La guerra de lindes entre Verducido y Cerponzóns acaba en el Juzgado

La Comunidade de Montes que preside Marcos Rey descarta la mediación de la Xunta en el conflicto con la parroquia vecina

Marcos Rey (de pie) durante la última asamblea de la Comunidade de Montes de Verducido. RAFA FARIÑA
photo_camera Marcos Rey (de pie) durante la última asamblea de la Comunidade de Montes de Verducido. RAFA FARIÑA

El conflicto por el deslinde entre Verducido y San Vicente de Cerponzóns se resolverá en el Juzgado. Las negociaciones que mantuvieron las comunidades de montes de ambas parroquias no han llegado a buen puerto, por lo que serán los tribunales los que fijarán los límites de ambos territorios en base a los documentos que aportará cada una de las partes.

"No nos quedó otro remedio que recurrir a la vía judicial después de dos años dando vueltas sin llegar a acuerdo", explica el presidente de los comuneros de Verducido, Marcos Rey, que ha encargado al gabinete jurídico de la entidad que efectúe las pertinentes gestiones para el inicio del proceso, una vez descartada la mediación de la Xunta (en concreto del Jurado Provincial de Montes), una de las posibilidades que había propuesto el presidente de los comuneros de Cerponzóns, Juan Romero, para desbloquear la negociación.

Verducido reclamará en el Juzgado la titularidad de todos los terrenos que considera que pertenecen a esta zona del rural y que se corresponden con el perímetro que delimitaba el antiguo Concello de Xeve. De esta forma, el equipo directivo dará cumplimiento a la decisión adoptada por unanimidad por los comuneros que asistieron a la última asamblea.

El portavoz de los comuneros de Verducido argumenta que "no podíamos seguir dilatando unas conversaciones"

 El deslinde con Cerponzóns es el único lunar en el proceso emprendido por los comuneros de Verducido para fijar sus límites, ya que ha alcanzado acuerdos amistosos con los propietarios de los montes de Lérez y Barro (en concreto los de Perdecanai y A Portela).

CANTERA. Marcos Rey lamenta que el actual equipo directivo de Cerponzóns no haya ratificado el preacuerdo que habían alcanzado con la anterior junta para la división entre los montes comunales de ambas parroquias, que estaban delimitadas por las líneas que fijaban el perímetro del antiguo Concello de Xeve (que englobaba a Santa María, Santo André y Verducido) y que sitúan la práctica totalidad de la cantera que explota la empresa Holcim en terrenos de Verducido (en la actualidad ambas comunidades de montes tienen suscrito un convenio con esta firma por el que reciben un canon anual).

A este punto de desacuerdo se suma el que afecta a las zonas de Outeiro das Tetas (donde está situado un circuito de motocross), A Costa do Crego (junto al campo de fútbol de Verducido), el alto de Monte Redondo y el Muíño de Penaoubiña. En total, la superficie en disputa abarca una superficie de entre 15 y 20 hectáreas (una de las cuales corresponde a la zona de la cantera).

"Por nuestra parte hemos puesto todo nuestro empeño para tratar de llegar a un entendimiento, pero lamentablemente no ha sido posible. Creemos que la propuesta que nos había planteado Cerponzóns para efectuar un deslinde parcial del monte vecinal no habría sido la solución más acertada con vistas al futuro", subraya Marcos Rey.

El portavoz de los comuneros de Verducido argumenta que "no podíamos seguir dilatando unas conversaciones que estaban resultando infructuosas. Ya vamos contrarreloj porque el Juzgado tiene que dictar una resolución antes de 2020, que es cuando las comunidades de montes vecinales en mano común debemos renovar el plan de ordenación. De lo contrario, no podríamos optar a las subvenciones que concede la Xunta de Galicia para plantaciones y mejoras en los terrenos forestales".

Y es que el decreto de la Administración gallega que regula la inversión que generan los montes vecinales, en vigor desde mayo de 2016, obliga a reinvertir el 40% de los beneficios en un plan de ordenación, por lo que resulta indispensable que los límites físicos estén claros de cara a evaluar la capacidad de generar ingresos de ese monte en mano común.

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