícil de solicitar, luego no se concede. Todas las ayudas que se dan son dependiendo de la unidad de conviviencia o familiar. Esto afecta directamente a las mujeres, a las que constantemente se les está situando en los cuidados y las ayudas les llegan en la medida en que cuidan o tienen menores y dependientes a cargo. Es importante que esta renta sea individual para que sea una ayuda para ellas mismas, que les dé autonomía, independencia y las proteja de la violencia de género. Una mujer en situación de violencia con un mínimo de ingresos que dependan solo de su gestión tiene más fácil decidir que se va y no vuelve. Eso empoderaría mucho a las mujeres. Hay mujeres y hombres pobres, pero nosotras tenemos una discriminación a mayores porque vivimos en un mundo patriarcal y gerárquico donde las mujeres siguen en segundo plano. Y no pensamos solo en España o Galicia, pensamos a nivel de todo el mundo.
¿Cómo se hace esto? ¿De dónde se saca el dinero para darle una renta mínima a todas las personas?
Eso está súper pensado. Grosso modo, en primer lugar, tenemos muchísimas ayudas actualmente y mucha burocracia para gestionar los recursos para gente en situación vulnerable. Ahí hay muchos recursos que se podrían rentabilizar y optimizar. En segundo lugar, si queremos mejorar el reparto de la riqueza e ir en una línea social más justa, las personas ricas deberían pagar mucho más de lo que pagan ahora en impuestos. Nosotros promovemos una reforma fiscal para que quienes tienen más recursos aporten más. Hay un 5% de personas súper ricas que no aportan a la sociedad la proporción que les corresponde y se están beneficiando de muchísima gente que trabaja muchas horas a cambio de un sueldo escaso. Tenemos que replantearnos el tipo de sociedad que queremos y el reparto de la riqueza.
La creación de una renta universal es un reto que hace unos años parecía imposible. ¿Lo ven ahora más probable?
Sí, porque en Europa se lleva trabajando por esta idea más de diez años. Antes podía parecer algo utópico y ahora resulta que es posible, porque incluso algunas voces del gran capital piensan que una renta básica no estaría mal, pero por una razón diferente a la nuestra.
Para incentivar el consumo.
Claro, si la gente no tiene dinero y cada vez la riqueza está más concentrada no habrá quien compre. Igual que en su momento se aceptó el estado del bienestar en países occidentales porque la alternativa eran conflictos sociales, ahora puede ocurrir algo similar con la renta básica universal.
El colectivo habla de un ingreso de en torno a los 700 euros mensuales para todas las personas, lo que daría seguridad a la hora de emprender y, al mismo tiempo, acabaría con las condiciones abusivas en el mercado laboral. "Hay quien dice que la gente no trabaja porque no quiere, pero se trata de que las condiciones de trabajo sean dignas y no que te contraten por 20 horas a las semana y trabajes 40", cuenta.
Del mismo modo, Ramírez habla de la "trampa de la pobreza", ya que la exclusión social es un pozo del que es difícil salir. "Ahora mismo una persona que cobra una Risga puede encontrar un trabajo por seis meses y rechazarlo porque, al pasar esos seis meses, pierde la ayuda y se queda sin nada", explica.
Boa Vida acogerá hoy otra jornada de recogida de firmas en A Peregrina. Más información: rentabasicaincondicional.eu.
