La guerra a los motores de combustión provoca las primeras anulaciones de ventas en Pontevedra

Los concesionarios locales aseguran que los clientes "están muy desorientados" con el anuncio del Gobierno y alertan de un daño colateral: dar salida al vetusto stock de coches de segunda mano

Coches á venda nun concesionario galego. ARQUIVO
photo_camera Coches a la venta en un concesionario. ARCHIVO

La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de vetar los motores diésel, gasolina, híbridos y a gas a partir de 2040 ha causado el lógico estupor entre los sectores directamente implicados, –fabricantes y concesionarios, sobre todo– que coinciden en tildar el anuncio de "absolutamente inoportuno", tanto por echar al traste la campaña más jugosa del año (en noviembre y diciembre es cuando se venden más coches) como por generar "una desconfianza total" entre los compradores, muchos de los cuales han reculado de su decisión de adquirir un nuevo coche.

De hecho, la mayoría de los vendedores asentados en la ciudad del Lérez admiten haber recibido ya cancelaciones o aplazamientos de acuerdos que tenían prácticamente cerrados. El motivo: que la sucesiva "guerra" del Gobierno a los combustibles orgánicos (empezó en agosto con el diésel y ahora sigue con el resto) ha generado "escepticismo, dudas, recelos y rechazo" entre sus clientes.

El primer reproche que le realizan al Ejecutivo central es improcedencia de una medida, adoptada de forma unilateral, sin haber consultado antes a fabricantes y distribuidores. Todos admiten la necesidad de buscar un horizonte más ecológico y de acatar el Acuerdo de París contra el cambio climático, que obliga a los estados a reducir un 40% sus emisiones de gases de efecto invernadero. "Pero las formas han sido totalmente incorrectas, porque el mercado se queda con los titulares y no se ha completado el anuncio con la suficiente información, generando una paralización de las ventas", subraya José María de Rodrigo de Diego, director general de Celtamotor y Galmotor.

Más expresivo es José Antonio Portela, gerente de Detroit Móvil, al apuntar que "se está gobernando e informando a golpe de tuit y eso es una irresponsabilidad, como cuando la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo que el diésel tiene los días contados; así, sin más".

Juan Mezquita, de Celestino Abreu e Hijos, llama la atención sobre las posibles consecuencias de apostar ciegamente por el coche eléctrico. "¿Qué ocurrirá cuando por la noche todos los vehículos de un garaje comunitario estén enchufados a la red? ¿Habrá suficiente energía para abastecer el mercado? ¿Supondrá un sobrecoste en la tarifa eléctrica? Son interrogantes que, de momento, no tienen respuesta".

José Antonio Portela: Se está gobernando e informando a golpe de tuit y eso es una irresponsabilidad

Finalmente, José Luis Sánchez, gerente de Automóviles Gestoso destaca que tanta sucesión de medidas contra el actual sistema de automoción "provoca que la gente aplace la renovación del coche y estire el que tiene todo lo que pueda, provocando un envejecimiento aún mayor de los vehículos".

Desde su punto de vista, la prioridad de Pedro Sánchez debería ir dirigida a achatarrar el caduco parque móvil actual, mediante subvenciones, "porque eso contamina muchísimo más que cualquier diésel o gasolina".

Todos los concesionarios concuerdan, además, en criticar la improvisación del anuncio de vetar la venta de los coches diésel y gasolina en 2040 y de prohibir su circulación en 2050 "sin informar debidamente a los ciudadanos". Algo que ya ocurrió en agosto, con la cruzada contra los vehículos diésel que superaban los niveles de contaminación. "Eso ocurre cada vez que cambia la normativa y es cierto que muchos coches antiguos no cumplían con la nueva. Pero los modelos actuales están muy por debajo de esos límites, en algunos casos, contaminan menos que las mismas versiones de gasolina, pero la gente se quedó con el titular de que se iban a prohibir los coches diésel. Y eso destrozó el mercado", recuerda José Antonio Portela.

Ante esa recesión en las ventas, muchos concesionarios se vieron obligados a automatricular los modelos que superaban o bordeaban las directrices europeas, lo que ocasionó un descenso en el negocio del 20%.

COCHE USADO. A mayores, los distribuidores inciden en el problema que surgirá con la aplicación de la nueva restricción: dar salida al amplio stock de coches de segunda mano que se entregan para suavizar el precio de un turismo nuevo y que están almacenados en sus talleres.

Según los expertos, los que peor lo tendrán serán las unidades diésel anteriores a 2005 y las de gasolina matriculadas antes de 2000. "Muchos de ellos se tendrán que malvender o, directamente, llevarlos a la chatarra", pronostica De Rodrigo.

Un último apartado, pero no por ello menos importante, en el que están de acuerdo los vendedores es en la precaria situación de las infraestructuras que deberán dar la alternativa al actual escenario. "Ya no tanto el aspecto tecnológico, puesto que las actuales baterías necesitan tener muchísima más autonomía, sino la implantación de electrolineras a lo largo de nuestra red viaria que permitan a los usuarios paliar esa falta de autonomía". Por el momento, el Gobierno anticipa que habrá fuertes sanciones a las gasolineras que no se reconviertan.

Precios prohibitivos
De los 22.000 € del C-Zero a los 150.000 del Tesla


Por si fueran pocos los contratiempos a los que se enfrenta la implantación única del coche eléctrico, hay uno de especial peso: el elevadísimo coste que todavía tienen este tipo de vehículos. El más barato que se puede encontrar ahora mismo en el mercado es el veterano Citroën C-Zero, que roza los 22.000 euros (sin ayudas), con el matiz de que está pensado casi exclusivamente para ciudad, pues su autonomía no supera los 100 kilómetros. Por ese precio, hoy se podrían comprar dos utilitarios de la misma marca.

En el otro extremo se sitúa el Tesla Model S, con una autonomía de 600 kilómetros, que se dispara hasta los 150.000 euros. En el medio está el Renault Zoe, con 31.300 euros, el eléctrico más vendido en 2017.

 

Comentarios