Una gran partida de coca entró por A Guarda el día de las dos persecuciones

Los investigadores creen que Fernández Pajuelo viajó en el barco desde Sudamérica y aprovechó el desconcierto y la caída de los 3.700 kilos en Arousa para llevarse su comisión
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photo_camera Las dos lanchas que fueron interceptadas antes de que descargasen los fardos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La irrupción de dos planeadoras cargadas de cocaína hasta los topes en la ría de Arousa en la madrugada del 28 de marzo continúa ofreciendo datos sorprendentes. Ya fue toda una bofetada de realidad, la segunda tras el alijo del narcosubmarino, la reaparición de las históricas persecuciones a toda velocidad y entre bateas de los agentes de Aduanas a los lancheros, y ahora, con la investigación aún en plena ebullición y a la espera de la caída (o no) de sus auténticos responsables, trasciende un nuevo fleco de lo más interesante: no eran dos lanchas, sino tres. La tercera, de apenas cinco metros, partió directamente desde la embarcación que transportaba el alijo desde Sudamérica. Al volante, uno de los hermanos Fernández Pajuelo, que consiguió llegar al puerto de A Guarda, descargar la mercancía con la ayuda de varias personas más y hacerla desaparecer antes de que el Edoa de la Guardia Civil y la Udyco de la Policía Nacional pudieran echarle el guante.

Eso es lo que se extrae del recientísimo auto judicial elaborado por la Sección Cuarta de la Audiencia, que confirma la medida preventiva de prisión para el investigado, dados los hechos que se le atribuyen. Así pues, no fueron 3.700 kilos, sino unos cuantos más, tal vez unos 4.000, los que intentaron llegar a las Rías Baixas aquella noche. Y ese pico sí entró en tierra a la mañana siguiente a través de la dársena más al Sur de la provincia, al límite con Portugal, junto a la desembocadura del Miño.

Los perros adiestrados marcaron la presencia de restos de droga en las bolsas vacías halladas en un bar de la villa guardesa

Los investigadores sospechan que el guardés, con antecedentes por delitos contra la salud pública, viajó en el barco que transportó la droga y se cobró su parte en especie antes de la aparición de las Fuerzas de Seguridad, que consiguieron interceptar las dos planeadoras principales y arrestar a buena parte de los participantes en el grueso del narcotransporte, cuya entrada prevista sería la ría de Arousa.

EL AUTO JUDICIAL. El auto explica que agentes policiales observaron horas después de la interceptación de las dos planeadoras en O Grove y Cambados la llegada de una embarcación "tipo zodiac". Fue una patrulla de seguridad ciudadana la que observó la descarga de al menos cinco voluminosas mochilas de la citada motora, que fueron descargadas "con la ayuda de otras personas" en el bar La Guagua, ubicado en pleno paseo marítimo de la localidad, a unos pasos del Atlántico. En la posterior entrada y registro al establecimiento, los agentes localizaron al narco oculto en un altillo. Allí hallaron, además, otros objetos relacionados con los hechos investigados, tales como varias bolsas negras impermeables de 70 litros de capacidad y una más de 120 litros que contenía prendas de ropa oscura, varias de ellas visiblemente empapadas. La actuación de los perros adiestrados fue también relevante, pues, aunque no aparecieron los fardos de cocaína, sí su rastro: los canes marcaron la presencia reciente de droga en los mencionados bultos que fueron decomisados.

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