La Guardia Civil analiza aguas de la ría para comprobar si existe contaminación

El Seprona ha tomado varias muestras para determinar su influencia sobre los cultivos de mejillón
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photo_camera Instalaciones de bateas en la ría. DAVID FREIRE

La Guardia Civil está analizando varias muestras de aguas tomadas en diferentes zonas de la ría de Pontevedra para determinar la calidad de las mismas y su posible influencia sobre zonas cercanas donde se cultiva mejillón, para que los parámetros de calidad no sufran alteraciones.

Es uno de los coletazos aún por resolver de la operación 30 días en el mar 3.0, desarrollada a nivel mundial en 56 países bajo la coordinación de la Interpol, y que en España se ha saldado, hasta ahora, con la detención e investigación de 69 personas por delitos relacionados con la contaminación marina.

Se trata de la tercera edición de este proyecto policial en materia medioambiental. La investigación, que tiene como objetivo combatir todo tipo de contaminación marina, se ha saldado con los mejores resultados a nivel mundial, y con un mayor número de países implicados.

Durante esta edición, España ha centrado sus esfuerzos en llevar a cabo inspecciones a buques, así como en ejercer las correspondientes acciones contra los responsables de los vertidos ilegales al Dominio público marítimo-terrestre. En especial, cuando estos últimos causan, o puedan causar, daños sustanciales a la calidad de las aguas.

Un operativo de la Interpol se salda con 69 sospechosos de delitos ecológicos

En España, la Guardia Civil ha liderado la acción coordinando las diversas especialidades. Se han registrado un total de 1.170 acciones. Entre las inspecciones realizadas destacan las 322 a buques, 503 en puertos, 190 en tierra —empresas, estaciones depuradoras y otras instalaciones— y 144 marítimas —áreas contaminadas y lugares afectados—. Se han registrado 60 delitos y 70 actuaciones administrativas.

UNA AMENAZA GRAVE. La Guardia Civil recuerda que la contaminación marina constituye una amenaza grave y creciente contra el medio ambiente, en particular contra los ecosistemas marinos y costeros. Asimismo, plantea riesgos significativos para la salud pública y la seguridad alimentaria debido al agotamiento de las poblaciones de peces, directamente relacionado con la economía de millones de personas en países en vías de desarrollo. Tanto las emisiones procedentes de la combustión de los combustibles que utilizan los buques, como los vertidos de aguas residuales al mar, constituyen un peligro real contra el medio ambiente.

La particularidad de este año, teniendo en cuenta la situación sanitaria, es que se ha mantenido prácticamente igual el número de actuaciones realizadas con respecto a las ediciones anteriores, habiéndose obtenido unos buenos resultados en cuanto a los vertidos procedentes de tierra al mar y el control de los vertidos de los buques.

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